
El homenajeado de hoy es todo un personaje de ese Maicao del ayer, de ese Maicao en el que todos eran como una sola familia, el pueblo en el que se reunían los vecinos a jugar bingo, lotería o dominó en las puertas de las casas, donde ir al cine era un programa de familia, en el que se respetaba a los mayores, donde reinaba La Palabra y sentido de pertenencia por este hermoso pueblo.
Quien no recuerda a ese personaje, en especial los maicaeros, por su elegancia al andar y de vestir, por lo regular de blanco como su cabello y barba era bailador, serio, honesto y hacia tertulia con los señores de esa época, usaba cachucha bacana como los cubanos tenía un aire así prieto bonachón. Mis queridos lectores este personaje fue Don Luis Marciano Valdeblanquez Márquez. ¡Qué tiempos aquellos! Contrario a los de hoy. Donde Maicao vive una inseguridad jamás vista en su historia. La inseguridad en Maicao parece una plaga que se expande cada día.
Don Marciano Valdeblanquez nació en Puerto Estrella Alta Guajira, el 19 de abril de 1920 hijo de Salvador Gervasio Valdeblanquez y Juana Bautista Márquez, hermano de Rosa, Teotiste, Obdulia, todas fallecidas, Antonia (hermana de madre), Daniel, Salvador (fallecido) Altagracia, Carlos, Eva (fallecida), hermanos Valdeblanquez Vanegas.
Estudio segundo año elemental (primaria) autodidactica, fue el primer comisario de Uribía, trabajo como inspector de policía, personero municipal, tesorero municipal, encargado de la alcaldía en el municipio de Maicao, corregidor municipal, registrador del corregimiento de Puerto López en Uribía, secretario del juzgado superior en Riohacha, encargado del juzgado en ausencia del titular y en Aruba en una empresa llamada Toleran, un hombre muy respetado por la comunidad de Maicao y reconocido en este municipio en especial en las familias indígenas wayuu; militante y directivo de partido conservador en Maicao la Guajira, elegido dos veces concejal.
Presto el servicio militar en el Ejército de Colombia, fue gestor social de las comunidades indígenas de la Guajira ante organismos nacionales e internacionales, una persona de una alta calidad humana, amigo de sus amigos respetuoso y servicial, en ocasiones dirimía conflictos entre las comunidades wayuu, cumpliendo funciones como PüTCHIPü (Palabrero wayuu), gran amigo del alcalde militar el Teniente Guzmán, en el municipio de Maicao, con quien hizo amistad después de una carta sustentada sobre la base de los derechos humanos en relación de la situación de orden público que se vivía en la época, tiempo después continuaron la amistad tanto así que uno y otro visitaban Medellín y La Guajira con sus familiares.

Dio un gran aporte a la comunidad Maiceara y a los árabes, experto en legalizar los predios por los conocimientos que tenía de elaborar las escrituras y declaración de rentas, era muy alegre, parrandero con sus amigos y también reconocidos políticos de la época como: José del Carmen Aguilar (camito), Rafael Gómez (karay), Manuel Palacio Tiller, Jorge Amaya, el señor Pichón, “Chito” Guerrero, entre otros.
Recorrió la Guajira en donde conoció a varias mujeres wayuu, de diferentes clanes con los que tuvo sus 21 hijos que son:
Vilma Rosa Valdeblanquez, Gervasio, Yadira, Ali José (fallecido), María Eugenia, Edita, Maritza (fallecida) del clan Ipuana. Obdulia (yuya – fallecida), Rafael Antonio del clan Jusayu. Dennis, Floricia, Mario, Teotiste, David, Jesús (fallecido), Joselin, Luisa, del clan Epinayu. Juana, evelis, del clan Ipuana. Luis Marciano (fallecido) del clan Uriana. Jorge Vicente, del clan Ipuana.
Muere en la ciudad de Barranquilla el 31 de mayo de 1989, y es sepultado en el cementerio de la Ranchería la Paz y sus restos fueron llevados a Puerto Estrella en la Alta Guajira, en donde están los restos de su mamá y sus tres hermanas.
Un hombre que fue y es ejemplo de honestidad, pujanza y superación para nuestras nuevas generaciones. Don Marciano vivirá en nuestros corazones por siempre, Paz en su tumba por toda una eternidad.