Riohacha pasa los días en medio del caos: El que está debajo del techo es el que sabe dónde cae la gotera
Al recorrer la geografía riohachera en sus zonas rurales: corregimientos y veredas; zonas indígenas: kogui, wiwa y wayuu en territorios resguardados y no resguardados; zona urbana: comunas, barrios y asentamientos, en fin en todo el perímetro; solo encontramos caras tristes y hogares lamentando la situación que se vive a diario.
La pobreza monetaria sigue golpeando de frente a las familias en nuestra ciudad, condiciones que generan inseguridad y otras problemáticas sociales; la vista no la puedes levantar a un momento de alegría. Según el último informe de la Gran Encuesta Integrada de Hogares del DANE, al menos el 46,6% de la población riohachera no logra satisfacer sus necesidades básicas. ¡Lamentable!
En ese mismo recorrido por las calles despedazadas de esta ciudad, observamos que no hay por dónde circular, entendemos y sabemos que son obras que nos pueden mejorar la calidad de vida, lo que molesta es la lentitud con la que se desarrolla la ejecucion de las mismas, terminando en obras inconclusas, ejemplo de ellas el anillo vial de la comuna 10, el tramo de la calle 27 famosa por sus piscinas, el puente del riito y otras más.
Pero no es solo esto lo que genera tristeza en Riohacha. También hay intranquilidad al ver diariamente locales y casas con carteles de SE VENDE O SE ARRIENDA, acompañado esto de las ventas informales como la ollas de sopa para frenar la crisis y por la noche vitrinas con un bombillo que brilla a distancia con venta de fritos o la popular salchipapa. Negocios como estos están por todas partes.
El riohachero es fuerte pero en ocasiones es permisivo y sufre de amnesia, la enfermedad que hace olvidar en segundos los momentos de dificultad. Ahora, si caminamos por la zona rural el dinero brilla por su ausencia, las fuentes de empleo no existen, el cambio climático es el peor enemigo de los campesinos, llueve cuando no debería llover y cuando se necesita entonces no hay ni gota de agua.
La pregunta es ¿dónde están las administraciones?, aún peleándose el cargo de corregidor o humillando a la de servicios generales o a los porteros de los colegios? en fin la triste historia de nuestros pueblos, pero como dice el dicho: si allá llueve en los territorios de nuestros hermanos indígenas no escampa.
Este recorrido por las comunidades lo iniciamos con las vías de acceso a sus hogares, no existe, la gobernabilidad no llega, no hay patriotismo, no hay sentido de pertenencia hacia nuestra verdadera riqueza cultural; no es solo tomarme la foto en el paisaje de la Sierra Nevada de manera hipócrita y lucir como si fuera lo más bello, no es solo que te pinten el rostro con los símbolos de nuestra etnia y que te bailen la yonna y sonreír hipocritamente sin saber la verdad verdadera de la situación lamentable en la que viven nuestros indígenas. La carencia de agua es la problemática número uno de ellos, y tienen el descaro de aprovecharse de esta situacion para terminar haciendo campañas políticas con la necesidad histórica de los indígenas.
Hoy, Riohacha es la segunda ciudad con la mayor tasa de desocupación a nivel nacional, la tercera con mayor pobreza monetaria, segunda con mayor pobreza extrema monetaria y parece que el panorama no va a mejorar. No es justo que nuestro “Distrito” ocupe los lugares inferiores en los indicadores del país, indicadores que representan datos precisos, observables, medibles, datos estudiados en nuestra ciudad.
Lamentablemente Riohacha está insegura, costosa, desordenada, inundada, sucia y fea, está triste, oscura, invivible y sumergida en la basura y la porquería; desgraciadamente Riohacha pasa sus días en medio del caos total, sin que nadie diga o haga algo al respecto.