
19. También tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: “Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mi”.
20. De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”.
Lucas 22 RVR1960.
Jesús estableció un nuevo pacto. El hombre nace para vivir. Pero, Jesús vino y nació para morir por nuestros pecados. Él fue el Cordero de Dios, de nuestra Pascua. La noche que sería arrestado, poco antes comparte la última cena con Sus discípulos, les explica la razón de Su muerte en la cruz, con el fin de fortalecer su fe, para que puedan soportar las dificultades en Su ausencia.
Jesús partió el pan y les dio, diciendo: “Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado”. Asimismo, tomó la copa diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre”. La muerte de Jesús ha sido alimento y bebida espiritual para nosotros. Gracias a Su muerte redentora, nuestro viejo hombre fue crucificado y ahora somos nuevas criaturas. Esta es la verdadera Pascua que nos da vida eterna por Su muerte en la cruz. La santa cena simboliza la gracia y perdón de Jesús.
La codicia nos aparta del llamado de Dios. Solamente los que guardan la pureza del corazón, pueden cumplir el llamado de Dios con integridad. Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, había caído ante la tentación de Satanás de traicionar a Cristo por unas cuantas monedas. Aun en el momento cuando Jesús les repartía el pan y el vino, él tramaba cómo entregarlo a las autoridades.

Sabiendo todas estas cosas, el Señor no lo condenó, ni reprendió, antes bien, le dio la oportunidad de arrepentirse. Al ver la mano de Judas Iscariote sobre la mesa, dijo: “La mano del que me entrega está conmigo en la mesa”. Si en este momento, Judas hubiera reconocido y confesado su pecado, seguramente habría sido perdonado. Sin embargo, cegado por la codicia, perdió la última oportunidad que Jesús le dio.
El último regalo de Jesús fue un alimento de vida, la última cena en la que declaró que daría Su cuerpo y Su sangre. Dios creó el ser humano con la necesidad de alimentarse para vivir. Como personas, el problema de alimentarse bien y de manera adecuada es importante. El inicio de la caída de la humanidad estuvo relacionado con alimentación. El primer milagro de Jesús fue convertir el agua en vino, en una boda. Y lo último que hizo con sus discípulos, antes de ser crucificado, fue la última cena.
La Pascua Judía es una gran festividad del pueblo de Israel, cuando celebran a Dios por haberlos salvado por la sangre del cordero. Jesús compartió la última cena en la Pascua y, por medio del pan y el fruto de la vid, enseñó a Sus discípulos que entregaría Su cuerpo y derramaría Su sangre por amor. Y les pidió: “Haced esto en memoria de mí”. Jesús nos invita a participar en Su santa cena y restaurar nuestras vidas. Espero que puedan alcanzar esta unión sagrada con Jesús, quien se entregó como Cordero de Dios por nuestro pecado.
Mientras Jesús comparte la última cena con Sus discípulos, menciona el nuevo pacto que hará con Su cuerpo y Su sangre. Dios les guarde.