Por Faver Pertuz Orozco
Sabías que: los Acuerdos sobre Diversidad Biológica firmados por Colombia en Río de Janeiro Brasil, en 1992 y aprobados mediante la ley 165 de 1994, los cuales incluyen los ecosistemas, las especies y los recursos genéticos, fija tres objetivos principales: la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios de la utilización de los recursos genéticos.
Además, en cumplimiento de la convención relativa a los Humedales de importancia internacional especialmente como hábitat de aves acuáticas, Ramsar, suscrita en la ciudad de Ramsar, Irán, el 2 de febrero de 1971 y aprobada en Colombia por la Ley 357 de 1997, en donde nuestro país se compromete a mantener las características ecológicas de sus humedales de importancia internacional y planificar el uso racional, o uso sostenible, de todos los humedales situados en sus territorios.
Otro datos importante es que según el Plan de Ordenamiento Ambiental de los Humedales Urbanos del Distrito de Riohacha, formulado por la Corporación Autónoma Regional de La Guajira en 2013, el cual establece el Diagnóstico y la Caracterización Biofísica, Socioeconómica y Cultural, así como los Servicios Ecosistémicos que prestan y la contaminación por las actividades sociales y productivas a que se ven expuestos estos Pulmones Urbanos, así como las medidas para su recuperación y conservación, según la normatividad ambiental vigente, son de obligatorio cumplimiento por sus responsables.
En este sentido, la Laguna Salaá como Humedal Urbano representativo del patrimonio Ambiental, Histórico y Sociocultural del Distrito de Riohacha, por sus aportes en bienes y servicios ambientales, ser escenario de la reconocida Batalla de la Laguna Salaá, el 25 de mayo de 1.820, y por ser centro predilecto de la cultura, el arte y la identidad del Riohachero, merece especial consideración para la protección de su territorio natural.
De hecho, el artículo 51.5 del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) vigente para el Distrito de Riohacha, establece el área de la Laguna Salada junto con la de otros humedales y el Río Ranchería, como Suelos de Protección, el cual tiene restringida la posibilidad de urbanizarse debido a sus características geográficas, paisajísticas y ambientales, con franjas de protección según lo establece el artículo 83, literal D, del decreto Ley 2811 de 1974, el decreto 1541 de 1978 y la resolución 157 de 2004 del Ministerio de Ambiente.
En tal razón la Corporación Autónoma Regional de La Guajira a través de proyectos de descontaminación, restauración y sensibilización, la Gobernación de La Guajira a través del Proyecto Parque Lineal de la Laguna Salaá y la Alcaldía Distrital de Riohacha a través de proyectos de Recuperación de Humedales Urbanos, han invertido recursos de la Nación, para garantizar la prestación de servicios ecosistémicos y convertir la Laguna Salaá, en un espacio natural para la conservación de la biodiversidad, la purificación del aire y la regulación de aguas de escorrentías provenientes de los humedales La Mano de Dios, La Esperanza y Bocagrande para evitar inundaciones y salvaguardar la vida y los bienes materiales de las comunidades aledañas a los mismos.
Es por esto que la Laguna Salaá no se merece la suerte a la que la desidia ciudadana y la despreocupación institucional la tienen sometida, y esto se evidencia principalemente los siguientes…
HECHOS:
El deterioro paulatino, sistemático y continuado de la Malla Protectora que bordea el área de la Laguna Salaá desde 2014, en todo su sector nororiental, desde la Estación de Servicios La Unión, hasta el frente de la emisora Radio Delfín, por parte de delincuentes, vándalos y consumidores de estupefacientes, que ven en el hurto, el atraco y la venta de material reciclable, una alternativa de ingresos para la compra de alucinógenos; ha permitido el ingreso al interior del humedal urbano a mafias organizadas, quienes han acondicionado la infraestructura física construida durante la ejecución del proyecto del Parque Lineal, como centro de operaciones para la venta y consumo de drogas.
Por otro lado, no es menos cierto que los propietarios de predios que colindan con el área de la Laguna Salaá ubicados en los sectores noroccidental y suroccidente, en los barrios Camilo Torres, María Eugenia, Villa Laura y Ranchería, han venido cortando la malla de protección y rellenando con escombros, los espacios lagunares que por efectos de la prolongación de la temporada seca, les brinda la oportunidad de ampliar de manera ilegal sus propiedades, sin importarles la titularidad del Distrito en este espacio natural.
Las olas migratorias de ciudadanos provenientes del vecino país de Venezuela y de otras latitudes, aunados con algunos criollos, personal de la región y otros tantos del interior del país, sin ningún tipo de sustento, también vieron en la Laguna Salaá, un espacio para construir cambuches y resguardarse de la lluvia y el sol, por lo que con plásticos y cartones, en improvisados cuartos, sostenidos por la misma madera del mangle que cortaban, en condiciones infra sanitarias Vivian con sus familias, muchos de ellos dedicados al reciclaje, por lo que se observa al interior de la Laguna, gran cantidad de residuos sólidos producto de la clasificación, en donde vendían lo que les servía y lo que no, lo dejaban en el humedal, provocando focos de contaminación y proliferación de vectores.
Una nueva práctica delincuencial se viene realizando desde el 2020, hasta la fecha, y es la relacionada con prender fuego al ecosistema de manglar, pasto guinea y muchas otras especies vegetales que conforman la estructura ecológica principal de la Laguna Salaá, en el sector Nororiental, desde el punto frente a Radio Delfín, hasta el canal de desagüe que evacua las aguas de la laguna hacia el Río Ranchería, en la Troncal del Caribe, cuyas coordenadas son 11° 32’ 28.0” N – 072° 54’ 11.8” W, y en el que se puede apreciar toda una franja de más 300 metros de largo y más de 60 metros hacia el interior, totalmente desprovista de la Malla de Contención Perimetral, además del corte a machete y hacha, y de otros tantos incinerados, más de 120 ejemplares de Conocarpus Erectus, muy usado para cercas, puntales o leña,incluso se observan en el suelo arboles de más de 20 metros de altura y Diámetro a Altura de Pecho de entre 30 y 40 cms, que evidencian un daño ecológico muy difícil de reparar.
Peor suerte corrió el Pasto Guinea, el cual constituye las dos terceras partes del espejo de agua, que al igual que el mangle, también fue incinerado, todo esto con la finalidad de abrir nuevos espacios para la invasión y construcción de cambuches, liderados por vecinos del sector, que no cuentan con viviendas, y ven en esta acción, una oportunidad para entrar a negociar con el Distrito procesos de reubicación por encontrarse en área con alto nivel de riesgo, frente a desastres naturales, principalmente una vez inicie la temporada invernal.
Por otro lado los Senderos Peatonales en tabla y sostenidos con postes de madera, construidos durante la ejecución del Parque Lineal Laguna Salaá, para caminatas ecológicas y avistamiento de aves, que se prolongaba por el interior del manglar casi hasta el espejo de agua, en un recorrido de unos 200 metros, fueron de manera deliberada cortados con hacha, así como la extracción de más de 5 toneladas de abono, propio de este ecosistema para su posterior comercialización en el mercado local.
En los últimos tres años, la Laguna Salaá ha perdido casi 1.5 hectáreas de área verde, entre Conocarpus Erectus, Laguncularia Racemosa y Avicinia Germinans, que constituyen el ecosistemas de manglar, aparte de casi media hectárea de pasto guinea y tarulla o buchón de agua, que ocupa gran parte del espejo de agua cuando las condiciones de sequía causan la infiltración de las aguas y las cargas orgánicas aceleran su reproducción.
El impacto latente del Cambio Climático sobre la calidad de vida de la población nos obliga como ciudadanía e institucionalidad comprometida con la sostenibilidad ambiental del territorio a adelantar todas las acciones necesarias para salvaguardar nuestro patrimonio ambiental; los servicios ecosistémicos que como pulmón urbano le representa la Laguna Salaá al Distrito de Riohacha, nos obliga a poner todo nuestro empeño para que en la menor brevedad de tiempo se tomen las medidas necesarias para su recuperación, pues no podemos permitir bajo ninguna circunstancia, que estos actos delincuenciales, se sigan cometiendo en detrimento de nuestra amada Laguna Salaá.
EVIDENCIA FOTOGRÁFICA DE LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA LAGUNA SALAA
