Edicion febrero 10, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

DIOS MUESTRA SU CORAZÓN A TRAVÉS DE LAS ADVERTENCIAS SOBRE EL JUICIO

DIOS MUESTRA SU CORAZÓN A TRAVÉS DE LAS ADVERTENCIAS SOBRE EL JUICIO
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“Porque mi pueblo es necio, no me conocieron; son hijos ignorantes y faltos de entendimiento; son sabios para hacer el mal, pero no saben hacer el bien”.

Jeremías 4:22.


Pastor ICBF Riohacha – Robinson Mejía Iguarán
La persistencia en los pecados apresura el juicio divino. Pese a las repetidas advertencias de Dios, Judá no ha querido renunciar a su maldad, por eso, un juicio terrible ha sido decretado sobre él. Será como viento seco, viento más vehemente, nube, torbellino y águilas, es decir, un juicio intenso, silencioso, inminente y terrible que asolará las ciudades por completo, como consecuencia del corazón pecaminoso y las persistentes malas obras del pueblo.

La salvación ante esta advertencia de juicio inminente está en reconocer la maldad de nuestros pensamientos y lavar nuestros corazones. Es preciso arrepentirnos y renunciar a los pensamientos pecaminosos y a las obras de maldad. Si nos volvemos del camino de la desobediencia a la Palabra, podemos librarnos del temible juicio.
Los que tienen sensibilidad espiritual reciben las advertencias de Dios con temor. Jeremías ha previsto las calamidades que vendrán sobre la tierra de Judá y su corazón arde de dolor y tristeza. La frase mis entrañas (v. 19) es una traducción literal del hebreo, que denota un dolor extremo que una persona siente al ver la tierra prometida ser saqueada por completo, después del sonido de las trompetas de guerra.

Pero el pueblo de Judá ignora todo esto debido a su necedad e insensibilidad espiritual. Los siervos genuinos de Dios se levantan del desánimo, incluso en momentos de dolor y aflicción, para cumplir fielmente su llamado como atalayas. Es preciso hacer sonar la trompeta del evangelio continuamente, para hacer volver a un pueblo insensible, pronto para cometer iniquidades y tardo para las buenas obras.

Dios nos advierte sobre el juicio del pecado y nos da la oportunidad para arrepentirnos. La manera de alcanzar la salvación y evitar ese terrible juicio es alejándonos del camino del mal y eliminando el pecado de nuestros corazones. Por su parte, Jeremías sufre un profundo dolor y una gran tristeza por este obstinado pueblo que no se arrepiente, representando el corazón de Dios.

Así como el profeta habla en Su nombre y comparte Su pesar, nosotros debemos tener un corazón que se apiade de las personas que tendrán que padecer el juicio y que se lamente por el pecado, para poder animarnos a predicar el evangelio con el espíritu misericordioso que Él nos permite tener.

Dios muestra Su corazón, a través de las advertencias sobre el juicio. Si nos arrepentimos, las advertencias de Dios sobre Su juicio reflejan Su amor y misericordia. Dios les guarde.

 

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