Edicion julio 4, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

¿Para quién gobierna Gustavo Petro? Una mirada a la deuda histórica

¿Para quién gobierna Gustavo Petro? Una mirada a la deuda histórica
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Columnista - Dorafanny Vargas Correa
Columnista – Dorafanny Vargas Correa

Desde que Gustavo Petro asumió la presidencia de Colombia, la pregunta sobre para quién gobierna ha sido un eco constante en el debate público. Es una interrogante legítima, especialmente en un país marcado por profundas divisiones y desigualdades históricas. Sin embargo, la respuesta que a menudo se propaga, la de que está gobernando en contra de alguien, me parece una simplificación peligrosa y, a mi juicio, profundamente equivocada.

Permítanme ser clara: el presidente Petro no está gobernando contra nadie. Su administración, por el contrario, parece estar orientada a gobernar para aquellos que históricamente han sido marginados, para los que nunca han tenido nada. Y esa, en el fondo, debería ser la esencia de cualquier gobierno en una democracia que se precie de ser social y que busca saldar sus deudas históricas.

La Deuda Social y el Olvido Histórico

Durante décadas, vastos sectores de la población colombiana han vivido en el más absoluto de los olvidos. Pienso en los campesinos que han labrado la tierra con sus propias manos, pero nunca han sido dueños de ella; en las comunidades indígenas y afrodescendientes que, a pesar de ser guardianas de nuestra cultura y biodiversidad, han padecido el despojo y la discriminación sistemática. Pienso en los habitantes de la Colombia profunda, lejos de los centros de poder y desarrollo, donde la presencia del Estado ha sido tenue o, peor aún, violenta. Pienso en los jóvenes sin oportunidades que, a pesar de su talento y esfuerzo, se encuentran con puertas cerradas en la educación y el empleo. Y pienso en las familias que luchan día a día para llevar un plato de comida a su mesa, para quienes la seguridad alimentaria es un lujo, no un derecho.

 Son ellos quienes, a menudo, no han visto reflejadas sus necesidades más básicas en las políticas públicas. Sus voces han sido silenciadas, sus derechos vulnerados o, en el mejor de los casos, ignorados. Si las reformas propuestas por el gobierno Petro –ya sean en salud, buscando un sistema más equitativo; en el ámbito laboral, dignificando el trabajo; o en la reforma agraria, buscando una distribución más justa de la tierra– apuntan a mejorar las condiciones de vida de estos grupos, ¿podemos realmente decir que están en contra de alguien? ¿O más bien están a favor de la equidad, la justicia social y el principio elemental de que todos los ciudadanos merecen una vida digna?

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Cambiar las Prioridades no es Crear Enemigos

Entiendo que todo cambio genera resistencias, y que las transformaciones profundas pueden afectar intereses ya establecidos. Las élites económicas y políticas, que durante mucho tiempo se han beneficiado de un statu quo particular, pueden percibir estas reformas como una amenaza. Sin embargo, confundir la reorientación de prioridades con una animadversión hacia ciertos sectores es, cuando menos, una tergiversación de la realidad.

Gobernar para los desfavorecidos no significa automáticamente despojar a los que tienen. Significa, más bien, buscar un equilibrio, una distribución más justa de las oportunidades y los recursos. Significa reconocer que el desarrollo de un país no puede medirse únicamente por los indicadores económicos si estos no se traducen en bienestar para la mayoría de sus ciudadanos. Se trata de una apuesta por la prosperidad compartida, donde el crecimiento económico vaya de la mano con la inclusión social y la reducción de las brechas.

Más Allá de la Polarización

La polarización política en Colombia es innegable, y a menudo nos impide ver más allá de las etiquetas y las narrativas preestablecidas. Nos acostumbramos a la lógica del “nosotros contra ellos”, perdiendo de vista el objetivo superior del bienestar común. Es momento de dejar de lado la retórica del “contra” y empezar a evaluar las políticas por su impacto real en la vida de las personas.

Si el gobierno de Gustavo Petro está enfocado en saldar una deuda histórica con los más vulnerables, en tender puentes hacia aquellos que han sido invisibles para el Estado, entonces, en lugar de preguntar contra quién gobierna, deberíamos preguntarnos: ¿Por qué no se hizo antes y cómo podemos, como sociedad, apoyar la construcción de una Colombia más equitativa e incluyente para todos? La respuesta a esta última pregunta es la que verdaderamente nos permitirá avanzar como nación.

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