Como bien lo dice el adagio, después de rayo caído, no hay magnificas que valgan. Terminada la contienda electoral del 29 de octubre, ahora se inician las transiciones de los gobiernos territoriales. En próximos días se iniciarán los empalmes en 1.135 entidades territoriales de Colombia, entre las cuales figuran 1.103 alcaldías y 32 gobernaciones. Algunos evalúan con sensatez en que se equivocaron y que deben corregir para aprender la lección de la reciente experiencia democrática vivida.
Lo cierto es, que toca pasar esta página y los ganadores deben iniciar con su responsabilidad misional de recibir la información de calidad que encuentren con sus comisiones de empalme público, para darle cumplimiento al cronograma de transición tal y como lo señala la ley 951 de 2005 o ley obligatoria del empalme público entre el mandatario que entra y el que sale de la administración. Atrás deben quedar los enfrentamientos innecesarios producto de la pasión y la polarización política. En algunos municipio se desnudó la más baja expresión de la naturaleza humana, pero que hoy, con cabeza fría, nos lleva a comprender que quien ganó, fue quien obtuvo el favor popular de las mayorías y fue quien menos se equivocó en el marketing de su imagen durante el direccionamiento político y estratégico de su campaña. La democracia permite que unos gobiernen y otros se opongan de manera constructiva por el bienestar común en la búsqueda de los pesos y los contrapesos y el equilibrio del poder. Pero lo cierto es, que en la mayoría de nuestros municipios deben apostarle a cerrar brechas sociales que separan considerablemente a unos de otros de la media nacional.
También debe continuarse en una lucha frontal contra la pobreza y la desigualdad con la reactivación económica después de los estragos de la crisis sanitaria del covid19. Del mismo modo, se debe apostar a la sostenibilidad ambiental y a la transición energética, sin dejar de lado la conservación de la biodiversidad, el recurso hídrico y los suelos, en esta era que El Presidente de Colombia ha emprendido una cruzada por la descarbonización del país y el impulso del desarrollo alrededor del agua. Si desde el gobierno central se promueve que Colombia es potencia mundial de la vida, desde su territorio en armonía con esa directriz de planificación nacional los nuevos mandatarios deben planificar los modelos de ocupación de sus territorios para focalizar la inversión pública. Ya se requiere que los elegidos inicien sus reuniones preparatorias y convoquen al alistamiento institucional a sus comisiones de empalme para emprender de manera inmediata su tarea de gobierno, para la cual fueron elegidos.
Se acabó el recreo, aquí no hay tiempo que perder, el nivel ejecutivo y la toma correcta de decisiones requiere innovación, planificación y gestión, y sobre todo, un novedoso modelo de gerencia publica, para mejorar la calidad de vida y el índice de desarrollo humano desde la gestión territorial. Las alcaldías y gobernaciones no son una bolsa de empleo ni una pista de aterrizaje de los desempleados que no encuentran oportunidades para su perfil. Los nuevos mandatarios requieren equipos de gobiernos idóneos y competitivos, con conocimiento, experiencia y trayectoria para realizar un gobierno moderno y exitoso con resultados efectivos para la percepción de la sociedad y de los demás niveles de gobierno y los organismos de control hasta mejorar su capacidad de interlocución y gestión. Los perfiles técnicos y administrativos priman sobre los perfiles políticos en la era de la tecnocracia y los gobiernos digitales y en línea, donde se administra y se gestiona por las plataformas digitales. Los alcaldes y gobernadores electos deben empoderarse de sus comisiones de empalme y comenzar a liderar los procesos haciendo uso de su liderazgo político y estratégico. El arte de gobernar, es el arte de administrar vidas. Esa es la gran responsabilidad que asumen los que gobiernan y por la que se convierten en centinelas guardianes de sus decisiones quienes se oponen a su gestión.
El pueblo clama desarrollo y progreso, cambio de vida y transformación de su entorno urbano y rural. Se requieren pueblos más seguros, más educados, más sanos y más emprendedores, y por eso, vota la gente, para ver materializados sus sueños, que se le han escurrido como agua entre las manos. Por eso, exhortamos a los mandatarios elegidos, a salirse del convencionalismo y la rutina, a romper paradigmas y estereotipos, para realizar un gobierno extraordinario, por fuera de lo ordinario. Trabajando 24/7, gobernando con los mejores y más idóneos profesionales.