Edicion febrero 16, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

“La tal Luna de miel de los 100 días, ya no existe”

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Columnista – Jaime Alfredo Movil Brito

En la historia de Francia se demonina “Les Cent Jours” a los eventos durante la Guerra de la séptima coalición que transcurrieron entre el regreso de Napoleón en marzo de 1815 desde su huida de la isla de Elba donde estaba exiliado y su derrota definitiva en la batalla de Waterloo en junio;  los cien días  fue una frase acuñada por el Conde de Chabrol para recibir a Luis XVIII después de la caída de Bonaparte, en Estados Unidos, fue el Presidente Franklin D. Roosevelt,  el que lo introdujo como “periodo de gracia” quien asumió el cargo en 1933 y durante los primeros cien días de gobierno aprobó la mayoría de leyes intervencionistas que puso en marcha para luchar contra los enormes problemas económicos originados por la gran depresión de 1929, más de 10.000 bancos habían quebrado, la cuarta parte de los trabajadores del país estaban sin empleo y la gente luchaba por migajas de comida, era sin lugar a dudas la hora más oscura de la gran depresión,  estas leyes fueron posteriormente su legado, se conocen popularmente como “NEW DEAL”, pues en este tiempo consiguió que el congreso aprobara esas 15 leyes que reconstruirían la moral y la economía del país.

En la actualidad ese lapso de tiempo se ha convertido en una tradición adoptada en casi todo occidente, donde al mandatario tanto a nivel nacional, regional y local se le evalúa como un primer medidor de gobernanza, estos 100 días también son considerados como un “periodo de gracia” en que la oposición y todos sus frentes se merma frente al mandatario de turno, en palabras más sencillas es la oportunidad para que el gobierno convenza a los que no los apoyaron en la elección, por consiguiente esperan ver iniciativas y acciones de impacto y consenso que permitan generar certidumbres y claridad sobre grandes problemáticas, trayendo a colación la frase de J F KENNEDY quien solía decir que “Se puede ganar las elecciones con el 50% pero no se puede gobernar con el 50% en contra” en teoría debería ser una premisa y tarea de los gobernantes donde impere la palabra UNIDAD y en consecuencia las distintas tareas para generar consensos.

Hoy en día, se ha convertido en menuda tarea difícil que los mandatarios puedan tener esos 100 días de “Periodo de gracia” o “Luna de miel” haciendo un análisis comparativo es evidente que las cosas han cambiado drásticamente,  el desgaste y el nivel de desafección histórico frente y en contra a todo lo que huela o represente a la política ha incidido también en este ámbito, según distintos estudios liderados y expuestos por el reconocido académico Argentino “Mario Riorda” confirman que hoy, los gobernantes están generalmente 35% más abajo de lo que estaban en 2007, un ejemplo claro es el expresidente Uribe quien terminó en el 2010 con una favorabilidad de un 80% tras 8 años de mandato, lograr ese porcentaje después de tanto tiempo hoy es algo impensable salvo contadas excepciones como es el caso de Nayib Bukele en el Salvador, donde algunos también dejan entrever sus dudas al respecto de ese porcentaje, caso contrario a lo que sucede hoy en día con el presidente chileno Gabriel Boric quien pasó en dos meses de mandato, es decir menos de los 100 días de un 50% al 36% de favorabilidad, sumado al caso de Petro en Colombia quien pasó en agosto de tener una desfaborabilidad de un 20% a 40% de octubre del mismo año, también antes de los 100 días, como hemos visto los fines anticipado de la luna de miel se han convertido en el pan de cada día, la favorabilidad se ha desplomado por distintos factores, los principales a mi juicio son la cantidad de demandas y expectativas que crecen a ritmo desproporcionado en orden con la capacidad de respuesta de los Estados, los  constantes escándalos de corrupción que salpican a los gobiernos y sus funcionarios dejando grietas enormes e irreparables a su reputación, la incapacidad de los mismos a la hora adaptarse a las nuevas formas de comunicación y construir un mito de gobierno que las personas reconozcan y entiendan, en definitiva los representantes olvidan que para Gobernar bien hay que COMUNICAR BIEN y con la mayoría, sin divisiones y polarizaciones, tampoco se puede concebir la política sin un formato o hecho comunicacional, la mayoría de políticos se concentran tanto en su agenda y en “hacer”  pero en ¿Comunicar bien? Son pocos, sumado a las técnicas y conceptos que esto implica y aportándolo también de lo que regularmente hacen los políticos, simplemente informar, la política y la forma de hacerla CAMBIO definitivamente.

En corolario el reto de los gobiernos es enorme, hoy existe una ciudadanía más informada, decepcionada, y expectante de resultados ante unos mandatarios cada vez más expuestos y con millones de ojos encima esperando el mínimo error para causar un incendio, es menester que los mandatarios, primero sean conscientes de esta situación para luego dar paso a la solución de las problemáticas expuestas para que puedan ejercer mejor un ejercicio de gobernanza en aras también del fortalecimiento de la democracia y de la vida de todos, adiós a los aclamados 100 días, si mucho son 50, la gente quiere inmediatez, dirección, rapidez y buena comunicación.

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