Edicion julio 4, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

Un Quijote contra la corrupción

Columnista - Fabio Olea Massa
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Un Quijote contra la corrupción

Columnista – Fabio Olea Massa (Negrindio)

Un problema endémico y sistemático que afecta a nuestra sociedad es la corrupción. En Colombia somos campeones mundiales en corrupción, no pasa un día sin que se destape un nuevo escándalo de corrupción en el país. La corrupción no tiene estrato social ni nivel educativo, la practican ilustrados, poderosos, autoridades, empresarios y gente del común que ofrece una dadiva para no ser sancionado por una infracción cometida.

Antigua como el hombre es la corrupción que Judas fue el primero que se dejó corromper por unas monedas para traicionar a Cristo. Con cierta sorna suelo citar  la famosa frase dicha por los “filósofos” hermanos Nule “la corrupción es inherente a la naturaleza humana”, durante el carrusel de la contratación en Bogotá, para admitir que estos “chicos malos” tenían razón puesto que los animales no son corruptos, corrupta es la especie humana. Esa célebre frase me sirve para proponer una fórmula infalible para acabar de una con la corrupción, y es acabar la humanidad. Sin seres humanos es imposible que haya corrupción.

El Presidente Turbay Ayala lo dijo: la corrupción no puede acabarse sino reducirse a sus justas proporciones. Eso le mereció burlas pero tenía la razón, nadie ha podido acabarla a pesar de los esfuerzos legales para combatirla expidiendo cantidad de leyes y estatutos anticorrupción, sin ningún resultado.

Históricamente La Guajira ha vivido una cultura de la ilegalidad: la bonanza marimbera con su estela de muertos, contrabando, tráfico ilegal de gasolina, carteles de la droga y la corrupción que se ha tomado a la administración pública, a todo nivel, y metido en líos judiciales a más de un gobernante.

Esta tierra privilegiada por la naturaleza con tantas riquezas naturales parecería estar condenada a vivir “cien años de soledad” por culpa del abandono y atraso en que ha estado sumida por décadas. Con miles de millones de dólares recibidos por regalías es increíble que en la Guajira la gente muera de sed habiendo tanta agua pero no acueductos, falten escuelas para que los niños puedan estudiar, haya tanta hambre que mata a su población, las vías estén en pésimo estado y, en general, sus habitantes no tengan mejor calidad de vida porque el cáncer de la corrupción se devora los recursos. Somos vergüenza nacional con los más altos índices NBI y tantos alcaldes y gobernadores metidos presos, o condenados penal o disciplinariamente por corrupción en los últimos años.

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El doctor Luis Alonso Colmenares es un ciudadano de convicciones firmes que ha demostrado que no transige con la corrupción, hombre probó y guajiro a quien le duele su tierra. El país lo conoce por la muerte de su hijo Luis Andrés y la forma como ha enfrentado su tragedia familiar con dignidad, estoicismo y firmeza de carácter.

El doctor Colmenares ha tenido el valor civil de denunciar públicamente presuntos actos de corrupción sucedidos en la Guajira, replicados por la periodista Salud Hernández en un informe publicado en Semana, relacionados con la distribución de cuantiosos recursos para la construcción de obras públicas en distintos municipios del departamento, buscando que las autoridades competentes intervengan e  investiguen si se presentaron o no actos de corrupción en esa repartija. Brillan por su ineficiencia las ías.

El doctor Colmenares – como el Quijote – hace rato viene luchando solo contra los fuertes molinos de la corrupción en La Guajira, anunciando que continuará adelante para proteger los recursos públicos que son de todos, valerosa actitud que demuestra el talante de su personalidad transparente pese a  los riesgos que implica ser adalid de la moral pública.

Decidí reeditar este artículo en momentos en que la comunidad espera la rendición de cuentas del gobierno departamental, suspendida por una medida cautelar decretada por un Juez en el trámite de una acción de tutela promovida por el doctor Colmenares que busca se conozca la realidad económica y social, obras de inversión y ejecución del presupuesto departamental en 2021.

A pesar de que por esa lucha le lluevan rayos y centellas – doctor Luis Alonso – es bueno recordar al ingenioso hidalgo Don Quijote: “‘Ladran, Sancho, señal que cabalgamos’.

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