

Ya 9 años de tu inesperada partida, quien diría que el tiempo transcurriría tan rápido y aún tu ausencia se sentiría cada día con más fuerza, es inevitable no entristecernos al recordar esta fecha, ese diciembre del año 2012, en el cual ya tenías comprada hasta la ropa que utilizarías el 24 para la cena de navidad, ese diciembre dónde tuvimos el dilema si desarmábamos o no el pesebre para velarte en la sala de tu casa, papi, que difícil es ver pasar el tiempo y no tenerte a nuestro lado para abrazarte, sin embargo nos queda la satisfacción después de todo el tiempo transcurrido, de haber nacido en este bello hogar que conformaste al lado de nuestra querida madre y que sin importar las horas, días, meses o años, tú recuerdo sigue vivo, tu legado continua y con orgullo podemos decirte eternamente te amamos.
Gracias Álvaro José Romero Effer, por lo que hiciste por nuestra familia, por tus amigos, por la Universidad de La Guajira, por la Iglesia Católica de Riohacha y por esta ciudad a la que tanto amaste, sabemos que aunque no te han hecho un homenaje trascendental post mortem, dejaste una huella imborrable en esta sociedad, tú honestidad, integridad, transparencia y demás cualidades te llevaron a la vida eterna, recuerdo cuando decías que el hombre debía sembrar para el cielo y no para la tierra, por ello hoy estamos plenamente convencido de que alcanzaste un lugar privilegiado al lado de Nuestro Señor Jesucristo.
Papi, gracias por tus enseñanzas, por tu amor incondicional, hiciste de nosotros excelentes seres humanos y con orgullo podemos permanecer con la frente en alto, papi sigue cuidando de nosotros, eres nuestro ángel excepcional.
¡Hasta pronto!