
La pluma dorada, en esta ocasión, plasma la página en blanco inspirada en la época más bonita del año. Una época que viste de luces a las familias colombianas, que reúne y reencuentra a los seres queridos, permitiendo reflexionar y analizar lo que se viene tejiendo durante esos 365 días y las seis horas en que la tierra, nuestra casa, rota y se traslada.
Todo ello rueda en las manillas de los relojes, por segundos, minutos y horas, así como en nuestro calendario: días, semanas, años, décadas, siglos, entre otros, que se reducen a lo que llamamos tiempo. Este factor nos ha permitido ser y hacer mientras estamos en nuestro paso por el mundo, algo que olvidamos por el afán de hacer y hacer, descuidando el ser, el vivir y disfrutar.
Esta época del año, diciembre, se divide en tres grandes y cálidos momentos familiares: el encendido de las velitas el 8 de diciembre, la cena navideña que reúne a toda la familia el 24 y el intercambio de regalos el 25, acompañado de la celebración en honor al niño Jesús. Estas fechas llenan el alma de todas las familias y cierran el año con una gran cena y reunión familiar el 31 de diciembre, donde se recibe el nuevo año en unión.
Diciembre es la época que permite acercarse a la esencia de existir y a los seres queridos, donde el estrés se aleja para dar paso a la paz, el amor y el compartir. La familia, los vecinos, los amigos; la unión de todos debe ser la razón de existir y el motor para no desviarse de la sabiduría espiritual.
En esta fecha especial, cada miembro de la familia asume su rol con responsabilidad, regresando a sus orígenes, a su casa, a su pasado que abraza su presente. Se reconoce la extensión familiar, el núcleo que se expande en ramas, hojas y hasta frutos.
Diciembre es súper importante; se corona como una fecha de fechas. Es el único mes en que toda la familia quisiera alargar el tiempo para evitar la separación y el regreso a las responsabilidades cotidianas. La esperanza reside en que vendrán muchos diciembres más, permitiendo reuniones, interacciones y comparticiones de éxitos, fracasos, tristezas y alegrías.
Querido lector, en esta fecha especial, les deseo una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo. Agradezco por leer a esta pluma dorada, que logró plasmar en las páginas en blanco todo aquello que le inspiró el estar del sentir.