Edicion octubre 16, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

El pago del ingreso solidario

Columnista - Fabio Olea Massa
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El pago del ingreso solidario

Columnista – Fabio Olea Massa.

Uno de los programas sociales del gobierno para ayudar a sobrellevar la crisis económica por causa del covid, a las familias más vulnerables de estratos 1, 2 y 3, es el ingreso solidario, subsidio que beneficia a más de 4 millones de hogares  colombianos. Sin duda, el programa bandera del presidente Duque.

Pero como todo lo del pobre es robado – aquí diríamos rogado – eso es lo que tienen que hacer literalmente los beneficiarios de este subsidio: rogarle al operador del pago un buen trato y la eficiencia para recibir el pago de su subsidio, ya que son sometidos a condiciones inhumanas antes y durante el pago por parte de la empresa Supergiro.

Supergiro, la operadora del pago de ingreso solidario, cuenta con una gran cantidad de puntos de atención en la ciudad, pero solo habilita tres puntos, el de la oficina principal de la calle 10 con 9 y dos más en diferentes puntos de la ciudad.

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Desde el pasado lunes se está pagando este subsidio. El día domingo 24 de julio pasaba por la calle 10, como a las 9 de la noche, y me sorprendí de ver una romería de gente alrededor de la escuela las Américas, frente a Supergiro. Al indagar que pasaba y porque tan numerosa cantidad de personas, entre las cuales estaban mujeres, niños en brazos, viejitos, discapacitados, indígenas, embarazadas, me entere que pasarían allí la noche, a la intemperie, a esperar al día siguiente a las 6 de la mañana cuando serian repartidos los cien fichos para ingresar a cobrar su subsidio.

El espectáculo que vi fue deprimente, lamentable, gente durmiendo en el suelo, en chinchorro, madres dándole el seno a sus niños en el piso, viejitos descubiertos soportando el frio de la noche, con el agravante de que el sitio se convirtió en una gran letrina publica donde hacen sus necesidades fisiológicas y los malos olores apestan.

Una mujer venezolana de aspecto vulgar, a quien conocen como “la mona”, lanzando toda clase de palabras groseras gritaba a la multitud (calculo más de 200 personas), llamando a conformar la lista con las cien personas que pasaría a supergiro para la repartición al día siguiente de igual número de fichos. En medio del barullo se forman discusiones y conatos de pelea sin la presencia de un solo policía que imponga el orden, en alguna ocasión – me contaron – hasta alguien saco un arma molesto porque no lo incluían en la lista. Ahí se ve y pasa de todo, los vecinos del sector están indignados.

Interesado en el tema, a la mañana siguiente volví a ver cómo era la repartición de los fichos y efectivamente a las 6 en punto salió una empleada de supergiro con lista en mano y empieza a llamar para la entrega de los fichos hasta el número cien, formándose dos grupos, una fila con estas cien personas y otra con los de la tercera edad, mujeres embarazadas y discapacitados.

Supergiro abusa de su poder dominante y somete a estas personas a un trato indigno a su condición humana, haciéndoles esperar largas horas, obligándolas prácticamente a pernoctar en ese lugar, a la intemperie, la noche anterior al pago, todo sea por conseguir un ficho; allí encontramos niños, ancianos, mujeres, inválidos, personas de la más vulnerable condición social. Esto es humillante, denigrante y degradante, violatorio de los derechos humanos.

Mientras observaba la repartición de los fichos escuchaba a una empleada de supergiro gritarle a la gente de manera grosera que si no se organizaban no les pagaban, que ella suspendería el pago; ahí broto mi lado humano y de justicia y le increpe que no podía hacer eso porque esa plata no era suya sino del gobierno dispuesta para atender a la gente vulnerable, me gane su mirada de odio, pero no me quede ahí y le dije que la que debía organizarse era la empresa operadora, ya sea habilitando la atención en el mayor número de puntos de atención, o en todos los distribuidos a lo largo y ancho de la ciudad, o implementando el pico y cedula con el último número de identidad, por ejemplo, los lunes 1 y 2, martes 3 y 4, y así sucesivamente hasta evacuar la totalidad de los pagos en cinco días y no en tres semanas como ahora lo hacen.

Supergiro como operador del ingreso solidario debe buscar solución a esta congestión y situación de mal trato con la gente beneficiaria de este subsidio, implementando alternativas eficientes de pago distintas a como ha venido realizando los pagos hasta ahora.

Ante esta situación hago un llamado al Departamento de Prosperidad Social (DPS), local y a nivel nacional, así como a la Defensoría del pueblo, y a los medios de comunicación a estar atentos, para que se tomen los correctivos y este mal trato con la gente más vulnerable no se vuelva a presentar.

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