Mpox la amenaza silenciosa: un nuevo riesgo que La Guajira no puede ignorar
La Guajira, una región marcada por desafíos históricos, ahora enfrenta una nueva amenaza que podría tener consecuencias devastadoras si no se toman medidas inmediatas. Un nuevo y mortal linaje del virus mpox ha surgido en la República Democrática del Congo, y ya se alzan alarmas sobre su posible propagación hacia países vecinos como Ruanda, Burundi y Uganda. Con una tasa de mortalidad que llega al 10% en niños, este virus no solo representa una crisis sanitaria, sino también un reto para la seguridad y la estabilidad de nuestras comunidades.
Aunque es tentador pensar que esta amenaza está lejos de nuestras fronteras, la realidad es que, en un mundo tan interconectado, el riesgo de que este nuevo linaje de mpox llegue a nuestras tierras es más alto de lo que imaginamos. Ya en 2022, una variante menos severa del virus se extendió por diferentes continentes, afectando a países desde Nigeria hasta Australia. Para el año 2024, se han confirmado 109 casos hasta el 8 de agosto, de los cuales 2 permanecen activos y no se han presentado defunciones, según Minsalud.
De acuerdo con un comunicado de la cartera, las entidades territoriales con mayor número de casos en 2024 son Bogotá (44), Cali (22), Barranquilla (13), Medellín (11) y Atlántico (5).
El nuevo linaje del virus, denominado “clade Ib”, ha mostrado ser más eficiente en su transmisión de persona a persona, y se está propagando de manera diferente a las cepas anteriores. Mientras que la epidemia de 2022 se centró principalmente en la transmisión entre hombres que tienen sexo con hombres, esta nueva variante se está expandiendo a través de contactos heterosexuales, particularmente entre trabajadoras sexuales, un grupo vulnerable y móvil que puede facilitar la propagación a través de fronteras.
Mpox, una infección viral que alguna vez se limitó a ciertas regiones de África, ha encontrado una nueva fuerza en esta cepa, denominada “clado Ib”. Los investigadores han observado que esta variante es más eficiente en la transmisión de humano a humano y presenta una mortalidad preocupante, especialmente en niños, con tasas del 10%. La posibilidad de que esta cepa se expanda a nivel global es real, y las consecuencias podrían ser devastadoras.
La historia reciente nos ha dejado lecciones que no podemos permitirnos olvidar. Cuando el COVID-19 golpeó al mundo en 2020, muchos países, incluido el nuestro, no estaban preparados. La falta de coordinación, de recursos y de planes de acción concretos resultó en una pérdida incalculable de vidas. No podemos cometer los mismos errores. Esta vez, debemos adelantarnos a la crisis, en lugar de reaccionar a ella.
Hago un llamado directo a la Gobernación y a la Alcaldía de Riohacha: es imperativo que diseñen e implementen un plan de seguridad sanitaria que contemple medidas de prevención, detección y respuesta rápida. Esto debe incluir un aumento inmediato en la vigilancia epidemiológica, la implementación de campañas masivas de información, y la preparación de nuestros centros de salud para manejar posibles casos. También es crucial fortalecer las fronteras y coordinar esfuerzos con las autoridades de los países vecinos para evitar una propagación incontrolada.
La pandemia de COVID-19 nos mostró lo devastador que puede ser subestimar una amenaza de salud global. No podemos permitir que Mpox siga el mismo camino. La vida de nuestros niños, de nuestras familias, está en juego. La corrupción y la inacción ya han cobrado demasiadas vidas en La Guajira. Ahora, más que nunca, necesitamos transparencia, responsabilidad y un compromiso inquebrantable para proteger a nuestras comunidades.
Este enfoque resalta la importancia de aprender de la experiencia del COVID-19 y refuerza el llamado a una acción inmediata y coordinada para prevenir una crisis similar.
Aquí es donde la Gobernación y la Alcaldía de Riohacha deben tomar acción inmediata. No podemos permitirnos subestimar esta amenaza. Es imperativo que se desarrolle un plan de seguridad sanitaria robusto que incluya acciones como.
Establecer puntos de control en las fronteras y en los principales centros de transporte para monitorear cualquier posible caso que pueda ingresar a nuestra región.
Lanzar campañas de concientización en medios locales para informar a la población sobre los síntomas del virus, cómo se transmite y las medidas de prevención necesarias.
Asegurar que los centros de salud cuenten con los insumos y la capacitación necesarios para detectar y manejar casos de mpox, incluyendo la posibilidad de vacunación en grupos de alto riesgo.
Trabajar de la mano con organizaciones de salud internacionales y nacionales para coordinar esfuerzos de respuesta y obtener apoyo en caso de un brote.
El nuevo mpox no es un problema que podemos ignorar. La Guajira ha sufrido demasiado por la inacción y la falta de planificación. Esta es una oportunidad para demostrar que aprendimos de las lecciones pasadas y que estamos dispuestos a proteger a nuestra gente. Es hora de actuar con decisión y proteger nuestro futuro.