“Yo Tenía Un Amigo, Un Gran Amigo, Como Mi Hermano y El Que Aprecia Un Amigo, Es Puro y Digno, sincero Y Sano y Un Mal Día Se Marchó, Dejó Solo Sus Compañeros mil Recuerdos Dejó Y Una Familia Sin Consuelo”
Esta en mi mente el aparte transcrito de la canción “Yo tenía un amigo” de la autoría de Rafael Manjarrez fue grabada por Iván Villazón con el Acordeón de Raúl “El Chiche” Martínez en el año 1987 está en el Corte 5 del Lado A del LP “Los virtuosos”.
No es cuando escribo hoy un día grato para nuestra familia, para Monguí y por lo mismo para este pechito, se encuentran aún frescas las flores que esta tarde se colocaron sobre la tumba solitaria y ardiente de un buen ser humano, un primo de mi vieja que para nosotros en la casa era un hermano de aquellos que nuestra vieja no parió pero que ocupaba un lugar especial en el altar de nuestros afectos, era Emilio Peralta Medina “Coló” de aquellos familiares que no cambian ni en las buenas ni en las malas, ni en las subidas ni en las bajadas.
Inexplicablemente el infortunio lo visito y puso fin a sus días durante la aciaga madrugada del 20 de febrero reciente pasado, cruel e inmerecido sacrificio, hoy me asiste la íntima convicción que si sus hijos o sus hermanas nos hubieran comunicado a mis hermanos Ángel, Chichi o a mí, su situación emocional el rey de las tinieblas no hubiera tomado el control de su existencia, su actitud hubiera sido otra, estaría con vida porque el nos escuchaba, nos consultaba y nos respetaba, ahora entiendo porque el viernes 16 cuando me visitó por última vez para entregarme la fórmula para mandarle a hacer unos lentes y me dijo que fuera a buscar el caballo que ellos me habían regalado me dijo varias veces “…dígale a Julio que no vallan a maltratar ese animal que ese es un recuerdo que vas a tener”, sus palabras fueron premonitorias, pero también pienso que si ese día hubiera contemplado ya la posibilidad de un suicidio no me hubiera entregado la fórmula para esos lentes que yo le iba a regalar; también me conto que estaba de cumpleaños, y le regale cincuenta mil pesos y le dije “Para que invite a la hembra a comerse un pollo” se puso a reír, pero la procesión iba por dentro. Cuando en horas de la madrugada recibí la llamada para informarse del desenlace final e inesperado vino a mi mente el sueño que había tenido el jueves 15 durante la noche, que una muela se me había salido y cayó en mi mano, le dije a el que era un mal sueño porque la última vez que tuve un sueño igual a los dos días murió en accidente de tránsito el hijo de Moisés mi primo a quien también le conté lo que había soñado que presentía que una vez más se iba a enlutar la familia, Coló me preguntó que si había visto sangre, le dije que si entonces me dijo “Ese muerto será familiar”, nunca imagine que sería el y que aquella seria nuestra última conversación, el día siguiente en Valledupar le mande a hacer los lentes donde mis amigos de la Óptica Upar los cuales recibí el miércoles 21 cuando me disponía a salir para Monguí con Evaristo nuestro hermano Sacerdote para sus honras fúnebres.
Todo lo acontecido durante mi último encuentro con ese buen hombre me da vueltas en la cabeza, y creo que el cuerpo como suele sucederme me aviso la tragedia porque apenas salió de mi oficina sufrí un conato de pálida, un mareo terrible que me asustó, pero no paso a mayores a lo cual me referí en la columna publicada el fin de semana. Igual llama mi atención una brutal coincidencia porque el día escogido por el para abandonarnos a todos se cumplían 9 años de haber fallecido su hermana Egda María “La Coma” igual que el buena gente que se fue muy temprano víctima de una Diabetes ruinosa y catastrófica que precipito su deterioro hasta la fatalidad, mujer de pragmáticas actitudes que decía que cuidado le iban a colocar candil cuando muriera, y sucedió que durante su velación en la casa de su vieja antes de llevarla al cementerio le colocaron el altar y apenas el cortejo fúnebre salió de allí este se incendió todo quedo inexplicablemente reducido a cenizas pensamos que fue obvia consecuencia del incumplimiento de su última voluntad.
Tenemos serias sospechas que el tema de la autoeliminación de las personas, tiene su componente familiar porque Orlando un hermano de Coló se suicidó con un disparo de Revolver antes de cumplir los veinte años de nacido Este terrible acontecimiento trae a mi mente mi columna del 7 de noviembre de 2021 titulada “Cabecitas locas…el problema es mental” en la cual dije lo siguiente: “Nuestra invitación muy respetuosa. Es a unir esfuerzos, para ayudar a cuidar la mente de nuestros semejantes hay demasiadas razones para la desesperanza colectiva, hay perros durmiendo en miles de fogones al medio día, hay mucho dolor en miles de corazones, y la primacía de la realidad nos ha colocado ante un inocultable problema de salud pública: la salud mental de nuestra gente y eso contribuye a la intolerancia, el pánico, la esquizofrenia, la agresividad, el fracaso, la violencia intrafamiliar, la depresión y el suicidio”. Duele, todo esta consumado se silenció el hombre que por todo reía, a todo le sacaba chistes y hacia canciones como el Merengue que hizo a Ángel mi hermano por haber inventado el Festival del Dulce de Leche.
De todo muerto se dice que era bueno, pero quien acaba de partir dejo extendido en el recuerdo de todos su jocosidad, su generosidad, su honestidad y su disposición para auxiliar a todo el mundo, fue nuestra mano derecha, cada emergencia de mis hijos en el colegio si no podíamos ir allá iba a dar a buscarlos por enfermedad, si dejaban la tarea la llevaba, si iban para eventos sociales en los transportaba, si me encontraba fuera de la ciudad era quien apagaba mis incendios, desde lo lejos mis instrucciones las atendía de inmediato, gracias a Dios hicimos por el en vida lo que había que hacer, siempre conto con nuestra compañía, nuestro auxilio y nuestros consejos y nosotros con él. ¡Dios traiga a sus hijos y hermanos el consuelo porque ante esta vaina la resignación es imposible!