Edicion julio 3, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA
Columnista - Marga Palacio Brugés
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“Neme”

Columnista – Marga Palacio Brugés

“Fea”, me dice siempre el muy atrevido, cada vez que nos encontramos y “feo” le replico enseguida, mirándonos a los ojos y encontrando el brillo de las amistades sinceras e incondicionales, esas que se forjan en mi tierra y que ni el tiempo y la distancia logran menguar y regalándonos una carcajada repleta de la alegría que acomuna a la gente de estos lares, traducida en mamadera de gallo y de la cual ni él, ni yo podríamos escapar.

He sido siempre generosa en mis afectos, y ustedes, mis paisanos lo saben: solidaria en las desgracias y jubilosa en las alegrías. Por eso donde hay un riohachero o un guajiro, ahí está un pedacito de mi alma y me la paso regalando abrazos y risas por doquier en cada volver.

Sin embargo, yo también tengo mis círculos y un lugar muy especial de mi corazón lo ocupan esos paisanos que admiro, que se destacan y dejan en grande el nombre de mi tierra, bien sea por su preparación o un talento especial; eso sí, sin jalarles bola o pretender favores, porque la línea entre la lambonería y la admiración suele confundirse a menudo, pero existe y es real, fácilmente distinguible cuando se acaba el poder y sigue el aprecio.

Estas letras estaba en mora de escribirlas a Neme, nuestro Gobernador saliente; pero me agrada que le lleguen en este momento, cuando el celular le suena menos y los jala bola se desaparecen, letras impregnadas de gratitud y aprecio, recordando aquellos días en que hacía las tareas de elemental con su hermana mayor y él andaba por ahí, neceando junto a Raulito, en una esquina de la primera, donde su abuela, la inolvidable Manga (q.e.p.d), con un olor exquisito de pan caliente que en más de una ocasión tuve el placer de degustar.

Recuerdo remoto y nítido que se actualizó años después, cuando la vida nos puso a coincidir en un gobierno departamental y luego seguí y apoyé siempre todas sus aspiraciones, porque, para mí, él es la definición exacta de “un buen pelao” y sus estudios le marcaron la ruta de regreso a su tierra, a servirle y a ayudarnos a recuperar la institucionalidad de ese despelote en que se había convertido nuestra gobernación.

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Me mortifica que no termine como lo hubiese deseado, pero en eso no me detengo, porque ni me apetece y ni me compete, prefiero rescatar todo lo bueno que se logró.

Con una pandemia en la mitad y una jauría de lobos alrededor, se logró avanzar ¿cuánto? No sé, pero de ese atolladero, de ese camión en trocha fangosa que patinaba sin avanzar, pudimos salir y el horizonte, espero y aspiro, podría pintar mejor, con los puntos sobre las íes de una casa en orden.

Al terminar su mandato, solo puedo recordar la bonita manera de como inició, después de una campaña tormentosa, logró una ventaja amplia, indiscutible y legítima, evidenciando una “contundente” victoria, un gobierno lleno de aciertos y tal vez algunos desaciertos, porque infalible no lo es, pero con la preparación suficiente para enfrentar los inmensos problemas y poder interactuar de tú a tú en el gobierno nacional y hacerse notar.

Bueno Neme, como decía Ikechón de mamá, “hasta aquí, llegó el burro de los melones”, aquí se cierra un ciclo y en nombre de tantos paisanos te doy las gracias por lo que hiciste por esta tierra y me uno a la plegaria de tu mamá, cuando con sus palabras sentidas y sinceras, nos sacó más de una lágrima el día de tu posesión en pleno parque Padilla, arropándote con sus oraciones constantes y su amor incondicional, pasara lo que pasara. Ella, por experiencia propia, sabía el tortuoso camino que te esperaba y no se equivocó. De resto, paciencia y fe, ya amanecerá y veremos.

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