El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, rompió las reglas de juego en la política global del comercio, pasándose por el forro acuerdos y tratados de libre comercio, ignorando a la Organización Mundial de Comercio (OMC) como medio intermediario y regulador de las normatividades que rigen en la política mundial de comercio, al implementar de manera absoluta acciones ejecutivas e imposiciones unilaterales de aranceles a todas las importaciones de productos, artículos y bienes que ingresen al territorio norteamericano.
El mayor perjudicado con la locura de imposiciones de aranceles es la nación que está gobernando precisamente el presidente Donald Trump, desestabilizando la producción industrial del mundo, amenazando empleos, aumentando el valor de precios en productos y artículos de consumo, por cuanto debe incrementarse el porcentaje sobre pagos de arancel, agregando a los nuevos precios actualizados que comenzarán a venderse en los Estados Unidos, disparando inflación, recargando los precios de canastas de consumo, generándose muchas reacciones negativas, de repudios e inconformidades de ciudadanos alterados por determinaciones del gobierno, colocando en “jaque” la competitividad comercial internacional a empresas y sociedades de origen americano.
La gran beneficiada de las naciones del mundo, que no fue castigada con aplicación de aranceles del presidente de EE. UU., excepcionalmente, es Rusia, sobre la cual no hizo ningún anuncio relativo a tarifas de aranceles impuestas. En la lista también están castigadas una isla habitada por pingüinos, morsas y focas, conjuntamente con naciones aliadas: Unión Europea, los vecinos Canadá y México, asociados Japón, Corea del Sur e Israel, entre otros. Sorprendió al continente asiático con altas tarifas a China, India, Vietnam, Indonesia, Singapur, Taiwán, Malasia, Arabia, Turquía, Tailandia, Filipinas y otros.
A América Latina le impuso arancel de 10 % de manera general, con diferencias en Venezuela y Nicaragua, que tendrán aranceles superiores al 15 %. África es el continente menos dignificado, por condiciones de miseria y constantes enfrentamientos armados que viven muchas naciones africanas, diferente a Sudáfrica, Marruecos, Libia, Nigeria, Egipto, Túnez, Argelia. Las otras naciones de mayores negritudes en el citado continente están marginadas y aisladas del intercambio comercial con Estados Unidos.
El presidente Donald Trump califica la absurda determinación como “Día de liberación”. ¿Liberación de qué? ¿De aislarse de las relaciones comerciales del mundo? Las encuestas populares internas en EE. UU. rechazan la orden ejecutiva, pero al mandatario le importa un carajo que estén en desacuerdo con sus caprichos y pretensiones, que tendrán que soportar durante el periodo de gobierno. Sin embargo, no ha habido manifestaciones populares de reproches y rechazos en expresión democrática, por discreción o miedo. Se extraña el silencio en el Congreso en pronunciamientos, en favor o en contra, de la determinación impopular del presidente.
Como consecuencia del anuncio de aranceles, se desploman las operaciones bursátiles, desvalorizando el precio de acciones empresariales, por efectos de desajustes en manejos y subrogaciones de gastos imprevistos, generadores de incertidumbre y escepticismo, que terminará en una recesión económica. El dólar gira como cometa sin rabo, cabeceando en alto y bajo, es decir, entre alzas y picadas. Algunas naciones europeas descartan utilizar operaciones comerciales con Estados Unidos en represalia a la forma impositiva sin antecedentes históricos, implicando improvisaciones en operaciones contables.
¿Qué son los aranceles? Gravamen o impuestos que tributan productos, artículos y mercancías importadas de otras naciones en operaciones comerciales internacionales, mediante acuerdos y convenios en relaciones diplomáticas de gobiernos, avalados por congresos o parlamentos de las naciones que los suscriben, en favor de la industria y el comercio, de manera bilateral y multilateral, en los que se encuentran tratados de libre comercio, sobre los cuales se reducen aranceles a cero, asentado en su validez por la Organización Mundial del Comercio (OMC), entidad encargada de certificar los acuerdos de comercio internacional, pisoteados por el presidente Trump, exponiendo a Estados Unidos a ser demandado por violación de acuerdos de comercio entre naciones, originando graves daños y perjuicios por determinaciones y cambios operativos unilaterales abusivos del gobierno de EE. UU., sancionables.
El presidente Donald Trump, con sus dictámenes ejecutivos, no es más que un dictador tirano que quiere colocar, con actuaciones desproporcionadas, a los gobiernos del mundo a sus pies, condicionando sus pretensiones inoponibles, causando graves daños y perjuicios, internos y externos, aprovechando que tiene un Congreso de mayoría del Partido Republicano que guarda silencio cómplice frente a alarmantes acontecimientos internacionales fuera de límite, generando consecuencias negativas y funestas que afectarán fuertemente a EE. UU., por desconciertos de países amigos y aliados obedientes, en desajustes de interacciones comerciales de manera imprevista, cuando las relaciones del comercio internacional se han caracterizado por el respeto y cumplimiento de los acuerdos diplomáticos que suscriben las naciones de manera bilateral o multilateral.
El hecho de que la moneda dólar predomine en el mundo y que naciones europeas, asiáticas y latinoamericanas mantengan intercambios comerciales con EE. UU., avalados por acuerdos, no justifica la violación en lo relativo a la aplicación de aranceles, transformándolos de manera arbitraria y extremada, en forma unilateral absoluta, reprochadas, cuestionadas y repudiadas por los mandatarios de tres continentes perjudicados.
Internamente, le desfavorecen las encuestas en los Estados Unidos por el encarecimiento de productos como resultado del incremento de tarifas arancelarias generales, y en especial, a canastas de consumo doméstico, originando desventajas competitivas en empresas americanas relativas a ofertas comerciales multilaterales e internacionales. Ningún otro mandatario en la historia del comercio en el mundo ha ejecutado de manera irracional y extravagante operaciones comerciales en forma generalizada, irrespetando y burlándose de acuerdos suscritos, sujetos a términos de cumplimiento, que también generarán efectos sancionatorios futuros sobre demandas de restablecimiento de derechos por daños y perjuicios.
