Edicion enero 20, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA
Columnista - Fabio Olea Massa
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Típico de Macondo

Columnista – Fabio Olea Massa (Negrindio)

Cuando García Márquez escribió cien años de soledad creando un mundo imaginario y mágico, pero a la vez real, donde sucedían las cosas más inverosímiles del universo, nunca se imagino que en pleno siglo XXI a un ingenioso honorable senador colombiano se le ocurriría la maravillosa idea de permitir la entrada de mascotas al recinto sagrado de nuestra democracia: el Capitolio nacional, donde sesionan la Cámara de Representantes y el Senado de la Republica.

Resulta que el senador Roy Barreras Montealegre – Presidente del Senado – para quedar en la historia de esa corporación como un gran reformador, se le ocurrió nada más y nada menos que la genial idea de autorizar la entrada al capitolio de las mascotas de los congresistas, para que los acompañen durante la asistencia a las sesiones de las cámaras legislativas. Como quien dice, meterle más animalitos a la jauría de fieras que ya pululan en la jungla del Congreso.

Gracias al amor que el “camaleón” Roy Barreras siente por los animales ahora nuestro congreso será “pet-friendly”, y eso que carajo es pregunto el corroncho? Pues significa volver amable con los animales un espacio o lugar de trabajo, de manera que los salones del Congreso sean un espacio de disfrute tanto para los honorables padres de la patria que van a roncar y hartarse los refrigerios que se comen, durante su ardua labor bien pagada (35 millones), por hacer poco; pero a la vez que sea un espacio de relax para las tiernas mascotitas, gatitos y perritos, que podrán sentirse a gusto en ese mundo de animales en compañía de los que ya viven allí como los micos, ratas y lagartos, disfrutando los sobos, caricias y mimos de sus amos, y con derecho a merienda de concentrados para ellos.

Pero claro, estamos  en Colombia, un país de leyes, leguleyos, ilustrados y letrados congresistas, y acontece que al honorable senador Alirio Barrera le dio por llegar montado en su corcel “pasaporte”, un bello ejemplar equino (caballo) blanco, con cara de animal citadino acostumbrado a subir escaleras, alegando su derecho a la igualdad porque si la senadora Angélica Lozano podía llevar su mascota y Roy a su perrito “covid”, él también podía ingresar montando su mascota “pasaporte”. El caballo se robó el show y fue foco de las cámaras y los flashes el día que se estrenó como visitante del Congreso Nacional. Circo para el pueblo.

Video: Roy Barreras y el perrito 'Covid': Congreso será Pet Friendly |  Nación | BluRadio

Ahí está pintado el realismo mágico gabomarquiano que solo podemos ver en Colombia. Ahora todo mundo querrá tener el derecho y vía libre para meter al Congreso serpientes, sapos, cocodrilos (habrá que construir charcos), tigres, leones, etc. Solo falta que ingrese el payaso de Mockus montado en su elefante como cuando celebro su matrimonio en un circo, para que el circo quede completo.

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Y es que apena decirlo pero desde hace rato nuestro congreso se convirtió en un circo, un relajo total, donde cada quien entra vestido como quiere. Lo vimos el 20 de julio día la posesión de los Congresistas, un honorable representante llego montado en unos zapatos de mujer y a otra parlamentaria se le vio calzando alpargatas. Ese día de fiesta nacional patriótica el Capitolio parecía una plaza de mercado con vestimentas de todo tipo. Un recinto como el Congreso debe merecer respeto y quienes ingresen a su interior observar unas reglas mínimas de cortesía y protocolo en la forma de vestir, por lo que representa como institución y  por la majestad del recinto donde se hacen las leyes. Ni que decir de la poca preparación de muchos congresistas que hasta avergüenza escucharlos hablar.

Senador Roy Barreras póngase serio y déjese de payasadas con esto de permitir mascotas en el Congreso. Ese no es un lugar para animales, ahí lo  que debe haber son hombres (incluido el femenino) para cumplir la misión consagrada en la constitución política de hacer las leyes. Si quieren tener sus mascotas, es su derecho pero que las tengan en sus casas, fincas o lugares privados. Imaginemos el caos que se generaría si todo mundo llevare sus mascotas a las oficinas de trabajo, en los medios de transportes, a los colegios, a la U, a misa, a los partidos de futbol, se formaría un desorden tal por la convivencia permanente hombre-animal en todo sitio y lugar que haría imposible la tranquilidad. Eso es ridículo.

El país espera un Congreso serio y productivo en la elaboración de buenas leyes, no distracciones de circo barato que afectan su imagen institucional, y a usted señor Presidente “camaleón” Roy estas cosas irrelevantes lo ponen a la burla ante la opinión pública. Si usted quiere pasar a la historia deje buenos resultados de su gestión parlamentaria durante su presidencia en la Corporación, aprobando importantes iniciativas legislativas no haciendo majaderías propias del subdesarrollo.

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