Edicion marzo 12, 2025
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Sesgo de validación y capacidad de resonancia: lecciones del gobierno petro

Sesgo de validación y capacidad de resonancia: lecciones del gobierno petro
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Columnista - Arcesio Romero Pérez
Columnista – Arcesio Romero Pérez

La política colombiana es un terreno fértil para la interpretación selectiva de la realidad. Las narrativas oficiales y las opositoras compiten constantemente por imponer su verdad, mientras el país, fragmentado por múltiples intereses y visiones, busca respuestas en medio de un ruido ensordecedor. En este contexto, el gobierno Petro, el primero de izquierda en la historia reciente del país, ha sido tanto un reflejo como una víctima de dos fenómenos fundamentales: el sesgo de validación y la capacidad de resonancia.

El sesgo de validación: mirar solo lo que conviene

El sesgo de validación ocurre cuando una persona, institución o sistema evalúa información de manera parcial, favoreciendo únicamente las evidencias que confirman sus creencias, expectativas o decisiones previas. Este sesgo ha sido un protagonista evidente en la gestión de Gustavo Petro. Desde su llegada al poder, el presidente y su equipo han destacado logros como el aumento de la inversión social, la apuesta por la transición energética y el diálogo con grupos armados. Sin embargo, en ocasiones parecen ignorar o minimizar los problemas estructurales y las consecuencias negativas de algunas de sus políticas.

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Por ejemplo:

  • La política de paz total, una de las banderas del gobierno, ha sido ampliamente defendida por su potencial transformador. Según el gobierno, el diálogo con grupos armados ha permitido la desmovilización de más de 500 combatientes y una disminución del 6% en los homicidios en el primer semestre de 2024 (Fuente: Ministerio de Defensa). Sin embargo, organizaciones como Indepaz han señalado que, en regiones como el Bajo Cauca y Arauca, la violencia se ha recrudecido con la reconfiguración de grupos armados.
  • Las reformas estructurales también han sido objeto de sesgo de validación. La reforma laboral, que busca mejorar las condiciones de los trabajadores, fue defendida por el gobierno como un paso histórico hacia la justicia social. No obstante, gremios como la ANDI advirtieron sobre el aumento en los costos laborales, lo que podría afectar la creación de empleo formal (Fuente: Informe ANDI, 2024). El gobierno desestimó estas advertencias, priorizando únicamente los análisis que favorecen su narrativa.
Sesgo de validación y capacidad de resonancia: lecciones del gobierno petro

Por su parte, la oposición también cae en este sesgo. Por ejemplo, líderes políticos han calificado las reformas de Petro como una “amenaza al modelo económico” sin reconocer los avances en la reducción de la pobreza, que según el DANE pasó del 39,3% al 37,7% en 2023, beneficiando a 650,000 colombianos. Este intercambio de verdades parciales perpetúa la polarización y dificulta una discusión crítica.

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Este sesgo puede llevar a errores en la toma de decisiones, a conclusiones erróneas o a perpetuar sistemas o creencias equivocadas debido a la falta de análisis crítico e inclusivo de toda la evidencia.

Capacidad de resonancia: una conexión que no siempre llega

Si el sesgo de validación ha limitado la capacidad del gobierno para ajustarse a la realidad, la falta de capacidad de resonancia ha obstaculizado su comunicación con amplios sectores de la población. Esta capacidad se refiere a la habilidad de una idea, mensaje o experiencia para generar conexión emocional, intelectual o cultural con un público o una persona.

Petro, a pesar de su trayectoria como líder social, ha enfrentado dificultades para traducir sus ideas transformadoras en mensajes que conecten con las necesidades y expectativas de la mayoría de los colombianos.

Por ejemplo:

  • El aumento del precio de los combustibles, justificado como una medida para reducir el déficit fiscal del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (que alcanzó los 36 billones de pesos en 2022), fue comunicado de manera técnica y distante. El gobierno explicó que la medida era necesaria para avanzar en la transición energética, pero no logró articular su impacto positivo en términos comprensibles para los colombianos, especialmente los sectores populares que dependen del transporte.
  • Otro caso emblemático es el de la reforma a la salud. Aunque el gobierno insistió en que el sistema actual beneficia a las EPS y no garantiza acceso equitativo, no supo resonar con las preocupaciones inmediatas de millones de usuarios que temen perder los servicios de salud que ya consideran precarios. Según una encuesta de Datexco, el 59% de los colombianos no comprendía claramente en qué consistía la reforma, reflejando una desconexión en el discurso del gobierno.

El gobierno ha tenido éxito en resonar con ciertos sectores sociales, como los jóvenes y los movimientos ambientalistas, gracias a su apuesta por la transición energética y la justicia climática. No obstante, estas políticas no han alcanzado el mismo impacto emocional e intelectual en comunidades rurales que enfrentan problemáticas más inmediatas, como el acceso al agua o la inseguridad alimentaria.

El equilibrio necesario

El gobierno enfrenta un desafío complejo: balancear su ambiciosa agenda de cambio con una comunicación efectiva y una lectura crítica de la realidad. El sesgo de validación, si no se controla, puede llevar a decisiones desconectadas de las necesidades del país, mientras que la falta de resonancia limita la posibilidad de construir consensos amplios y sostenibles.

Líderes internacionales como Lula da Silva en Brasil o Nelson Mandela en Sudáfrica demostraron que el éxito radica en escuchar, ajustar y conectar profundamente con sus pueblos. Petro tiene el potencial de lograr un impacto transformador, pero debe abrirse a reconocer los errores, incorporar críticas constructivas y traducir sus políticas en términos claros y tangibles que resuenen en todos los rincones de Colombia.

Colombia necesita un gobierno que valide la realidad completa, no solo las partes que le favorecen, y que conecte emocional e intelectualmente con sus ciudadanos. Solo así será posible construir el cambio prometido sin perderse en narrativas excluyentes o desconexiones insalvables. El reto está en reconocer que los errores no solo son inevitables, sino también necesarios para ajustar el rumbo, y en entender que el verdadero poder transformador no radica únicamente en las ideas, sino en su capacidad para conectar con quienes más las necesitan.

Fuentes:

  1. Ministerio de Defensa, 2024.
  2. DANE, informe pobreza 2023.
  3. Indepaz, reporte de violencia en regiones 2024.
  4. ANDI, análisis sobre reforma laboral, 2024.
  5. Datexco, encuesta percepción de la reforma a la salud, 2024.
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