La ideología, un tema de moda que sigue incomodando
La pluma dorada plasma la página en blanco con la tinta fina de su pensamiento, inspirada en un tema que está de moda, pero que aún incomoda: la ideología. Es un conjunto normativo de emociones, ideas y creencias colectivas que son compatibles entre sí y están especialmente referidas a la conducta social humana. Las ideologías describen y postulan modos de actuar sobre la realidad colectiva, ya sea sobre el sistema general de la sociedad o en uno o varios de sus sistemas específicos, como el económico, social, científico-tecnológico, político, cultural, moral, religioso, medioambiental u otros relacionados con el bien común (wiki2024). Asimismo, el historiador español José Luis Rodríguez Jiménez ha definido la ideología como «un universo de valores o conjunto de ideas que reflejan una concepción del mundo, codificados en un cuerpo doctrinal, con el objetivo de establecer canales de influencia y de justificación de sus intereses [del grupo social o político que la sostiene]» (wiki2024).
En fin, hablar de este tema resulta bastante común en este momento. Se vienen abriendo brechas que estaban cerradas para todo tipo de creencias mínimas o de pequeños grupos que temían revelar su verdadero sentir, pensar y deseo; pensamientos poco comunes que llevaban a su discriminación, generando luchas y unión entre estos, logrando la libertad de revelarse, tanto en género, en política, en la educación. Muchas prohibiciones y limitaciones machistas que, gracias a sus distintas manifestaciones internas, les fueron abriendo la puerta para que fueran protagonistas en su rol.
Poco a poco, eso que se veía mínimo fue creciendo hasta voltear los papeles. Se pueden ver miles de grupos políticos; antes solo eran liberales y conservadores, ¿cuántos existen hoy? En la religión, solo era la católica en el cristianismo, ¿cuántas existen hoy? Y así, muchísimos grupos sociales buscan encontrarse, entender su esencia, lo que ha desatado una lucha por sentirse plenos, llevando a que la inconsciencia supere lo consciente, refiriendo todos los temas en mención que por fin encuentran un camino. La invitación es que dichas brechas ideológicas en cualquiera de los campos empiecen a pensar en que ya no hay ese limitante mayor del pasado; ya existen y tienen su lugar, ahora se debe construir país sobre lo que se ha ganado. Es hora de dejar de protagonizar absurdas luchas y guerras de pensamientos distintos. Se observa que esto se ha convertido en un desafío de pensamiento, aunque esto no es de ahora; se observa que la lucha y el irrespeto crecen, cada grupo pelea su posición y sus derechos, llevando a cometer los mismos errores, es decir, se aumenta el conflicto, ya que hace que la irracionalidad reine, generando como consecuencia lo mismo por lo que se viene luchando. Todos quieren que el otro piense y sienta igual que ellos, llevando a que crezcan el conflicto y que la intolerancia se multiplique. Entonces, ¿esta lucha no terminará? ¿Por qué quiero que el otro piense y haga lo mismo que yo? ¿Por qué mejor no se empieza por respetar al otro, entendiendo que mi derecho comienza donde termina el del otro? Si esto se aplicase, nadie llegaría a decidir por el otro; se educaría desde casa el respeto por la diferencia. Pero esto no quiere decir que mi lucha es la que vale, la del otro también vale, por tanto, no hay necesidad de creer que mi verdad es la única válida, pues la del otro también lo es. Por tanto, la paz existirá cuando empieces a respetarte a ti mismo y al otro.
Si tu lucha fue que el otro supiese que piensas y sientes diferente, a pesar de que el otro no crea que tu posición sea válida, pero sabe que existe tu posición, pues bien, ya existes. Ahora, eso no quiere decir que debas obligarlo a que sienta, piense y practique lo mismo que tú. No, cariño, tu vida, tu realidad es la tuya; debes vivirla tú y tu grupo. El otro también hará lo mismo, lo que indica es que debes dar lo mejor de ti para aportar, como el otro, respetando sus diferencias.