Soy enemigo de las injusticias, críticas dañinas y prejuzgamientos contra cualquier persona, sea esta quien fuere, por eso no puedo aceptar la forma tan rastrera como se está tratando a la señora Vicepresidenta Francia Márquez por su color de piel negra, modo de hablar, vestir, por lo que dice y como lo dice, pero sobre todo no tolero ni acepto los ataques virulentos contra su dignidad humana hasta llegar al extremo denigrante de compararla con un simio. Eso no es de una sociedad decente, respetuosa, incluyente y tolerante como invoca la Constitución es la nuestra.
Digamos las cosas como son. En primer lugar la señora Francia Márquez es la Vicepresidente de Colombia, gústenos o no; segundo, tenemos que aceptar que el poder da cierto estatus y privilegios, entre esos disponer para uso del funcionario de los bienes del Estado, y aunque tal vez no sea la forma más indicada como lo dijo la Vice, razón no le falta cuando afirma – a su manera – “de malas” si a la gente no le gusta. Tenemos que aceptar que esa es su forma de expresarse y no podemos criticarla por eso, ella habla como lo hace una persona autentica de su raza y lugar de procedencia, por lo mismo muy diferente a otras maneras distintas de expresarse por otros, entonces debemos entender su esencia natural como persona y aceptar que asi habla.
También es cierto que doña Francia Márquez ocupa el segundo cargo más importante de la Nación, tanto es asi que ella está en el primer orden para suceder directamente al Presidente en caso de falta absoluta. Discrepo del doctor Fernando Londoño Hoyos cuando dice que su cargo no tiene funciones por eso no ejerce un empleo, olvidando que de acuerdo con la jurisprudencia el cargo de Vicepresidente corresponde a un empleo público y sus funciones están determinadas en la Constitución.
La Corte Constitucional considera que el cargo de Vicepresidente de la Republica constituye un empleo público pues, según el artículo 123 de la Carta, son servidores públicos los empleados y trabajadores del Estado y al Senado de la Republica compete admitir o no la renuncia que haga de su empleo el Vicepresidente (art. 173-1). En cuanto a la función de reemplazar al Presidente, expreso lo siguiente: (…) Surge de lo expuesto, que el cargo de Vicepresidente corresponde a un empleo público y que sus funciones están determinadas en la Constitución. Igualmente que según esta, es el Presidente la única autoridad que puede asignarle funciones adicionales, bien confiándole misiones o encargos especiales o mediante el mecanismo de la designación en un cargo de la rama ejecutiva (…)”.
La señora Francia Márquez sí ejerce en su calidad de Vicepresidente un cargo público, si no fuera así se violaría el artículo 122 de la Constitución según el cual “No habrá empleo público que no tenga funciones detalladas en ley o reglamento”, ni habría tomado posesión y prestado juramento como lo hizo el 7 de agosto de 2022 con el Presidente, ya que “Ningún servidor público entrará a ejercer su cargo sin prestar juramento de cumplir y defender la Constitución…”.
La señora Francia Márquez en entrevista concedida a la periodista Vicky Dávila dijo que por razones del cargo y de su seguridad usa el helicóptero del Ejército asignado para ir a su casa en Dapa, y que “de malas” al que no le guste y que la demanden si está haciendo algo malo. Razón le asiste para usar ese helicóptero por esos motivos, y nadie osara demandarla pues es evidente que no está haciendo nada malo. Verdad también que todo el que ha desempeñado ese cargo, o el de Presidente, han utilizado bienes del Estado, por lo que no hay razón para que ella no lo pueda usar.
Tal vez no es el fondo (uso de la aeronave) lo que molesta a la opinión pública, es el tono de voz petulante con el que lo dice, como muy sobrada, y así lo percibe la ciudadanía, olvidando la señora Vice que en su discurso de campaña prometieron que el gobierno de Petro sería el del cambio, que no harían lo mismo que tanto criticaban de otros gobiernos, es decir, serían un gobierno austero y distinto donde no se cometerían ni veríamos las malas prácticas cuestionadas a los otros, como el abuso en el uso personal de los bienes del Estado. El pez muere por la boca y la factura que le están cobrando a la Vice es precisamente por sus actuaciones en contra de lo que prometieron y que no están cumpliendo, y eso tiene un costo político.
No por eso estoy de acuerdo que se la tome como objeto de burla por distintos medios, ni el bullying que todos los días recibe por las redes sociales. No veo bien ese maltrato, pero también debo decir que la señora Vice no se ayuda mucho con su actitud porque no muestra humildad, por el contrario, su actitud es la de una persona prepotente y arrogante, retando a la opinión pública con que lo seguirá haciendo pero lo dice con la petulancia que causa el rechazo, además, victimizándose siempre por ser negra y haber sido empleada del servicio doméstico, por lo que – según ella – no la aceptan las elites.
La Vicepresidenta reduce todo a una cuestión étnica. Tratando de ser justo y humano con ella y poniéndome en sus zapatos no lo veo así, comprendo que viene de abajo, la pobreza que padeció en su niñez y adolescencia, que procede de una comunidad excluida del Cauca acosada por la violencia; que su vida no ha sido fácil pero al final logro superarse. Esas circunstancias económicas y sociales dan pie para pensar que cuando una persona ha vivido como ella y su situación social cambia, debe ser para bien y no para perder su humildad, por el contrario, debe aprovechar ese ascenso de nivel social para mejorar personalmente y no para llegar a abusar del poder desde un cargo público, ni utilizarlo para mostrarse superior; dedicarse a trabajar por el bien común y tratar de cambiar las cosas en buscando la equidad social, y en eso creo está en deuda, hasta ahora, la señora Vicepresidente.
La señora Vicepresidente debe liberarse ya de las cadenas mentales que la tienen esclavizada a un pasado superado. La señora Francia Márquez es ante todo una mujer, condición con la que debe ser tratada con consideración, y merece el respeto por el cargo que ostenta, por su raza, su familia, y lo más importante por su dignidad humana, con la que debe ser tratada y respetada cualquier persona. No más denigración contra la señora Vicepresidente, respeto por favor.