“Si un libro se puede leer impunemente, no vale la pena tomarse el trabajo.
Cuando los libros están de veras vivos, respiran;
y uno se los pone al oído y les siente la respiración y sus palabras son contagiosas,
peligrosamente, cariñosamente contagiosas…”.
Eduardo Galeano:
Cuando el espíritu estalla de inspiración surgen letras poderosas con sabor a caribe victorioso que nos hacen mecernos en una original mecedora de mimbre colorido con la herencia poderosa de mujeres como Mama Bella, eso es lo que se siente al transitar por los cuentos de libertad que ha escrito Víctor Deluque Vidal, un guajiro de nacimiento y un barranquillero por permanencia, las dos cosas en una, su origen es eso, caribe puro. Su libro es un ser vivo que respira y sus palabras son contagiosas.
El teje letras que nos devuelven la esperanza y nos acercan a la sensibilidad que tanta falta hace por estos tiempos, le regala al mundo un libro de esos que estremecen el alma, nos hace viajar de la cotidianidad a las conexiones y de las conexiones a la transformación para lograr el despertar.
Andando entre relatos, es un libro que inspira y que tiene una magia especial desde narrativas libertarias, sanadoras y potenciadoras de la idea de que siempre se pueden transformar realidades; Víctor nos entrega su verdad y su vibrato de ser y existir de manera profunda, cuando leía su obra, me sentía en el caribe como universo de historias, el caimán, Samuel, Las mecedoras, el equilibro de los instantes y la metáfora de las langostas, eso es lo que hace sentir su obra como un elixir de metáforas que nos recuerdan el poder de vibrar, liberar, sanar y sublimar.
Invito a leer esta obra poderosa y a seguir cada parto literario que nos ofrezca la pluma caribe de Victor, una pluma que se mueve entre la energía femenina de su poderosa línea uterina, desde Mamá Bella (la diosa Micaela) y su vientre fructífero Nazly Vidal hasta las mujeres que están por nacer en su linaje universal, él es eso, un grito caribe del derecho a la ternura y la energía sensible sin miedo a mandatos patriarcales, por eso, su obra es un viaje a la magia, a la inocencia y a la salvación de convencerse que entre sus misiones existenciales, escribir es una de las prioridades.
Victor, nos recuerda lo que es escribir con consciencia y visceralidad cautivadora, es un tejedor de relatos resilientes, amorosos, provocadores de esperanzas y la absoluta credibilidad en la transformación. Les invito a leer y a deleitar este libro, que nos hace volver al origen, a eso que somos y que a veces se pierde entre el ruido del afán o el caos que nos deja sin tiempo para lo fundamental.
Andando entre relatos es una obra para leer varias veces, en diferentes lugares, en soledad o en compañía, que además nos regala la diagramación impecable de “Gretta con Ganas” tejida en una sorofraternidad con la narrativa de Victor, mi invitación es a regalarse esas pausas (lectoras) que nos hacen movilizar hasta el infinito.
Gracias Victor por tu rotundo SI a aportar tanto por medio de la literatura, gana el mundo con obras como estas ¡nunca dejes de escribir!