Edicion octubre 9, 2024
Laura Andriolis Freyle.

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Columnista – Luis Antonio Gómez Peñalver

Cuando en 2017 la Corte Constitucional declaró el estado de cosas inconstitucionales frente a la protección especial de los derechos al agua, salud y alimentación para las comunidades indígenas Wayuu de los municipios de Riohacha, Manaure, Uribia y Maicao del Departamento de La Guajira, de una vez comprendí lo necesario que era para ese pueblo el surgimiento de una voz que desde el departamento hablara por ellos, pero ese grito necesariamente debía darlo alguien que tuviera la cercanía con los procesos sociales que la nación Wayuu ha llevado a cabo frente al estado colombiano, alguien que hablara wayunaiki, que tuviera conocimiento de los temas de salud debido a las muertes de los niños y niñas Wayuu por desnutrición y causas asociadas y que fuera un integrante del género que esa cultura indígena haya escogido para representar su sistema socio-político (matriarcado), cuando pensaba en todas esas cualidades siempre mi mente me llevaba hacia una mujer.

Hoy, después de décadas una mujer se atreve a poner su nombre a consideración y lo hace por algo que es innato en ella, su aspiración nace de su actitud, es una persona pujante que por medio de su trabajo diario y disciplinado ha logrado ser quien es hoy día, ella no es de cuna, solo es una indígena como muchos(a) que ha forjado su futuro a pulso y que gracias a ello ha podido salir adelante en esa lucha ardua que propone haber nacido en una región en donde existen tantas desigualdades sociales, esta parte del estado colombiano en donde nacer te asegura un puesto en el alto índice de desempleo, deserción escolar, informalidad laboral y precaria alimentación. Todas estas connotaciones hacen parte del diario vivir del Wayuu.

Laura Andriolis Freyle.
Laura Andriolis Freyle.
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No veo motivo por qué oponerme a apoyar a una mujer Wayuu que quiere representar a su pueblo ¿A cuántos opuestos no se les ha dado la oportunidad? ¿Cuál es nuestra situación socioeconómica actual? ¿Estamos bien? O ¿Estamos mal? Juzguen ustedes, en la Guajira tanto la mujer como el indígena Wayuu son mayorías dentro del censo electoral, solo es cuestión de unificar esas fuerzas y hacer entender que la aplicación de los mismos métodos sobre la misma problemática aportaría los mismos resultados, pero si, por el contrario, se decide elegir algo distinto podríamos entonces empezar a conocer resultados diferentes, en ese orden de ideas una mujer Wayuu es una propuesta diferente a las distintas que se han llevado a cabo a lo largo de nuestra historia.

Sobre Laura se han tejido muchas hipótesis de las cuales la mayoría son a causa de su carácter, ese mismo que tuvo que endurecer debido a su lucha por ir escalando peldaños en una sociedad en dónde no estamos acostumbrados a ver a la mujer desarrollando liderazgos porque nos parece extraño que una de ellas se atreva a surgir en un ambiente tan difícil, por eso vemos una que otra crítica basada en desconocimiento. Les confieso que en muchas ocasiones después de largas conversaciones con ella lo que he podido apreciar es una actitud disciplinada, si está o no en campaña política sus rutinas son las mismas, cargadas de alta exigencia laboral, con una energía que parece no acabarse, particularmente creo que ese nivel de autoexigencia es lo que le ha formado su carácter, y que su afán por liderar los temas sociales es algo innato en ella ¿Realmente creen que se pueden asumir liderazgos con un carácter débil? Pienso que para asumir luchas sociales y gobernar se necesita tener templanza y fuerza en la palabra, la debilidad conduce a la nada.

En estas elecciones no quiero volver a caer en lo mismo, quiero apoyar una propuesta diferente, a lo largo de nuestra historia los guajiros hemos estado sumergidos en propuestas que contienen los mismos componentes, lo digo basado en nuestra realidad actual, avanzamos muy lento en nuestro desarrollo socioeconómico, veo que pasan y pasan cuatrienios, pero seguimos casi igual, a título personal diría que es debido a la forma de elegir, por eso considero que una mujer es sinónimo de cambio, de algo distinto ¿Qué perdemos con probar algo distinto? Estoy completamente seguro que nada, por el contrario, ganaríamos más, porque seguramente estaríamos conociendo resultados distintos.

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Pertenecemos a un departamento en donde los hombres hemos asumido un rol protagónico y exclusivo en el área político-social ¿Entonces, con esta inclinación tenemos un departamento más próspero? De fondo más que probar si todo esto sea a causa de un debate entre géneros, más bien es de analizar si ha habido fallas en materia de oportunidades inclinadas hacia el género femenino, cómo juzgarlas si han sido muy pocas las veces en las que les hemos dado la pertinencia de incluirlas siquiera para gobernar.

Tal vez la Guajira sea como un niño desnutrido, mal cuidado que necesite el amor y afecto de una mujer la cual con mucho cariño y desbordada sensibilidad social pueda lograr que su situación mejore.

Es supremamente necesario el gobierno de una mujer para la guajira. La evidencia es cada vez mayor: las mujeres mejoran el ambiente democrático porque su forma de hacer política y sus prioridades de política son distintas a las de nosotros los hombres. Diversos estudios empíricos muestran que al aumentar su presencia en lugares de poder, la política se vuelve más sensible a las necesidades de la población; los partidos dialogan, la convergencia política es más fácil y hay más cooperación; las divisiones étnicas, religiosas y lingüísticas se atenúan y la paz se vuelve más duradera.

La igual representación de hombres y mujeres en la política no es un problema y no debe ser motivo de conflictos entre géneros o debates agresivos, ni una reivindicación de las mujeres, sino una necesidad de la democracia y un instrumento para el desarrollo inclusivo y sostenible propiamente necesario para una mejor sociedad, necesitamos una mejor Guajira, pero debemos atrevernos a un cambio de óptica al momento de elegir.

Si escudriñamos la historia de la humanidad podríamos encontrar que a lo largo de su existencia han existido muchas luchas sociales en torno a la defensa de la inclusión del género femenino a la vida económica, social y política, muchas vidas perdidas tras un logro que hoy día presenta un avance en el mundo, personajes como Margaret Tacher, Kamala Harris, Ángela Merkel, Michel Bachelet, incluso en el plano nacional tenemos a Ingrid Betancourt, Noemí sanin y en el regional a Elsa Noguera, en fin, muchísimas mujeres que han protagonizado los temas de gobierno en varios países gracias a las causas que se establecieron por aquel entonces en el siglo pasado, pienso que nuestro departamento no se puede quedar atrás, todo lo contrario, debe estar a la vanguardia de esas causas que otrora enfrentaron adversarios más grandes, poderosos y temerarios de los que hoy día existen. Hoy el grito unificado debe ser por pedir la oportunidad, creo que es el tiempo.

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