La preocupación vuelve a apoderarse de los ganaderos en la zona rural de San Juan del Cesar, donde el abigeato se consolida como una amenaza constante ante la ausencia de resultados y la falta de control por parte de las autoridades municipales y policiales. En esta ocasión, la víctima fue el productor Diego Curía, quien denunció el hurto y sacrificio de dos vacas preñadas en su predio Villamilien durante el fin de semana.
Curía relató que los responsables de este delito actuaron con total conocimiento del terreno. Señaló que los animales fueron movidos a lo largo de un trayecto de aproximadamente cinco kilómetros, cruzando incluso el predio del fallecido Luis Daza sin causar daños visibles. “No picaron un solo pedazo de alambre; las vacas fueron sacadas broche por broche”, detalló el ganadero, enfatizando la pericia y tranquilidad con la que operaron los delincuentes.
Los animales terminaron siendo sacrificados en la vía que comunica a San Juan del Cesar con Valledupar. Allí, los cuatreros despiezaron a los semovientes sin que ninguna autoridad lograra detectarlos o intervenir.
La situación demuestra un panorama alarmante para quienes viven del campo y sostienen su economía con esfuerzo propio. “Los ganaderos seguimos siendo afectados y no hay resultados de parte de las autoridades ni de la administración municipal”, reclamó Curía al pedir acciones concretas para frenar un fenómeno que golpea directamente la ya frágil economía rural de la región.
El abigeato continúa expandiéndose sin freno en el sur de La Guajira, dejando en evidencia la urgente necesidad de reforzar la vigilancia, aumentar el pie de fuerza y adoptar estrategias efectivas que devuelvan seguridad y tranquilidad a los productores. Mientras tanto, la zozobra crece en el sector ganadero, que siente que enfrenta esta situación completamente solo y a merced de quienes delinquen “sin Dios, sin ley y sin autoridad”.
