En memoria al gran Calixto Ochoa
Todavía permanecen intactos los recuerdos cuando se le rindió homenaje en la 45 versión del Festival Vallenato, en la ciudad de Valledupar, al gran Calixto Ochoa. Manteniendo esas raíces que identifican al primer festival de este género en el país, en sus 45 años de creado, se le rinde homenaje a un grande entre los grandes :el juglar y maestro Calixto Antonio Ochoa Campos , o “El Negro Cali”, como se le conocía cariñosamente y quien además de ser Rey Vallenato, fue un prolífero compositor que ha irrumpido de cuanto ritmo y letra se le ha ocurrido, y son 1132 composiciones que le han grabado desde paseo, merengue, puya y son, que representan los cuatro aires de nuestra música vallenata, así como también dentro de esta vasta recopilación de su creatividad se encuentran ritmos de porro, pasebol, paseíto, charanga, fandango y raspacanilla. El gran Calixto Ochoa, el pasado14 de agosto hubiera cumplido 88 años. Cuando estaba en este mundo terrenal se gozó cada cumpleaños, bien vividos, bien gozados y bien atendidos por toda la quimera de amores que tuvo en su vida.
Todavía los amantes de este folclor conservan en su memoria, como si fuera ayer , cuando se convirtió en el tercer rey del Festival Vallenato, en el año de 1970 y les ganó en franca lid a otros dos grandes: Nafer Durán y Emilianito Zuleta. Interpretando “Muñequita Linda”, “Puya Regional”, “Palomita Volantona” y “La Interiorana” y cuando se coronó rey, su pueblo, Valencia de Jesús, se convirtió en un río humano de tanta alegría y tanto jolgorio. La historia de este juglar es maravillosa en todo su contenido y en todo lo vivido. Aprendió a tocar acordeón de oídos, escuchando a sus hermanos Juan y Rafael y como la historia del viejo Emiliano, cuando ellos se descuidaban cogía el acordeón y tocaba las parrandas hasta el amanecer, con dos canciones famosas: el Amor-Amor, de Germán Serna y el Palo de dividivi, de “Chico” Bolaños. Ya a los 19 años, que como todos los acordeoneros de la época, eran trabajadores de fincas ganaderas, él cansado ya de todos estos asuntos, tomó su acordeón y se fue a recorrer los pueblos de la Costa, ya vislumbraba de lo que iba a ser en el futuro, uno de los compositores más grandes que ha dado nuestra región, por eso una de sus primeras composiciones fue “El plan de Salas“, dedicado a su hermano Rafael. Y en esas correrías conoció a uno de sus primeros amores, en Aguas Blancas, en el departamento del Cesar, a una linda mujer de Pueblo Bello, Carmen Mestre, de quien se enamoró locamente y en menos de un mes viviendo en su natal Valencia de Jesús, se casó con ella y un detalle malo y bueno en esta relación : ella que se quedó en casa de los padres de Calixto, se fue con otro y el conoció a otra linda morena.
De los maestros Andrés Landeros, Adolfo Pacheco, Toño Fernández y Ramón Vargas, recibió la influencia de la música de la gaita y el porro, cuando estuvo en sus correrías por el pueblo de San Jacinto y más tarde, cuando andaba en los 21 años de edad, conoció a César Castro, en Sincelejo, con quien hizo varios trabajos con el sello Eco de Cartagena y con el mismo César, a petición de Antonio Fuentes, dueño de Discos Fuentes, creó en el año 1961 los famosos “Corraleros de Majagual”, convirtiéndose en los mejores de la época y fueron la sensación en Colombia y fuera de ella. Allí, Calixto Ochoa llamó a una pléyade de jóvenes que eran sensación en diferentes ritmos: Alfredo Gutiérrez, Eliseo Herrera, Julio Erazo, Carmelo Barraza, Rosendo Martínez, Los hermanos Benítez, Chico Cervantes, Lucho Pérez, Ignacio “Nacho” Paredes, Antonio Cavas, entre otros y los corraleros se convirtieron en la sensación del momento.
El maestro Calixto Ochoa, ha sido uno de los mejores exponentes de nuestra música y ha dejado en alto al Vallenato como intérprete y como compositor. Sus composiciones son de lo más granado con que cuenta el folclor: El Pirulino, Todo es Para Ti, La Reina del Espacio, Remanga, Los Sabanales, El Calabacito Alumbrador, El Africano, Playas Marinas, La India Motilona, La Ombligona, El Dentista, Marilí, La Compañerita, Charanga Campesina, Muriendo Lentamente, Mata de Caña, Anhelos, Diana, La Llanerita, El Humanitario, Manantial del Alma, Listo Calixto, Mi Color Moreno, El Besito, El Gavilán Castigador, entre otras. Razón más que suficiente para que el Festival Vallenato le rinda todos los honores. Un ícono llamado Calixto Ochoa está vivito y coleando en los recuerdos de todos los amantes de nuestro folclor. Aplausos para él en la eternidad.