Edicion octubre 6, 2024

Luis Enrique Martinez, su obra grande y las garras del jurado

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“Oigan muchacho yo soy Enrique Martínez el Pollo Vallenato que nunca tiene miedo si se trata de tocar, Luis Martínez el pollo vallenato es candela lo que van a tomar” El Pollo Vallenato Luis Enrique Martínez

Columnista – Luis Eduardo Acosta Medina

No hay duda que erecmido tiene “El Pollo Vallenato” Luis Enrique Martínez Argote, epónimo hijo del Hatico los ríos de tinta que se han extendido dentro y fuera de sus alares con motivos de la Declaratoria de este año como el suyo por su vida, su obra y con motivo del centenario desde cuando vio por primera vez la luz, igual merecido que en un acto de justicia terrenal la fundación Festival de La Leyenda Vallenata realice en su honor la edición del Festival correspondiente al año 2023.

La gratitud es imperecedera  con el hombre que después de iniciar su larguísimo periplo trashumante y musical emulando a sus antecesores  Chico Bolaños Marshal  y Pacho Rada propicio la  revolución silenciosa que está haciendo ruido y adornando interludios porque desentrañó  todos los secretos que bien guardados que tenían entonces  los  acordeones Tornillo de Maquina, El Guacamayas y el Espejito poniendo a disposición de sus colegas  su propio estilo que nos legó como  escuela para los nuevos ejecutores del preciado instrumento; no solo dejo buenos ejemplos con  los pitos y los bajos, sino como un caballero en los escenarios públicos y privados, fue con su comportamiento fue digno, humilde, modesto y ejemplar,  buen colega, particularmente respetuoso y respetado, decente y complaciente con sus amigos, muy a pesar de su grandeza, nunca perdió la humildad, fue andariego y prolífico en la grabación de su música de ello hablan las centenares de producciones en discos de 78, de 45 Revoluciones por minutos y los centenares de Long Play que grabó, muchas veces por placer porque plata no había,   nunca ambicioso porque lo hacía para divertirse y divertir, para alegrar a la gente y no en busca de dinero, no fue rico porque nunca lo ambicionó, tampoco dio lástima porque su dignidad estuvo incólume hasta el final de sus días, y mientras sus compañeros de oficio compartían en actos sociales con la crema y nata de Valledupar, Luis Enrique prefería las parrandas en alguna finca del cesar, Magdalena o La Guajira, con ganaderos, algodoneros o los lideres de pueblos de difícil acceso, tomando chirrinchi, Whisky o Aguardiente, tocando y devorando agrarios manjares, esa es la razón por la cual Abel Antonio y Alejo parecían mas notables, porque estos si sabían a donde ponían las Garzas.

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Uno de los Fallos mas controversiales que se han proferido en el concurso de Acordeones en el Festivallenato, ha sido aquel cuando en 1971 IV Festival fue ganador Alberto Pacheco Balmaceda, un barranquillero bien criado, musicalmente guiado con todo esmero por sus tías, que estudio música, disciplinado y de afinado oído para el acordeón, sucedió que aquella noche sucedió lo que solía decir mi abuelo, que seguro mato a confianza, era antes de subir a la tarima en la final para la concurrencia Luis Enrique el Rey, precedido como estaba de su fama y su briosa nota picada, pero mientras él celebraba anticipadamente tocando y bebiendo todo el día con sus amigos, en un aposento de la Ciudad de Los Santos Reyes un ilustre desconocido llegado desde “La arenosa” se preparaba con todo para clavarle al “Pollo vallenato” con su espuelas un tiro de pulmón, asi las cosas                             cuando llego la hora de verdad, el Hatiquero se encarapito en la tarima, trajinado, traguiao con varios litros de ron entre pecho y espaldas y  sus 48 años recién cumplidos, asi se enfrentó a un pollito desconocido, fresco, sobrio, concentrado y trece años menor que el, hoy no es fácil entender lo que sucedió aquella aciaga noche, el jurado de lujo que tomó la decisión no tenia otra opción, el resultado fue Primer Lugar Alberto Pacheco, Segundo lugar Luis Enrique y tercer lugar un muchacho de  26   añitos que había venido de Bogotá a donde realizaba sus estudios universitarios para hacer el ejercicio mientras gestionaba para grabar su primer LP junto a su hermano, Emilianito Zuleta Diaz, el desconcierto fue colectivo, sucedió lo impensable, el Rey que el pueblo ya había escogido había sido descoronado por un forastero por quien nadie daba un peso, el jurado, insospechable y conocedor del oficio hizo su trabajo, pero como dice Abel Antonio en su canción El pleito “ El que no conoce el tema sufre de engaño” era una pelea de la pasión contra la razón.

Los jurados en ese festival fueron Alberto Méndez propietario de un bailadero en Cartagena que solo presentaba músicos vallenatos en vivo y música vallenata, el autor de La Piragua el gran musico y compositor José Benito Barros Palomino, Colacho Mendoza que reemplazó a Adolfo Pacheco quien no llegó, Antonio Maria Peñaloza y Alejo Duran quien paradójicamente grabó la canción que se hizo en protesta por no haber elegido a Martínez.

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El desenlace inesperado para  Luis Enrique, para Fonseca y toda La Guajira motivo a Luis Francisco Mendoza Pitre a hacer la canción  Festival Vallenato” que grabaron con gran éxito en 1973 Alejo Duran como habíamos dicho  y también Nelson Henríquez dice así: “El Rey Alejo Duran, el pueblo quedo encantado, con Colacho lastimado  pero se puede aceptar,  de Calixto no hay que hablar,  su talento es conocido,  si se vuelve a presentar  el pueblo elige lo mismo, pero inconforme el pueblo ha de seguir, que le toquen sus aires vallenatos y exigen que sean honrados, desde luego al pollo lo vieron salir en las garras del jurado, Luis Enrique Martinez, el Polo Vallenato que siempre lo ha sido volverá a este ruedo, la tierra de Pedro Castro orgullo vallenato y justo ha lastimado al pueblo fonsequero, no tendrán palabras pa exigirle que el nuevo rey es un barranquillero”. Esa canción le dio la vuelta al mundo.

Al pollo vallenato   lo conocí estando mucho más muchacho que ahora el 20 de diciembre de 1972 descansando en un chinchorro en un Kiosco, en medio de la parranda durante las fiestas del 20 de diciembre con motivos del cumple numero 50 del Tío Tomas en Monguí, fue la primera gran fiesta que se celebró en toda la región después de la “Cumbambona” amenizada por Francisco El Hombre por el fin de la pandemia de la Gripe Española que inicio en 1918.

Este  acordeonero adelantado y completo  fue  -siempre lo hemos dicho- no solo en figura emblemática sino en  referente para todos los competidores en los Festivales de Música Vallenata, prueba de lo que estoy diciendo es que todo el que aspira a coronarse Rey canta y/o toca alguna canción de Luis Enrique Martínez, exhibe algún arreglo de rebusque de su cosecha o rememora un pase característico de su briosa nota picada, o sus transportados arreglos introductorios.

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