29. “Entonces él les dijo: — Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro. le dijo: Tú eres el Cristo”.
Marcos 8.
En el camino a Cesarea de Filipo junto a sus discípulos, les pregunta que dicen los hombres sobre él. Pero Jesús tiene mayor interés en conocer la respuesta de sus discípulos, antes que de la gente. Ante su pregunta, Pedro le responde diciendo: ”Señor, Tú eres el Cristo”
Se trata de una respuesta que agrada a Jesús. Pero les manda guardar su identidad como secreto y les anuncia algo nuevo: que el Hijo del hombre padecerá mucho. El Hijo del hombre es uno de los nombres del Mesías, por lo que Jesús está reconociendo la confesión de Pedro como verdad. Pero lejos de las expectativas de todos, no usará su poder para derribar el Imperio Romano, sino que padecerá mucho. Pero por el padecimiento, alcanzará la gloria.
Ante el anuncio de la Pasión de Jesús, Pedro, asustado, comienza a reconvenirle. La palabra original de la cual han traducido reconvenirle es la misma que la palabra reprender. Pedro debe haber negado la Palabra de Jesús, preguntándole cómo Cristo, siendo el Mesías, podría morir. Entonces, Él reprende a Pedro por no pensar en las cosas de Dios. Tratar de impedir la muerte de Cristo y por ende, la salvación para toda la humanidad, pertenece a las cosas de Satanás.
Jesús les enseña cuál es el camino que los seguidores de Cristo deben tomar. Tomar la cruz de uno y entregar su vida por el evangelio de Jesús, es ser un verdadero discípulo, es tomar el camino de vida. Si nos hemos dispuesto seguir a Jesús solamente por lo que podemos obtener de Él, olvidándonos de las aflicciones que debemos pasar por amor a su nombre, entonces hemos depositado en vano nuestra. Solamente aquellos que siguen la voluntad de Jesús, pueden verdaderamente ser sus discípulos.
La confesión de fe de Pedro que afirma que el Señor es el Cristo es una gran proclamación. Confiesa que solo Jesús es el único Salvador y el verdadero Rey. Si leen la Biblia en griego y en inglés verán que la palabra ”Señor” lleva un artículo delante que demuestra Su unicidad.
Jesús no es el Mesías de un grupo de religiosos en particular, ni el Salvador de los judíos. Sino que fue enviado por Dios para que salve a la humanidad entera. En otras religiones no puede haber salvación porque el ser humano solo puede poseer libertad y vida eterna, librándose del pecado y de la muerte únicamente a través de Jesús.
Viviendo en esta era de muchas religiones debemos creer, seguir y predicar aun más sobre el único y absoluto Salvador Jesús.
El secreto para triunfar en la vida es negarse a sí mismo, tomar su propia cruz y seguir a Jesús. Dios les guarde.
