Históricamente el machismo a buscado condicionar tanto a las mujeres que le imponen altos estándares de “feminidad” deben ser delicadas, dependientes y casi tontas o mejor tontas, replicar la imagen de muñecas barbies, bien puestecitas, maquilladas, entaconadas y atractivas; lo que se aleje de ese ortodoxo y (bastante) opresor estándar se le considera – marimacho – mujeres testosterona o que se quiere parecer a los hombres.
En este mes de la mujer y de amplias conmemoraciones a lo largo y ancho del mundo, reflexiono sobre todos los insultos o ataques que se reciben en redes sociales por una declararse abiertamente Feminista, somos llamadas feminazis, lesbianas con rayo homosexualizador o simplemente tercas, porque hagamos lo que hagamos según algunas personas, el mundo seguirá siendo machista y hegemónicamente masculino.
Quiero compartirles el más reciente ataque que recibí a través de mi cuenta twitter “ A pesar que destilas testosteronas, no vas a lograr serlo” entiendo yo, que esa persona que se esconde en un perfil “falso” creado solo para dañar y esconderse como se esconden los bichos para que el insecticida no los alcance, porque saben que son rechazados en todos lados, quiso decir que el considera que mi gran frustración es no ser hombre, se equivoca tanto, porque si ese fuera mi deseo pues simple, hiciera transición a hombre trans, pero lo que mueve mi vida va más allá de ese pensamiento lineal en el que un macho miedoso acusa a una mujer de querer usurpar su seudopoder, acá la cosa es más trascendental, es trabajar como muchas mujeres en el mundo desde diferentes orillas pero con un mismo propósito, lograr un mundo libre de machismo, en el que incluso gente como el y como quienes dicen odiar a las feministas, puedan liberarse de la tortura de ser victimarios y victimas de una misma ideología vertical y autodestructiva; porque vivir con odios, con instintos de conductas violentas para dar respuesta a lo que se podría llegar a resolver por acuerdos y diálogos, no respetar las diversidades es tomarse un veneno creyendo que va a envenenar a otras personas.
¿Mujeres testosteronas? No es mi caso y si lo fuera, lo asumiría con honor porque no juzgo, sino que respeto y apoyo a quienes naciendo (biológicamente) mujeres quieren ser hombres (hombres trans) y a quienes naciendo biológicamente hombres hacen la transición a mujeres trans, porque es su libertad, su derecho y su identidad de género, nada de malo tiene satisfacer las necesidades y deseos, porque a este mundo llegamos a ser felices y ya, solo que en el camino desigual, patriarcal y doble moral aprendemos a creer que insultar a los demás, condenarlos o cualquier acto de discriminación es un derecho que tenemos y no es así, es pura – mierdita humana – meternos en la vida ajena y querer coartar la libertad de las personas.
Por eso cuando me dicen mujer testosterona, bruja, feminazi o lo que se les ocurra a los angustiados, lo que generan es que me motive más a seguir en esta causa feminista y social, porque es la señal de que algo estamos generando y por ende algún cambio se dará, al fin y al cabo, soy nieta de las brujas que no quemaron y orgullosamente una valiente mujer que no duda en que el mundo de una vez por todas evolucionará a ser garante y respetuoso con las mujeres, sin excepción.