22. “¿Enseñará alguien a Dios sabiduría, cuando es él quien juzga a los que están elevados?”
Job 21.
Debemos ser capaces de oír el clamor de los que sufren injustamente. Job se pregunta con cuánta frecuencia los malvados mueren antes de tiempo o son llevados por el viento como a la paja (considerando el contexto, debemos entender el versículo 18 como parte de la exclamación). ”Son como la paja delante del viento, como el tamo que arrebata el torbellino” (v. 18). La paja y el tamo nos hablan de un juicio inminente.
Aunque Job sostiene que los impíos deben beber de la ira del Todopoderoso, después de esto menciona diferentes resultados que no tienen relación con sus buenas o malas obras. Algunos mueren en la plenitud de su vigor y en paz; otros, en dolor (Job 21:23-25). No hay acepción de personas ante la muerte. La declaración de Job permite una mejor comprensión de la soberanía de Dios y cómo debemos prepararnos para aceptarla.
Un juicio errado es otra forma de violencia. Job acusa a sus amigos de querer causarle daño. Les pide que pregunten a los viajeros, para que puedan encontrar una explicación a su situación. Para Job la respuesta es que el malo es preservado en el día de la destrucción y estará a salvo en el día de la ira (Job 21:30). Job pregunta por segunda vez: ”¿Quién le denunciará en su cara su camino?” (v. 31).
Según Job, el impío no recibe su castigo durante su vida, motivo por el cual, muchos siguen su ejemplo. Sus amigos han descrito el destino de los impíos, pero sus afirmaciones se oponen completamente a lo que Job ha visto. Concluye diciendo que vano ha sido el consuelo de sus amigos; y que sus respuestas son pura falacia.
La muerte es un límite que ningún hombre puede evitar y es igual para todos, sean ricos o pobres, buenos o malos. A veces, Dios retribuye las acciones del impío inmediatamente y otras veces espera. En ocasiones, permite también el sufrimiento del justo. No obstante, todo se encuentra bajo Su soberanía y maravillosa providencia.
Por lo tanto, debemos vivir con la mirada fija en Él, para que no naveguemos entre la tristeza el gozo en completa inestabilidad. Si nos aferramos a Dios, quien nos consuela en medio de la aflicción y esperamos en Él, conoceremos el verdadero consuelo y la sanidad de nuestro ser. Creer en el Soberano significa confiar y esperar en Él. Tiempo de aferrarse al Dios Soberano. Dios les guarde.
