Las prácticas de enseñanza y la Enseñanza Para la Comprensión
En el análisis del ejercicio docente en cuanto a sus prácticas de enseñanza, se han encontrado situaciones de aula que confirman algunas razones que evidencian que las flojas prácticas de enseñanza se relacionan con los bajos resultados académicos. Al respecto Carmona y otros, (2019) afirman lo siguiente: las prácticas de enseñanza de los docentes se fundamentaban principalmente en el modelo pedagógico tradicional, caracterizado por la transmisión de conocimientos e información. En este modelo existían carencias en la transversalización de saberes disciplinares en el currículo y se denotaba que la planeación de actividades se centraba en los contenidos y no en que los estudiantes tuvieran la posibilidad de construir su propio aprendizaje a través de acciones significativas. (págs. 210-225)
Este tipo de prácticas de enseñanza no permiten la flexibilización de los aprendizajes para poderlos utilizar para solucionar problemas del contexto y, esto último son los fines que se deben perseguir con las actividades de aula, contextualizar los saberes a través de variabilidad didáctica.
En lo relacionado con las diversas investigaciones en el contexto de la educación básica, en su mayoría apuntan a que ellas se desarrollan bajo los modelos tradicionales de movilizar las acciones de aula. Pulgarín y Meneses (2019) plantean que esas prácticas de enseñanza no ofrecen las posibilidades necesarias para que el conocimiento se asimile con finalidades de uso, lo que implica es que no llegue de buena manera y sin las formas claras de su utilidad. En consecuencia, las prácticas de enseñanza deben de estar en una constante reflexión que permitan encontrar vías hacía el mejoramiento continuo.
En cuanto el tipo de prácticas de enseñanza se puede afirmar que, son las dinámicas de la gestión del conocimiento en los ambientes de enseñanza y aprendizaje deben cambiar en aras de consolidar procesos efectivos y eficientes. Al respecto García (2021) piensa que se deben “transformar colaborativamente el quehacer formativo mediante el enriquecimiento y transformación paulatina a través del diseño de estrategias institucionales de formación y acompañamiento al mejoramiento y la innovación didáctica de los docentes” (pág. 147). En consecuencia, los maestros deben tener la disposición para iniciar la autorreflexión de su praxis. Donde se pueda iniciar un camino de reconocimiento de sus dificultades al momento de materializar sus prácticas para tenerlas como punto de partida al mejoramiento
Para la mejora en las prácticas de enseñanza, se hace necesario repensarlas en función de una búsqueda constante de su eficiencia y su eficacia y, eso se puede lograr con el enfoque de la Enseñanza para la Comprensión (EpC). En ese sentido Contreras (2023) plantea que esa propuesta “se enfoca a orientar los saberes o tópicos y propende por la comprensión, aprehensión, participación y un pensamiento crítico por parte del educando lo cual permite la cualificación y transformación del modo de enseñar del educador” (pág. 5). Ese debe ser la dinámica para cambiar las costumbres didácticas del modelo tradicional de manejar los ambientes de enseñanza y aprendizaje.
En ese mismo sentido, Cediel (2020) dice que los propósitos de la EpC “giran alrededor de tres preguntas ¿Qué queremos que los estudiantes comprendan? ¿Cómo construirán los estudiantes esas comprensiones? ¿Cómo saber que lo comprende?” (págs. 94 – 108). Específicamente, con este enfoque hay toda reestructuración del ejercicio de las prácticas de enseñanzas que focaliza la atención del proceso hacía las comprensiones de los saberes mediados. No basta con asimilar los conocimiento sino actuar flexiblemente con ellos para resolver problemas del contexto. Sobre la EpC, Terrones (2019) complementa “es una estrategia que permite a los alumnos a reflexionar, para resolver sus problemas. Incluye temas, conceptos, teorías o ideas, los cuales son el punto de partida para la enseñanza de comprensiones profundas” (pág. 20). Donde los puntos de salida y llegada de las prácticas de enseñanza están mediados por la comprensiones en sus más altas complejidades.
Como conclusión se plantea que el propósito es propiciar unas prácticas de enseñanza que sean vinculantes, que generen la reflexión en el estudiante para que mejore su asimilación y acomodación de los saberes que se lleguen a mediar en los ambientes de enseñanza y aprendizaje. Atendiendo a ese llamado sobre las prácticas de enseñanza se constituyen en alternativas para mejorar los resultados de los aprendizajes.
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