Edicion febrero 15, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

RECUERDA LA GRAN BENDICIÓN DEL SEÑOR

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  1. “Acuérdate de mi, Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo; visítame con tu salvación,
  2. ⁠para que yo vea el bien de tus escogidos, para que me goce en la alegría de tu nación y me gloríe con tu heredad.
    Salmo 106.
Pastor ICBF Riohacha - Robinson Mejía Iguarán
Pastor ICBF Riohacha – Robinson Mejía Iguarán

Debemos hacer justicia, amar la misericordia y humillarnos ante la presencia de Dios (Mi. 6:8). Dichosos son los que guardan juicio y los que hacen justicia, porque son dignos de anunciar la obra de Dios y de alabar Su nombre. El autor anónimo del salmo toma como contexto el cautiverio de Israel, y le pide a Dios que no se olvide de Su pueblo y le concede la gracia de la salvación.

Podrá olvidarse la mujer del hijo que ha dado a luz para dejar de compadecerse de él, pero Dios no lo hará, porque nos ama con un amor entrañable, nos cuida y nos recuerda en todo momento ( Is. 49:15-16). Él es bueno y para siempre es Su misericordia. Pidamos a Él Su gracia, y también nos restaurará la gloria de ser Su pueblo adquirido.

Si nos olvidamos de la gracia de Dios, muy pronto nos rebelaremos contra Él.
Él pueblo de Israel pecó como pecaron sus padres, tomaron una actitud rebelde, olvidándose de haber sido libertados por Su poder sobrenatural, cuando abrió el mar Rojo para que todo el pueblo pasara por allí.

Sin embargo, aunque el pueblo del pacto se rebeló contra su Creador, por amor de Su nombre, Dios los libró nuevamente de la mano de sus enemigos, para anunciar Sus bondades a las naciones. Nuestro Dios es Omnipotente: Él nos lleva a cruzar el mar Rojo como por tierra seca y derriba a los enemigos más fuertes con Su mano poderosa.

Las bienaventuranzas que menciona la Biblia son diferentes a las del mundo. Por eso, el autor del salmo sostiene que es bienaventurado quien guarda el derecho y hace justicia. Así, Dios llena de una increíble bendición a quienes obedecen Su Palabra, hacen siempre lo que es justo y obran con justicia con el prójimo. Por lo tanto, lo que debemos recordar para siempre es que Dios nos ayudará hasta el día que lleguemos al cielo.

Por el contrario, si olvidamos Su poder y Su gracia, cada vez que tengamos dificultades, seguiremos el camino del pecado sin confiar en Él. De esta manera, el protagonista de la obra de la salvación es aquel que guarda el derecho y hace justicia, sin olvidar el poder y la gracia de Dios.
Bienaventurado el que recuerda la gracia y el poder de Dios, y quien guarda el derecho y obra con justicia. Dios les guarde.

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