Edicion octubre 6, 2024

Niño Dios donde están los juguetes, y chao 2023?

Niño Dios donde están los juguetes, y chao 2023?

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Mamá, ¿dónde están los juguetes?
Mamá, el Niño no los trajo
¿Será que no vio tu cartita
Que pusiste en la noche
Sobre tus chancletitas?

Columnista - Fabio Olea Massa
Columnista – Fabio Olea Massa (Negrindio)

Así empieza el villancico Mamá, ¿Dónde están los juguetes? que escuchamos cada navidad desde hace 60 años y evoca la tristeza que sienten muchos niños cuando el 25 de diciembre despiertan y no encuentran el juguete que le pidieron al niño Dios, y no entienden porque, mientras ven a sus amiguitos de “mejor condición” jugar felices con los regalos que sí les trajo el niño Dios.

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Nada me produce mayor alegría que la felicidad de un niño disfrutando su regalo de navidad, pero a la vez me arruga el alma escuchar esa canción y ver como se refleja la injusticia con muchos niños que se durmieron con una ilusión y se quedaron esperando su regalo. Esto debe hacernos reflexionar e inspirarnos para hacer posible el sueño de los niños en Navidad, y es que ningún niño se quede sin recibir su aguinaldo de navidad.

La felicidad de un niño me toca el alma. Recuerdo la última navidad que paso mi hijo menor – siendo niño – cuando el 25 despertó y se puso a buscar su regado bajo la cama, y la emoción que yo como padre sentí al verlo con sus ojitos vivarachos que querían salirse de orbita, entre incrédulo y sorprendido, abriendo el paquete que contenía su regalo pedido con tanta ilusión a Santa: una Tablet. En ese instante me llene de ternura y mis ojos se humedecieron al ver el privilegio del que gozaba de recibir su regalo, pero esas mismas lágrimas eran, a la vez, de tristeza al saber que muchos niños no disfrutaban la misma dicha.

Pasó otra navidad. Afortunadamente se conservan las tradiciones del pesebre, el arbolito, la novena, los villancicos, la cena de noche buena, los regalos. Para los de mi generación 60 los regalos los pedíamos al Niño Dios a través de una cartica que escribíamos y colocábamos en el arbolito de navidad. Santa Claus ni Papa Noel existieron en nuestra cultura navideña, y los regalos que pedíamos eran sencillos como una pelota de futbol, un carrito, una pistola de agua, o una bicicleta como mucho; las niñas soñaban que el niño Dios les trajera muñecas y “chocoritos” para cocinar y jugar a ser mama. Los niños de hoy en cambio piden a “Santa” o a “Papa Noel” lo último en tecnología como i´Box, i´Pod, PC, celulares de alta gama o Tablet´s, y uno como padre entiende el significado de la Navidad para ellos y hace el esfuerzo económico por su felicidad.

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Navidad con sus alegrías y tristezas sigue siendo una hermosa tradición que nos llena de alegría, fraternidad, amor, paz y unidad familiar. Desde el 16 que empieza la novena respiramos un aire de esperanza que nos hace ver la vida más hermosa; apreciamos el verdadero significado de lo que es la familia y valoramos a nuestros amigos; recordamos nuestra infancia, las costumbres sanas del pueblo. Vivimos Navidad con la misma ilusión del niño que todos llevamos dentro, y en lugar de regalos materiales invocamos a Dios salud y vida para verlos crecer a ellos que son la prolongación de nuestra existencia. No sé si a ustedes les pase igual pero a mí la Navidad me trae una paz interior, es como un bálsamo que nos desconecta de la cotidianidad cruda que vivimos casi todo el año. La cena de noche buena es el reencuentro con la familia, lleno de armonía y paz, momento en que renovamos nuestros afectos a las personas que más queremos. Lástima que la Navidad – la época más linda del año – dure tan poco porque si durara más tiempo el mundo sería mejor.

Ahora nos preparamos para despedir al año viejo y recibir el 2024 con las sensaciones que provoca la noche del 31. El sonido de las sirenas anunciara que se fue otro año y nos pondrá tristes; haremos el balance de nuestra vida sobre lo que hicimos y no hicimos; rezaremos un padre nuestro por el alma de los familiares y amigos que partieron de este mundo; abrazaremos a nuestras esposas, parientes y amigos; sentiremos nostalgia y reflexionaremos sobre la vida y la necesidad del perdón; haremos promesas de cambio y recordaremos lo que el tiempo se llevó.

Navidad y año nuevo dos fiestas con sentimientos encontrados: alegría e ilusión para los niños, esperanza y futuro para los adultos. Al final todos llenos de esperanza nos preparamos para recibir el año nuevo, unidos en fraternal abrazo de Paz y amor. Feliz año 2024 les deseo queridos amigos lectores, y que Dios les bendiga.

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