Edicion octubre 5, 2024

La constituyente estaba cantando

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Columnista - Fabio Olea Massa
Columnista – Fabio Olea Massa (Negrindio)

Ahí tienen al Presidente Gustavo Petro, un hombre al que no le importa un pepino incumplir su palabra para conseguir lo que quiere; para él “el fin justifica los medios”. Juró en campaña no convocar a una constituyente y en su posesión defender la Constitución de 1991, pero fueron mentiras. Petro engañó a los que votaron por él.

Petro ha descubierto la carta marcada que tenía para convocar a una asamblea constituyente con la que buscará reformar la Constitución a su medida, para perpetuarse en el poder como sucedió con Chávez en Venezuela. Esto se veía venir y vamos caminando hacia allá. A Petro le molesta la Constitución de su país porque tiene instituciones político-jurídicas que funcionan en democracia; que no le permiten abusar del gobierno como él quiere, o sirven de contrapeso de su poder frenando sus ímpetus de dictador, entonces intentará acabar con esa constitución, sustituirla por una nueva o modificar la que rige, y cambiar el modelo político que le permita gobernar sin tener controles.

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El país estaba advertido de los riesgos que corría la democracia si Petro ganaba la presidencia, pero once millones y medio de electores se dejaron seducir por las propuestas populistas del “encantador” de incautos, no hicieron caso y votaron por él. Petro no es un demócrata, está lleno de soberbia, gobierna con rencor, no respeta la autonomía de otros poderes, y quiere imponerle a la brava al Congreso sus reformas para que se las apruebe. El Presidente de Argentina, Javier Milei, lo calificó de “un comunista que está hundiendo a Colombia”.

La constituyente de Petro es para no dejar el poder en 2026. Francia Márquez, la vice, dijo que buscarán la reelección de Petro porque “el cambio no se logra en cuatro años” y es de esperar que harán lo imposible por retener el poder, así piensan y actúan los comunistas. El primer paso para lograrlo es cambiar la Constitución como pasó en Venezuela con Chávez y Maduro; Ecuador con Correa; Bolivia con Evo Morales; Argentina con los esposos Kirchner y Nicaragua con Ortega. Petro va a convocar una constituyente para cambiar la Constitución, el modelo de Estado democrático y las instituciones políticas y jurídicas que nos rigen.

Desconfío de esta reforma constitucional porque detrás de ella veo un plan del gobierno para cooptar todo el aparato estatal y ponerlo al servicio de un modelo hegemónico y totalitario como le gusta gobernar a Petro. No creo que sea para beneficiar a los pobres, ni para que el pueblo apruebe directamente las reformas que no aprobó el legislativo. Los votantes debemos tener mucho cuidado para no equivocarnos otorgando a Petro el poder de gobernar sin control, lo que buscará conseguir seguramente para justificar que recibió el mandato del constituyente primario y, que para aplicar la reforma, puede gobernar sin límite. Esto es peligroso pues abre el camino para conducirnos al modelo de socialismo del siglo XXI que es el comunismo Castro-chavista impuesto en Venezuela, y ahí sí fue la de Troya, Colombia dejaría de ser un Estado democrático para convertirse en otra dictadura “democrática” como la venezolana.

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La constituyente puede ser una estrategia de Petro para distraer al pueblo por los escándalos de corrupción de su gobierno, llevando la polarización política que vive el país al terreno de la constituyente, mientras él avanza en su plan de milicialización indígena y campesina, desarma a la población civil y debilita a la fuerza pública creando una fuerza paraestatal (colectivos) que lo fortalezca militar y políticamente y le sirva para intimidar a todo el que se oponga a sus planes de someter a Colombia al comunismo.

Petro sabe que el camino de la constituyente es intrincado y para convocarla requiere de una Ley aprobada por el Congreso donde no tiene mayorías. La ley de convocatoria a la asamblea debe someterse a su trámite en el Senado y Cámara de Representantes donde puede ser modificada, y en este escenario los congresistas se cuidarán de no incluir en el temario por votar nada que vaya en contra de sus intereses, como la revocatoria del mandato de ellos mismos. Aun si la Ley se aprobara tiene que ir a control de constitucionalidad en la Corte Constitucional, superado esto el pueblo iría a las urnas a votar y para que gane el “Sí” se requiere el voto afirmativo de la tercera parte del censo electoral.

La constituyente es un arma de doble filo que como puede beneficiar al gobierno lo puede derrotar políticamente. En Chile, el Presidente Boric convocó al pueblo para cambiar la Constitución y el soberano votó no a favor de mantener la vigente de Pinochet. La desaprobación de la gestión de Petro es muy alta, su gobierno sufre escándalos de corrupción, hay despilfarro de recursos, abuso de poder, desgobierno, incumplimiento de promesas de campaña y la seguridad está en crisis, todo juega en contra del Presidente y lo más probable es que el pueblo le pase la factura de cobro naufragando en su intento de cambiar la constitución. Petro sufriría otro revés político tan grande como el de las elecciones de 2023.

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