
James Rodríguez es una estrella del fútbol mundial que tiene la capacidad de convertir sus crisis en oportunidades y resurgir como el ave Fénix. Unos nacen con estrella y otros estrellados; James nació tocado con la varita mágica de los dioses del fútbol. El clásico “10” talentoso, dueño de una zurda extraordinaria, inteligente para el fútbol, repartidor de pases-gol y goleador. Futbolistas como él están en vía de extinción en el fútbol moderno, donde los técnicos los desechan por jugadores que corran, metan y defiendan más.
El fútbol es un negocio, y los equipos invierten millonarias sumas para ganar títulos. El marketing y los patrocinadores mandan, y el juego bonito y la calidad del futbolista han sido relegados. El fútbol actual perdió el brillo de calidad que le daban jugadores como Maradona, Zico, Zidane, Cruyff, Riquelme y el “Pibe” Valderrama, entre otros. Es una pena que el fútbol de hoy carezca del talento de esas figuras. Ya no se ve un caño, un sombrerito o una pared de fantasía porque el fútbol se juega a los pelotazos largos para aprovechar la velocidad del jugador, o a dos o tres toques precisos para llegar al gol. Los “Diez” suelen ser lentos físicamente, pero rápidos mentalmente. Velocidad física, precisión y eficacia son las características del fútbol moderno.
El talento de James y la oportunidad de jugar un Mundial se conjugaron para que todo le llegara de golpe y sin esperarlo. La suerte se le apareció en Brasil 2014, donde fue el goleador, anotó el mejor gol (Premio Puskás) y, si no es porque la FIFA mete su mano para elegir a Messi, el Balón de Oro debió ganarlo James. La gran figura de Colombia para ese Mundial no era James, sino “El Tigre” Falcao, quien no lo jugó por lesión. Lo malo para uno beneficia a otro, y la desgracia de Falcao fue la fortuna de James. No sabemos si el éxito de James hubiera sido igual con “El Tigre” en el Mundial.
Después de brillar en el Mundial, James llegó al Real Madrid y la rompió en su primera temporada, superando el registro histórico de un jugador como Zidane. Todo hacía pensar que JR10 jugaría mucho tiempo en la Casablanca, pero fue cedido al Bayern Múnich, donde no brilló como en el Madrid, aunque su temporada en Alemania no fue mala. Al retornar al Madrid, comenzó su calvario con los técnicos Benítez y Zidane, y después, con otros entrenadores que no lo tenían en cuenta para jugar.
James jugó en los equipos Everton, Al Rayyan, Olympiacos, São Paulo y Rayo Vallecano, a donde llegó como MVP de la Copa América 2024. En el Rayo jugó poco porque su técnico Iñigo Pérez, un desconocido y mediocre entrenador que juega solo para mantener la categoría del equipo, dijo que James no encajaba en su sistema y acabó con la ilusión del jugador de volver a triunfar en la liga española.
James es un futbolista con cartel que aprovecha bien su nombre y fama para facturar millones. Al llegar a Colombia como agente libre, Fuad Char le hizo una oferta para jugar en el Junior de Barranquilla. Los periodistas deportivos montaron un novelón alrededor de la negociación y esta se cayó, pero el Club León de México terminó haciéndose a los servicios del jugador con una oferta económica por el doble de lo que ganaba en el Rayo. Ya en la ciudad de León, casa del club, los fanáticos “fieras” le dieron la bienvenida a James como toda una estrella, vestido de “gladiador”. James salió ninguneado del Rayo, pero volvió a resurgir.
Según el comentarista deportivo Carlos Antonio Vélez, James es responsable de sus problemas con los directores técnicos porque no le gusta entrenarse. En su opinión, no ser constante en su rendimiento ha convertido a James en un talento desaprovechado a pesar de sus condiciones. A él le gusta el “pechiche”, que lo consientan, por eso no tuvo problemas con Ancelotti, Pékerman ni Lorenzo. Rafinha, su compañero en Bayern y São Paulo, confirmó que a James no le gusta entrenar.
La liga mexicana es más competitiva que la nuestra y creo que James no se equivocó al elegir León. Quedarse en el mediocre fútbol local hubiera sido un fracaso para él. Su fútbol y calidad siguen intactos para jugar y llegar en forma al Mundial 2026. Me preocupa que su falta de ritmo de competencia pueda resentir su antigua lesión del sóleo y tenga problemas con su nuevo DT, el “Toto” Berizzo.
Jaja… Jamecito, quien ríe de último ríe mejor. Mi cuate, ve y triunfa en la liga MX y demuestra lo que eres y vales.