Edicion septiembre 20, 2024

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Columnista – Hernán Baquero Bracho.

Hoy está de cumpleaños una gran señora,un ser humano excepcional,una grande amiga de mi mama que ya no está en el mundo terrenal,pero nosotros sus hijos la queremos con el alma,ella es Socorro Morales Dangond,quien recibe milesde felicitaciones ,de su eterno amor Oscar Cortes, De sus hijos Carmen y Carlos Mario Cortes Morales,de sus nietos,de sus hermanos en especial de Margarita y Samuel Morales Dangond,de sus sobrinos y sobrinas que la quieren mucho,de todas sus amistades y sus vecinas que han sido como su familia como Olinda Daza Mojica,Elba Dolores Rodriguez,Leonor Gomez,entre tantagente que la quiere.Para ella mis felicitaciones y Dios le siga dando buena salud y mas vida,para que siga disfrutando de ella.
Existe una verdad de apuño, que los reconocimientos se deben hacer en vida y es una verdad que no necesita discusión. ¿Para qué después de muerto? ¿Para qué tantas coronas y tantas lágrimas?, si las flores se deben dar en vida y las lágrimas deben ser de alegría y de amor por los seres queridos. En Villanueva la tierra de mis amores, una matrona singular y espectacular llamada Socorro Morales Dangond, se convirtió desde su juventud en una de las mejores amigas de mamá. Fueron condiscípulas en todo. Ambas laboraron en un almacén que los viejos siempre recuerdan como fue el de “Los Barranquilleros” de la familia Cortes Madrid y allí se contagiaron en la época no solo con la generosidad de esta familia antioqueña si no con los villanueveros que atendían de manera diaria y me atrevería a decir que en este almacén fueron muy felices.
El agradecimiento es el sentimiento más noble que debe salir de un ser humano. Agradecimiento en especial cuando se han tenido momentos difíciles en el diario transcurrir y es cuando una mano amiga, con esa generosidad y ese grado de amistad y de amor tiende la mano a la amiga y en especial a su madre y sus hijos. Ese es el recuerdo que siempre llega a mi memoria de la buena amiga Socorro, en especial cuando mi madre le tocó irse a Venezuela, cuando el bolívar era una moneda fuerte para poder subsistir de la pobreza en que nos levantamos. Allí siempre estaba ella al lado de la abuelita querida “Carmita” Bracho para darnos la mano y llegar en el momento oportuno esa misericordia que nos las daba con esa sonrisa y esa disposición como haciendo apología a lo que Cristo enseñó para que la humanidad se amaran unos a los otros.
Cuando mi madre regresó nuevamente a su pueblo, siempre en las mañanas a la primera persona que iba a visitar era a su buena y entrañable amiga Socorro. Allí tertuliaban de las cosas maravillosas por las cuales habían pasado desde su juventud, de sus luchas y de sus éxitos, en especial con sus hijos.
Socorro Morales Dangond, una mujer con carácter y firmeza pero ante todo con un corazón henchido de humildad y de buenos servicios. Siempre recuerdo de ella en mis épocas de estudiante de bachillerato, me daba mis regaños y yo le obedecía. Y claro como no obedecerle si ella lo estaba haciendo como corrigiendo a un hijo y así me sentía yo y todavía es la hora del respeto, de la admiración y del cariño que le profeso a esta gran mujer.
Socorro Morales Dangond, además de la amistad que la ha convertido en un pedestal es una gran vecina, una magnifica vecina diría yo. Elizabeth Daza de Morillo, “Tomasita” Estrada, Carmen González, “La Pupo”, Olinda Daza, Elva Dolores Rodríguez, Serafina Ferreira Viuda de Orozco, quien también fue su vecina por muchos años, Leonor Gómez, entre otras, pueden dar fe del corazón y de los buenos sentimientos que enmarcan la vida inmarcesible de esta gran mujer, que con un amor filial toca los sentimientos de muchas personas villanueveras pero en especial el del suscrito.
Socorro Morales Dangond con su compañero de toda la vida Oscar Cortes Madrid han hecho una vida ejemplar. Padres de Carlos Mario y de una de las buenas docentes villanueveras Carmen Cortes Morales, quien es a la vez la madre de una de las grandes abogadas villanueveras como lo es Margarita Cárdenas Cortes. Su primera hija Eugenia Céspedes Morales, quien fuera una gran jurista y en plena brillantes de su carrera, la ataca ese mal que nadie está exento de él, muere y Socorro siente lo más profundo de su ser ese sentimiento de madre y se enjuaga las lágrimas y con ese carácter que la identifica echa pa´lante y logra superar el dolor por la pérdida de su hija. Hoy a sus 92 años goza de una memoria pasmosa y de una salud que hace poco quiso embromarla pero gracias a Dios se encuentra muy bien. Me siento muy feliz de haberle dedicado dos cuartillas a Socorro, la amiga de mamá.

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