12. “Caminaré entre ustedes; seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo”.
Levítico 26.
¿Quién es el dueño de mi vida?, es la pregunta básica y más importante de nuestra vida de fe. Para Dios, el mandamiento de no hacer ídolos es de suma importancia. Dios nos prohíbe hacer escultura, o estatua alguna, o levantar una imagen para inclinarnos ante ella, porque el que ha rescatado a Su pueblo escogido es el todopoderoso Dios vivo y verdadero y ninguna imagen lo puede representar. Por lo tanto, Su pueblo debe obedecerle, guardar el día de reposo establecido por Él, rendirle culto y servirle en el tabernáculo o templo con temor. El arca del pacto era símbolo de la presencia de Dios y Su Palabra, y se encontraba en el templo.
Como pueblo de Dios, debemos recibirle como nuestro Rey, someternos a Su gobierno, rendirle culto y obedecer plenamente Su soberana voluntad con todo nuestro corazón.
La salvación se debe enteramente a la gracia de Dios. Sin embargo, luego de recibir la salvación, las bendiciones tienen íntima relación con la obediencia a la Palabra de Dios. Estas son las bendiciones que Dios prometió al pueblo de Israel si cumplía Sus mandamientos y ordenanzas. Él enviará “las lluvias de temporada”, ”la tierra dará sus cosechas y los árboles del campo producirán su fruto”, y el pueblo se saciará.
Dios suplirá lo más necesario para vivir: alimentos, vestido y vivienda. Además, Dios pondrá paz en la tierra y no temerán a nadie, los guardará de la guerra y de los animales salvajes. Serán un ejército tan poderoso que cien de ellos perseguirán a diez mil, se multiplicarán y fructificarán. Y lo más importante es que el Señor, Dios de los ejércitos, será Su Dios y ellos, Su pueblo. Ciertamente Dios cumplirá Su promesa con Sus hijos que le obedecen.
Creer y seguir a Dios es algo muy real, y cuanto más profundizamos en la comunión con Él, más nos damos cuenta de cuán maravillosa y misteriosa es. Las obras de Dios son visibles e invisibles. Podemos llegar a conocerlas y habrá veces que no. Por eso, a veces llegamos a caer en idolatría y desobedecemos Su ley. Él nos ha ordenado no levantar ídolos, y también nos habla sobre las bendiciones que nos dará si cumplimos Sus mandamientos.
Dios dijo que hará llover, hará dar fruto, derrotará al enemigo, y hará prosperar al pueblo. Pero la mayor bendición de todas es que Él mismo será el Dios para Israel. Una persona es realmente feliz cuando Dios la mira y la escucha con atención y permanece siempre a su lado. Deseo que podamos gozar de la bendición de obedecerle y caminar junto a Él, el Dios quien nos ha liberado de la esclavitud para que podamos estar de pie.
El Señor es Dios de aquellos que le obedecen, y les promete bendición. Dios les guarde.
