Edicion octubre 5, 2024

Las mujeres en la vida de Omar Geles

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Columnista - Fabio Olea Massa
Columnista – Fabio Olea Massa (Negrindio)

A una semana después de su muerte, ya se ha dicho y escrito suficiente sobre el genio de la composición y gran artista que fue Omar Geles. En mi artículo “El ser humano detrás del artista” destaqué su calidad humana y los valores que poseía como persona noble; un gran artista sin duda, pero mejor ser humano.

Fue padre de siete hijos con cuatro mujeres distintas “pero con la misma”, como dijo Poncho Zuleta, fruto de la relación amorosa con varias mujeres. Omar, con su picaresco sentido del humor, solía decir lo mismo y se sentía orgulloso de ser un hombre de buenas en el amor, un “gentleman” conquistador del corazón femenino, aunque contó que se llevó varias “cacheras” de cupido que le sirvieron de musa para componer canciones.

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El negro tenía su pinta, nadie se lo podía quitar, era un morocho sexapiloso para las damas, de trato simpático, sonrisa franca, carismático, buen bailador, coquetón y vanidoso en el vestir, mejor dicho, tenía su “tumbao”, y si sumamos a esas virtudes el poder del dinero, la luz de la fama y el romanticismo de sus canciones, al man no le quedaba difícil enamorar a cualquier geba. Como dijo Diomedes: “sabrosa es la vida del chófer, la del músico y del policía porque gozan de la simpatía siempre del amor de la mujer”.

Omar siempre estaba feliz, vivía con alegría y disfrutaba con pasión su trabajo, que era la música. A los conciertos viajaba en compañía de Maren, su joven y bella esposa (última), a la que conoció en un almacén de Valledupar cuando ella llegó a comprar y Omar le pidió al dueño del local que lo dejara pasar como vendedor para atenderla, y ahí fue el flechazo. Duraron 10 años de amores y tuvieron tres hijos. Se casaron en 2021, y cuando Omar le pidió que fuera su esposa contó que, estando él enfermo de covid, ella se negó a dejarlo solo y durmió en la misma habitación, y así con el virus hicieron el amor cuatro veces (bravo el negro). Ya de casado, Omar era un tipo familiar que le gustaba compartir con ella y sus hijos los cumpleaños, navidades y fechas especiales, lo mismo que con su querida vieja doña Hilda. Estas mujeres fueron importantes en la carrera del artista y fuente de inspiración de canciones compuestas para ellas.

Con Liliana Carrillo, su primera esposa, tuvo dos hijos. Los padres de ella no veían con buenos ojos la relación de su hija con un músico y se opusieron al noviazgo, la mandaron a estudiar a Londres para separarlos, tiempo de ausencia durante el cual Omar le compuso la exitosa canción “Te esperaré”. Finalmente, el amor venció, “La mona linda” volvió y se casaron. Fue otra mujer importante en la vida de Omar.

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Claudia Fontalvo fue otra de sus mujeres con la que tuvo un hijo. Se sabe que el artista es el padre de una hija de nombre Stephani Geles. En una entrevista picante que dio a un amigo, Omar fue preguntado cuántas mujeres pasaron por su lecho. Él, como buen caballero, no dio número, pero dijo que desde los 13 años tocaba acordeón y era famoso, y desde ahí empezó a tener muchas novias. El amigo periodista le contrapregunta, ¿más de 300? Geles responde que sus amigos hicieron la cuenta y por ahí pasan. Dicen que usted está bien dotado, que le mide 37 centímetros (insinúa el periodista) y Omar contesta: “37 es una exageración, pero sí como 35”. “Compadre, usted lo que tiene ahí es un manduco, un bate” – concluye el periodista – y ambos terminan cagaos de la risa. Sería por su “tamaño” que Omar fue afortunado en el amor, o sería mamadera de gallo suya.

Pero sin lugar a dudas, la mujer más importante en su vida fue doña Hilda Suarez, su mamá, la que lo parió y trajo al mundo, la que batalló contra la vida para criarlo a él y a sus hermanos, la que fue papá y mamá a la vez, la que lavó ropa para conseguir el sustento con que alimentarlos. Esta mujer fue su motor para luchar y salir adelante en la vida, y lo inspiró para componer su canción más famosa “Los caminos de la vida” que no para de sonar desde el mismo día de su muerte. Doña Hilda es hoy la mamá más querida de Colombia, mujer ejemplo de berraquera, como Omar la describe en la canción “Lo que vivió mamá” que dice: “Ay, pero mi vieja berraca, le puso el pecho a la vida, al mismo tiempo fue papá y mamá, cuando se quedó solita”.

La canción parece hoy premonitoria de su muerte, como si se estuviera despidiendo de su mamá y de su esposa, a la que también le dedica esta estrofa: “Pero yo a ti no te voy a dejar, no te haré vivir lo que vivió mamá, a mis hijitos los levantaré, al lado tuyo mi buena mujer”. Sin palabras, en verdad arruga el corazón la letra de esta bella composición.

Los dos artículos de mi autoría publicados en este medio han sido apenas un “pequeño” homenaje para honrar la memoria del que considero ha sido el artista más completo que hasta ahora dio nuestro folclor vallenato, el más grande entre los grandes: Omar Antonio Geles. Descanse en la gloria de Dios su alma.

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