No hay que hacer mayor esfuerzo para reconocer que la mujer colombiana es pionera en lograr grandes cambios y lo es también en lograrlos a pulso. Ahí están los hechos a la vista de todos.
Pero sin ir más lejos, en mi propio departamento, La Guajira, las mujeres acaban de dar un salto político sin precedentes. Dos mujeres guajiras ha sido elegidas senadora y representante a la cámara: Martha Peralta Epieyú y Karmen Ramírez Boscán, respectivamente.
En otra ocasión anterior me referí a dicha elección y lo he valorado como una cuestión nunca antes vista en La Guajira, además de que se trata de personas que, por su origen, tienen la tarea de demostrar la valía de la mujer colombiana, pero sobre todo de la mujer Wayúu.
No tengo ninguna duda de que harán una representación digna de ellas dos, continuando el camino que otras mujeres abrieron en la política de nuestro país desde la región.
En el caso particular de la senadora Martha Peralta Epieyú y la representante Karmen Ramírez Boscán me cabe la expectativa de que por fin habrá dolientes para que sean cumplidas las órdenes que dio la Corte Constitucional a través de la sentencia T302/17 al declarar la existencia de un estado de cosas inconstitucional en relación con el goce efectivo de los derechos fundamentales a la alimentación, a la salud, al agua potable y a la participación de los niños y niñas del pueblo Wayúu.
Y en tal sentido espero que las nuevas congresistas guajiras no se vayan a dejar llevar de su condición de género e ideológica para legislar con el resentimiento, sino que a partir de la razón lleven a cabo las gestiones necesarias para reivindicar su raza en beneficio de La Guajira, y de todos los que somos oriundos de ese pedazo de tierra que se mete almar como si quisiera pelear, de manera engreída y altanera para que el mundo sepa que hay una princesa ahí, con una belleza india, bonita y linda de cuna noble; parodiando al poeta Manjarrez.
Quiero creer que por fin le apareció dolientes al uso de los recursos que son transferidos a los resguardos indígenas a través del Sistema General de Participaciones. Un mundo de plata que no se sabe a dónde llega ni para donde se va. Lo que si se sabe es que esa plata la desaparecen sin utilizarlapara lo cual está previsto en la Constitución y en la Ley.
Pero además harán valer los derechos que tiene el pueblo guajiro para recibir los beneficios de explotar los vientos que se meten al departamento y que son aprovechados paraproducir energía eólica. En este sentido, de manera respetuosa le sugiero a la senadora Martha Peralta que lidere una iniciativa en el Congreso con el fin de tramitar una ley para crear una sociedad de economía mixta en la que participen los 15 municipios y la gobernación, junto con los resguardos wayúu, una empresa de energía nacional y otra del exterior que tengan experiencia y reconocimiento en el tema.
¡Cada día que pasa es tarde!
Sobre todo, porque los proyectos de energía eólica en La Guajira están localizados en territorios de resguardos indígenas de la zona Alta y Media del departamento, con una legislación particular para el ordenamiento territorial y uso de la tierra, lo cual se tiene que reconocer, aceptar y respetar. No hay duda.
En todo caso, de manera respetuosa, invito a esas dos mujeres, dos guerreras de la etnia Wayúu, la senadora Martha Peralta Epieyú y la representante Karmen RamírezBoscán, para que desde el Congreso de la República hagan los esfuerzos necesarios para tener una participación más activa en la política, y con su decisión imprimir un carácter más humano para el desarrollo del país. Porque esa es su vocación, esa es su naturaleza. Por eso son mujeres. Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí… @LColmenaresR
