Doña Rosiris Sotomayor es una de esas mujeres campesinas aferradas a las labores del campo, sus buenas acciones y el amor por la tierra le han permitido ganarse el cariño de la gente, es una reconocida lideresa en el municipio de Arjona, Bolívar, que lucha por el respeto de los derechos constitucionales, situación que inclusive le ha costado amenazas de muerte en varias oportunidades.
Su vida no ha sido fácil, aun con angustia recuerda los momentos en que un grupo armado ilegal la sacó de su tierra y junto a su familia y vecinos, los obligaron a desplazarse desde donde lo tenían todo y vivían felices.
El destino los llevó a invadir un terreno atiborrado de basuras, allí se instalaron y comenzó otra lucha, las autoridades no permitían su estancia por muchas razones, pero al final un documento firmado por una autoridad municipal les abrió el camino para comenzar de nuevo bajo restricciones porque el terreno aún no está legalizado.
Poco a poco fueron construyendo sus casitas, primero en cartones y bareque, hoy algunas de esas casitas ya están construidas en ladrillos, carecen de servicios públicos, pero vive contenta y con la esperanza de algún día retornar a Campo Alegre, la tierrita de donde la violencia los desplazó hace 12 años.
Ella y su familia viven de lo que produce el campo, en una hectárea de tierra cultivan ñame, yuca, maíz, ají y algunas frutas. También crían aves de corral y cerdos.
Bien temprano cuando apenas hacía el café en un viejo fogón de leña, recibió una grata sorpresa, un grupo de carabineros de la Policía llegó hasta su parcela para revisar desde ahí a todos los animales de la zona y prestarles asistencia veterinaria de manera gratuita.
En la parcela de Doña Rosiris, los carabineros encontraron a “Estrellita y Cariñito”, una yegua y una burra que son sus animales más preciados pues sirven como vehículo para llegar al pueblo a realizar compras y traer el agua potable.
A los dos equinos se les hizo valoración de tamizaje, valoración podológica, desparasitación, vitaminización y herrería. Doña Rosiris, su compañero de batallas sus hijos y las 24 familias vecinas, recibieron una charla pedagógica sobre el cuidado de los semovientes que son fundamentales para sus actividades diarias en el campo.
La mujer campesina de pura sepa y con 62 años de edad que se convirtió en una verdadera líder con solo 1 año de bachillerato dice sentirse con fuerzas para seguir labrando la tierra y defendiendo los derechos de su gente. “Soy campesina Dios y Patria” dice sonriendo al despedirse y agradecer la visita productiva de la Policía.