Por: Gonzalo Gomez, Ing. Civil, Magister en filosofía
La situación en la Casa Indígena de Riohacha y otros albergues establecidos por las autoridades de La Guajira es alarmante y exige una acción inmediata. Cerca de mil personas, incluyendo indígenas Wiwa y población afro, se enfrentan a condiciones inhumanas que ponen en peligro su salud y bienestar.
El desplazamiento masivo ocurrido en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta el 25 de febrero de 2024 dejó a estas comunidades en una situación desesperada. Hacinamiento, escasez de agua, malas condiciones para dormir y un brote de enfermedades respiratorias son solo algunas de las atrocidades que enfrentan estas personas.
Tras una visita para evaluar la situación de los más de 315 indígenas Wiwa desplazados, el Procurador Delegado para la Defensa de los Derechos Humanos confirmó la gravedad de la crisis. La atención proporcionada por las autoridades departamentales, distritales y nacionales es insuficiente, y en el caso del gobierno nacional, es nula.
La Fundación Dignidad & Vida hace un llamado urgente a las autoridades responsables de la atención a las víctimas a intervenir de inmediato en la Casa Indígena y otros albergues de la capital guajira. Entre los afectados se encuentran un número significativo de menores de edad, mujeres gestantes y lactantes, cuyas vidas están en riesgo debido a la negligencia de quienes deberían protegerlos.
No podemos permitir que las autoridades esperen a que ocurran tragedias para tomar medidas. La violación de los derechos fundamentales de estas comunidades es inaceptable y requiere una respuesta inmediata y efectiva.
Es importante destacar que el pueblo Wiwa cuenta con la solidaridad de los pueblos hermanos de la Sierra Nevada, así como del pueblo Wayuu. Es hora de que las autoridades actúen con la misma urgencia y compromiso para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los afectados.
Además, es fundamental que las autoridades no obliguen a los pueblos indígenas a realizar una movilización general como único camino para que les restablezcan sus derechos vulnerados. Exigimos que se respeten sus derechos y se tomen medidas inmediatas para abordar esta crisis humanitaria sin necesidad de que recurran a acciones extremas para hacerse escuchar.
La Guajira no puede seguir siendo testigo silencioso de esta tragedia humanitaria. Exigimos justicia, acción y protección para todas las comunidades afectadas.