Edicion abril 20, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

Un 10 de abril se produjo el hundimiento de “El Sandra”, “Jorgito” Robles fue su capitán

“Jorgito” Robles
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Columnista - Marcos Antonio Barros Pinedo
Columnista – Marcos Antonio Barros Pinedo

Estaba por terminar la década de los años cincuenta, y era muy tradicional el comercio legal e ilegal entre Riohacha y la isla holandesa de Aruba.

Ya había desaparecido la “Bonanza Cafetera”, que se originó cuando algunos comerciantes riohacheros enviaban a la isla antillana millones de sacos de café al año, pero de contrabando.

Esta situación obligó al Gobierno Nacional, que lideraba el general Gustavo Rojas Pinilla, a la declaratoria de Puerto Libre para el territorio de la Intendencia Nacional de La Guajira.

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Es de anotar que el café era llevado a la isla de Aruba en pequeñas embarcaciones. Los capitanes y marinos eran, en su mayoría, oriundos del hoy Distrito de Riohacha.

Se recuerda que uno de los comerciantes riohacheros era Miguel Cotes, quien había comprado una embarcación de regular tamaño en la ciudad de Nueva York. El empresario logró trasladarla hacia la ciudad de Barranquilla, a través de un barco mercante. La bautizó con el nombre de “Elvira Elisa”, en homenaje a su esposa.

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Luego esta embarcación zarpó hacia aguas de La Guajira y fue utilizada por varios años para llevar mercancías a las islas de Aruba y Curazao.

Más adelante, Miguel Cotes le vendió la “Elvira Elisa” al señor Eliseo Lubo Gómez, y este le cambió el nombre por “Sandra”, en homenaje a una de sus hijas.

La embarcación siguió con su misma rutina: llevar mercancía colombiana a Aruba y Curazao. Ya estaba en poder de Eliseo Lubo Gómez, quien designó como capitán a Jorge Robles Martínez, conocido en su natal Riohacha como “Jorgito” Robles.

Se precisa que un 10 de abril de 1958, y en plena Semana Santa, el “Sandra”, con toda su tripulación y cargamento de mercancía, zarpó de la zona de Parajimaru (Alta Guajira) hacia la isla de Aruba.

La tripulación, comandada por “Jorgito” Robles Martínez, se encomendó a Dios porque respetaban mucho las tradiciones de la Semana Mayor, cuyos actos religiosos eran celebrados en la capital de La Guajira por sacerdotes italianos, bajo el liderazgo del obispo Eusebio Septimio Mary.

El viaje se desarrollaba en total normalidad, y esperaban llegar a puerto seguro ocho horas después. Pero sucedió lo inesperado: se presentó un mal tiempo y la embarcación comenzó a tener problemas, hasta el punto que desapareció en las profundidades del mar Caribe.

Algunos expertos manejaron dos hipótesis para explicar el naufragio: primero, el mal tiempo que se presentó de manera repentina; y segundo, la posibilidad de que un barco mercante con mayor calado lo hubiese hundido accidentalmente.

Lo cierto es que han pasado 67 Semanas Santas y nunca se ha logrado saber a ciencia cierta qué pasó con el “Sandra”. En ese naufragio perdieron la vida el capitán Jorge Robles Martínez y toda la tripulación.

Este fue un hecho muy lamentado en la antigua ciudad de Riohacha y motivó a los familiares de la tripulación a buscar respuestas, con la esperanza de que estuvieran con vida.

Oswaldo Robles Cataño, intendente nacional de La Guajira en la época, y René Escobar Robles, hermano y primo hermano de Jorge Robles Martínez respectivamente, se movilizaron por ciudades de Colombia, Venezuela y Aruba, pero todo fue negativo.

A decir verdad, los viajes se hicieron con la esperanza de encontrar a su familiar. Pero, al no lograrlo, con el pasar del tiempo, su hallazgo solo fue una ilusión.

Con toda esta incertidumbre, se especuló que “Jorgito” Robles Martínez se había salvado y un riohachero lo había visto en Puerto Cabello (Venezuela) en condiciones físicas lamentables. Esta versión, más adelante, resultó falsa.

También se dijo que un riohachero lo vio pensativo caminando por el muelle turístico de Riohacha, pero cuando llegaba a la curva donde había una “mesita”, “Jorgito” desapareció como por arte de magia.

Otra mujer aseguró haberlo visto vestido de blanco y con corbata negra caminando en la noche por el parque Padilla y entrando a la Catedral Nuestra Señora de los Remedios. Entró a buscarlo, pero no lo encontró.

Días después, otra versión señaló que una mujer vio a “Jorgito” Robles por la calle 7 con carrera 11. Lo siguió con alegría, pero él se metió al cementerio y no volvió a salir. La señora sintió un frío inexplicable y, al llegar a su casa, se desmayó.

A 67 años del suceso, me corresponde decir como riohachero que el “Sandra”, capitaneado por “Jorgito” Robles, es historia desde aquel 10 de abril de 1958.

Según una fuente de entera credibilidad, la tripulación del “Sandra” estaba conformada por: Jorge Robles Martínez (capitán), Higinio Mejía Rojas, José María Reina, Ramón Rivadeneira, Héctor Mejía Salas, y dos más conocidos como “El Mudo” y “El Cachaco”, este último oriundo de Santa Marta.

En Riohacha, aún muchos recuerdan el caso. El capitán Jorge Robles Martínez era un experto navegante, con estudios en la Escuela Naval “Almirante José Prudencio Padilla”, en Cartagena.

Algunos aún creen que pudieron haber sido víctimas de piratas del mar que, tras asaltarlos, hundieron el barco para no dejar rastros. Es solo una hipótesis.

No se puede ignorar el empeño que puso el dueño del “Sandra”, Eliseo Lubo Gómez, para esclarecer lo ocurrido. Él murió muy dolido, no por el barco, sino por sus amigos de confianza que nunca aparecieron.

Don Eliseo, como lo llamábamos en Riohacha, era un gran ser humano. Con la reconocida matrona Sara Munive, formó un hogar ejemplar, del cual nacieron varios hijos e hijas, que hoy viven en Riohacha, otras ciudades de Colombia y España; algunos ya fallecieron.

La embarcación, fabricada en EE.UU., medía 13 metros de eslora por 6 de manga, impulsada por un motor General Electric de 4 cilindros, alimentado con Aceite Puro Para Motor (ACPM), y contaba con una casilla de protección solar.

Hoy, 10 de abril, en vísperas de la Semana Santa, podemos decir que “El Sandra” hace parte de la historia del Riohacha que se fue, como decía el hermano de “Jorgito”, Oswaldo Robles Cataño.

¡Y… pare de contar!

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