Edicion octubre 8, 2024

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Columnista – Luis Antonio Gómez Peñalver

Escribí este artículo convencido que era un deber hacerlo, pero muy consciente de que algunos medios de comunicación no lo publicarán. Hace tres días estuve visitando mi pueblo inquietado un poco por comentarios negativos que cada vez con más frecuencia lograba escuchar en otros municipios del departamento con referencia a Uribia, en lo que se refiere al desgobierno que se vive en la capital indígena de Colombia, les cuento que apenas logré llegar al municipio con lo primero que me encontré fue con dos basureros y dos manifestaciones, una que bloqueaba la vía del tren que conduce a puerto bolívar y la otra en la secretaría de asuntos indígenas.

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Asumir señalamientos llenos de prejuicio es un tema que conlleva muchas responsabilidades, pero siento que existen momentos en los cuales se debe hacer para colocar en preaviso a quienes posiblemente pudieran llegar afectarse y más si el tema a tratar es social. Esto lo digo por un pronunciamiento que hice en una red social a finales del año 2019 el día en el cual se posesionó el alcalde de Uribia, dije lo siguiente: “te equivocaste Uribia” minutos después muchos internautas (la mayoría amigos del alcalde) iniciaron una fuerte arremetida contrariando mi afirmación, hoy casi cuatro años después creo no haberme equivocado, pero aquí en este artículo no vamos a señalar al alcalde sin fundamentos, vamos a exponer las razones basadas en retrocesos de índices socio-económicos arrojados por entidades del estado y haremos una objetiva ponderación de estos índices con la realidad que hoy vive Uribia a ver si hay coherencia entre ambos.

Antes de empezar a desarrollar el objeto del artículo quiero exponer mis razones por las cuales otrora vez me atreví afirmar que el gobierno del actual alcalde de Uribia no sería popular y tendría deficiencias notorias en el crecimiento socio-económico de mi pueblo, para fundamentar tal afirmación debemos hacer una retroalimentación analítica. Recuerdo un episodio en el año 2014 el cual me permitió analizar por primera vez al entonces aspirante al concejo, esculcando mi memoria, con claridad, encuentro que en la búsqueda de votos él fue a la casa de mi madre a visitarla, cuando llegó a cumplir tal cita logré observar a una persona un tanto envanecida, porque a pesar de estar todos los integrantes de dicha reunión el entonces muchacho se dedicó aproximadamente 20 minutos hacer chat vía celular, ignorando la presencia de los que estábamos en el lugar, también logre observar cierta prepotencia en la forma en como se expresaba con respecto a su posible aspiración a la alcaldía sin ni siquiera haber alcanzado la curul al concejo aún, le dijo a mi madre lo siguiente, “estoy tratando llegar al concejo para después lanzarme a la alcaldía”, pasados varios meses ciertamente fue elegido concejal y presidente del cuerpo colegiado, paralelo a eso en el desarrollo de su comportamiento como concejal empecé analizar su escaso proceder frente a temas sociales diversos y el desarrollo de un liderazgo que se concentraba más en la forma de crear convergencia política electoral a su alrededor olvidando la importancia de la creación de ideas necesarias para buscar el crecimiento socio-económico del municipio, era más como un afán de obtener poder sin importar el equilibrio que siempre debe haber entre el empoderamiento de un grupo político y el bienestar social, cualidades que ostentan equipos políticos exitosos, posterior a eso, desarrolló un discurso de “cambio” con fundamentos escasos cómo sofisma de distracción para entretener al electorado. Fueron estas razones y otras las cuales me llevaron a pensar que el entonces aspirante a la alcaldía no estaba siendo sensato con la gente, por eso no lo acompañe, me inspiraba desconfianza, motivado siempre en mi intuición he creído que un candidato debe obtener un equilibrio entre diversas actitudes, cualidades y aptitudes, así que semanas después decidí publicar tal afirmación.

Luego ya elegido empezó lo que para muchos sería el inicio de una época en la cual otro grupo político entraría a desarrollar hegemonía en esta zona del departamento (tendremos el poder por 20 años, lo afirmaban cercanos al alcalde), pero muchos no sabían que tal preponderancia se iba a desarrollar a base de un poder político que no representaría guardar proporción en el mejoramiento del bienestar social, que iba a ser más importante la consecución de los votos que el avance de los intereses colectivos, pues de momento aún no hemos notado el desarrollo de las políticas de gobierno en los sectores de agua, salud, educación y sanidad pública. Pero existe algo que ha llamado mucho más mi atención, desde el inicio del gobierno actual se han intensificado cada vez más los bloqueos y protestas en la secretaría de asuntos indígenas, por motivos diversos. Era lógico pensar que el alcalde de Uribia por ser de origen Wayuu, hablar perfectamente el wayunaiki y conocer objetivamente las costumbres de este pueblo indígena se destacaría con la secretaria de asuntos indígenas, pues por medio de ella el alcalde iba a descargar toda su empatía y amor hacia su raza, eso era lo que creíamos que pasaría, hoy logramos ver qué ahí la razón nos falló.

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Particularmente mi pensamiento no concibe la política del retrovisor que comparten cercanos al alcalde, la cual se basa en justificar las malas decisiones, porque según ellos, los antecesores al alcalde no hicieron un buen trabajo, a mí parecer manejar esa tesis es desarrollar una actitud irresponsable con el pueblo de Uribia y más si analizamos que con anterioridad jamás habíamos visto al pueblo sumergido en tanta desidia y abandono, basuras por doquier, inseguridad rampante, paralización en la infraestructura del tema agua. Cuando se visita a Uribia da la impresión que se encuentra el municipio en una especie de piloto automático dirigido por la ley del más fuerte, composición social propia de los inicios de la humanidad. Uribia no merece tal trato, este municipio nos ha dado tantas cosas buenas a nosotros que es imposible no ofenderse si vemos un comportamiento indigno hacia él, no puede pensar el alcalde que los dolientes debemos callar ante el desgobierno al que él está sometiendo al pueblo. Desde hace tres años hemos estado cuestionando el manejo de las basuras porque hemos venido observando una des actualización de las políticas públicas frente a cambios inesperados en el crecimiento demográfico de este municipio, hasta hoy día no hemos observado tales mejoras, todo lo contrario, podríamos decir que uribia en su zona urbana está aportas de una crisis sanitaria por la presencia de basureros satélites en varios lugares de su centro urbano, situación que contrasta con los postulados del gobierno nacional en cabeza del presidente, él cuál se ha caracterizado en la mayoría de sus discursos por la preocupación en la preservación del medio ambiente, actitud semejante en la cual toda la comunidad internacional está concentrada pues han existido muchas cumbres mundiales preocupadas por la contaminación ambiental, de tal forma podríamos afirmar entonces que el alcalde de Uribia está contrario a un mundo preocupado por la preservación del medio ambiente y su contaminación.

Según el departamento de estadística nacional (DANE) el municipio de Uribia es más rural que urbano con una población superior a los 190 mil habitantes de los cuales el 92% viven en condiciones de pobreza multidimensional, el 88% tienen sus necesidades básicas insatisfechas, con una cobertura educativa en secundaria del 25%, cifras alarmantes que requieren una actitud política responsable la cual sin duda alguna el alcalde de Uribia ha demostrado no tener, situación sumamente ilógica pues él ha sentido y palpado la inclemencia de la pobreza en su máximo esplendor, jamás he logrado entender por qué decidió asumir una actitud tan indiferente frente a la solidaridad que requiere gobernar un municipio con indicadores socio-económicos tan preocupantes, pues la imagen que tiene el actual alcalde no es propiamente la de un benefactor de las clases sociales menos favorecidas.

Uribia merece estar en mejores condiciones, no es justo que exista un desequilibrio tan notorio entre el empoderamiento político de un grupo y el bienestar de una sociedad tan necesitada, no se puede tolerar que los intereses del pueblo estén por debajo del fortalecimiento financiero de unos cuantos actores políticos, eso es inaceptable.

Uribia está entre los tres municipios que en la Guajira cuentan con más asignación de recursos públicos en su presupuesto con un aproximado superior a los 326 mil millones de pesos (año 2021), contando con una estimación para salud aproximada a los 128 mil millones (año 2020) y 152 mil millones (año 2021), por otro lado, recibiendo más de 25 mil millones entre 2020 y 2021 de recaudos efectivos por pagos tributarios, es cierto que en cuatro años es imposible acabar de tajo con la inmensa cantidad de necesidades que existen en este municipio, pero en cambio, si es posible que se alcance apreciar un inicio de mejorías o una voluntad política concentrada en la búsqueda de una sociedad más equitativa, según datos oficiales el municipio de Uribia cuenta con 37 entidades de secundaria educativas oficiales, 2 hospitales, 4 centros de salud y 4 puestos de salud sobre una extensión territorial de 7.900 kilómetros cuadrados, el cual es habitado por más de 190 mil habitantes. Pero lo peor de todo esto no son los problemas sociales, sino la actitud tan tranquila, despreocupada e inoperante que establece este gobernante, casi 4 años después de haber iniciado su gobierno y aún no vemos el avance de la infraestructura en salud y educación, siendo este último un sector que fue establecido en 2022 con más de 150 mil millones de pesos, de los cuales entendemos que una parte va dirigida a gastos de funcionamiento ¿Y el resto dónde está? ¿Dónde se invirtió?

A lo largo de toda la historia política y electoral de Uribia el voto castigo se ha constituido en un indicador de gobiernos con bajos índices de impopularidad y cuestionables ante la opinión pública, incluso en el periodo pasado el actual alcalde en su campaña política fomento el fenómeno del voto castigo a su favor, pero en la política como en la vida hay cosas que surten efecto boomerang, por eso desde aquí bajo justificadas razones hago un llamado a la dirigencia política, a los partidos políticos, líderes indígenas, gremios y a toda la ciudadanía en general que reflexionen y no sacrifiquen los intereses colectivos ante los particulares, que la forma más efectiva de sancionarlo sea en las próximas elecciones de octubre.

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