Edicion septiembre 19, 2024
Columnista - Fabio Olea Massa

Comparte

Amar, servir y perdonar

Columnista – Fabio Olea Massa.

Alguna vez escuche decir al famoso narrador deportivo Edgar Perea (q.e.p.d) que la muerte era como un castigo que llegaba después de haber luchado tanto por conseguir la felicidad, alcanzar el éxito, construir una familia, lograr estatus económico, reconocimiento social y haber disfrutado todo lo bueno que brinda la vida. Al final nos vamos de este mundo sin nada tras vencer la carrera de obstáculos que es la vida.

La vida es así y a la que no podemos superar es a la muerte. La muerte es la realidad de la vida y sobre ella debemos reflexionar como nuestro destino final, “nadie quiere morirse pero todos quieren ir al cielo” decía Pablo Escobar.

Publicidad

La vida es el don más preciado que Dios nos ha dado y marca el comienzo de nuestra existencia. Comparó la vida cuando nacemos con un libro en blanco, que lo vamos llenando hoja por hoja a medida que pasan los años, y cuando llegamos a la última página el punto final de la muerte nos pone fin y ahí se cierra nuestro libro.

Entre el nacimiento y la muerte somos protagonistas de nuestra propia historia de vida, de todo lo que hagamos y como lo hagamos, y aquí quiero reflexionar acerca de la mejor manera como debemos vivirla, y eso es cumpliendo los mandamientos de Dios, postura clave para dejar huella de nuestro pasó por la vida sirviendo, amando y perdonando.

La madre Teresa decía: “quien no vive para servir no sirve para vivir” frase que expresa el más fiel ejemplo de amor y servicio al prójimo. Servir y dar son dos actos gratificantes de la vida que se sustentan en el amor al prójimo; bendecido aquel que puede servir desde el lugar del que tiene para dar, y no del que no puede y necesita pedir. Y debemos dar, no porque tengamos mucho, sino porque sabemos lo que es no tener nada.

A lo largo de mi vida he honrado a Dios siendo justo y sirviendo al prójimo, haciendo el bien sin mirar a quien. No práctico eso de que “al caído caerle” por ser una conducta mezquina que no se corresponde con mí obrar como hijo de Dios. Al caído, extenderle la mano para que se levante y salga adelante, eso es amor.

Otra forma de amar es perdonar a quien nos ofendió ya que el perdón sana y restaura, nos libera de la carga del rencor que carcome el alma y nubla la razón. Si el amor nos realiza como seres humanos para dar y servir, el perdón nos libera para vivir en paz consigo mismo y con los demás.

Pero somos egoístas, nos preocuparnos más por atesorar dinero y poder que vivir conforme a los mandatos divinos de amarnos unos a los otros, ser solidarios, servir y perdonar. La ambición y el individualismo del hombre llevan a matarnos entre hermanos, ser soberbios, rencorosos, olvidándonos de dar y servir, defectos que nos hunden en el lodo de nuestra propia miseria humana; y así alcancemos el éxito, la fama, la fortuna o el poder pasaremos inadvertidos en esta vida sino dejamos la huella del amor fraterno que Cristo nos enseñó, y es amar y compartir con nuestros hermanos. Por eso vivamos con humildad, amando y sirviendo al prójimo para honrar a Dios y merecer sus bendiciones.

Luego de sobrevivir al covid mi vida tomo un nuevo sentido y quiero que se haga la voluntad de Dios en mí para el propósito suyo que aún me tiene destinado, dispuesto estoy a servir y hacer el mayor bien que pueda, y de llegar a tener siquiera un poquito de poder utilizarlo en beneficio de los demás. Dios es amor y la vida hermosa y muy corta para hacer el mal, yo prefiero vivirla mejor haciendo el bien en nombre de Dios para no perder mi capacidad de amar, servir y perdonar.

noticias relacionadas

Consulta Virtual

¿Considera que el turismo es el principal potencial de La Guajira?

ULTIMAS NOTICIAS