Edicion noviembre 22, 2024
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EL AMOR A DIOS QUE SE EXPRESA A TRAVÉS DE LA DEVOCIÓN

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EL AMOR A DIOS QUE SE EXPRESA A TRAVÉS DE LA DEVOCIÓN

Pastor ICBF Riohacha - Robinson Mejía Iguarán
Pastor ICBF Riohacha – Robinson Mejía Iguarán

32. “Nos impusimos además la obligación de contribuir cada año con la tercera parte de un siclo para la obra de la casa de nuestro Dios,

33. ⁠para el pan de la proposición y para la ofrenda continua, para el holocausto continuo, los sábados, las nuevas lunas, las festividades, y para las cosas santificadas y los sacrificios de expiación por el pecado de Israel, y para todo el servicio de la casa de nuestro Dios”. Nehemías 10.

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La evidencia tanto del cambio espiritual como de la restauración, se ve en la consagración de la iglesia que es el cuerpo del Señor.

El pueblo de Israel se propone contribuir cada año con la tercera parte de un siclo para el templo, que será utilizada para ofrecer sacrificios y holocaustos, mantener y reparar el templo. Echarán suertes para decidir la tribu que traerá leña para el holocausto, y el sacerdote deberá siempre mantener el fuego prendido en el altar. Tanto el tributo del templo, como la madera para la leña, son necesarios para instaurar nuevamente el sistema sacrificial en el pueblo. La consagración de los bienes y el servicio en la iglesia son partes fundamentales para una restauración y avivamiento espiritual.

La consagración de los bienes es una clara señal del amor que profesamos a Dios. El pueblo de Israel toma la determinación de entregar las primicias a Dios. De esta manera, reconocen que de Él provienen todos sus bienes y le agradecen por permitirles gozar de los frutos. Además, traen el primogénito de sus hijos y de sus ganados para recibir remisión de sus pecados. Al entregar a su hijo primogénito al Señor, consagran toda la familia para Dios y toman la decisión de ser adoradores en espíritu y en verdad. Entregan el fruto de la tierra a los levitas.

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Sus ofrendas sustentarán a los sacerdotes y a los levitas que sirven en el templo y no tienen otra heredad. Entregar las primicias y el diezmo a Dios significa confesar que Dios es el dueño de nuestra vida; además de proveer para las necesidades de los ministros de la iglesia.

Amar la casa de Dios y valorar nuestra relación con Él es el núcleo de la vida de fe. El pueblo de Israel que había reconstruido el muro del Templo destruido, necesitaba restaurar la verdadera devoción para poder rendir un culto apropiado. Para que el culto y el ministerio de la comunidad eclesiástica se lleven a cabo correctamente, el fiel debe poner en práctica su devoción. Debemos demostrar nuestro amor por el Templo de Dios, buscando Su reino y Su justicia. Dios les guarde.

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