Nelvis Yudian Guerra Vangrieken, reconocida médica wayuu, ha asumido un cargo clave como interventora en el Hospital de Nazareth, ubicado en Uribia, en la Alta Guajira. Este nombramiento se da en el marco de una interventoría liderada por el Ministerio de Salud y la Superintendencia Nacional de Salud, con el objetivo de fortalecer el sistema de salud en esta región.
Nacida en la comunidad de Cucurumana y con raíces en Bahía Honda, Nelvis Guerra representa el linaje del clan Uriana. Desde su formación como médica, siempre se ha destacado por su compromiso con la salud pública, habiéndose especializado en auditoría en salud y salud pública. Con experiencia en dirección administrativa y coordinación médica en varias instituciones, ha liderado procesos que han mejorado la calidad de la atención en su región natal.
“Mi gestión requiere del apoyo de todos. Sueño con un sistema de salud que priorice la calidad, respete las diferencias culturales y garantice la dignidad de cada paciente”, comentó Guerra en diálogo con Guajira News, enfatizando en su compromiso con la transparencia y el enfoque diferencial, pilares fundamentales en su visión de trabajo.
A pesar de los retos, incluyendo las presiones externas y obstáculos que suelen enfrentar los líderes en estas posiciones, esta aguerrida mujer se mantiene firme.
Su intención es consolidar al Hospital de Nazareth como un referente nacional en calidad y eficiencia. “La disciplina es el arte de alcanzar propósitos. Trabajaré junto a un equipo capaz para construir una entidad que inspire orgullo”, afirmó.
Con una visión integradora, ha liderado equipos que comparten su propósito de dignificar el acceso a la salud en una de las zonas más vulnerables del país. La Alta Guajira, marcada por sus distancias geográficas y limitaciones históricas, encuentra en esta líder wayuu una esperanza renovada.
Nelvis Yudian Guerra Vangrieken encarna el equilibrio perfecto entre conocimiento técnico, humanidad y compromiso social. Su labor en el Hospital de Nazareth es mucho más que un trabajo; es una misión de vida que simboliza el impacto transformador de las mujeres wayuu en el desarrollo regional.
Esta galena, es una figura que simboliza la fuerza y el orgullo de ser wayuu. Su liderazgo busca demostrar que, con constancia y valores sólidos, es posible transformar desafíos en oportunidades para el bienestar de su comunidad y de toda la región.
Con su gestión, se espera que el Hospital de Nazareth avance hacia la excelencia, beneficiando a miles de personas en una de las zonas más apartadas del país, mostrando el impacto que una mujer wayuu preparada y comprometida puede lograr en el sector salud.
