Edicion abril 20, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

LA OBEDIENCIA, EL MILAGRO, Y EL SACRIFICIO

LA OBEDIENCIA, EL MILAGRO, Y EL SACRIFICIO
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Pastor ICBF Riohacha - Robinson Mejía Iguarán
Pastor ICBF Riohacha – Robinson Mejía Iguarán

4. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar”.

5. Respondiendo Simón, le dijo: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado; pero en tu palabra echaré la red”.

6. Cuando lo hicieron, recogieron tal cantidad de peces que su red se rompía. Lucas 5.

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Debemos obedecer la Palabra de Dios para gozar Su bendición. Podemos usar todos los secretos para alcanzar el éxito según la razón, pero si ignoramos la verdad de Dios, no alcanzaremos la verdadera libertad y prosperidad. Pedro, Jacobo y Juan pescaron toda la noche en vano y lavaban las redes. Entonces, Jesús le dice a Pedro: “Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar”.

Jesús había sido carpintero, mientras Pedro era pescador con mucha experiencia en el mar de Galilea. Pedro sabía mucho más sobre pesca. Sin embargo, Pedro pone de lado los prejuicios, decide confiar en la Palabra de Jesús y recoge muchos peces. Aunque a veces no lo entendamos todo, si obedecemos a Dios, veremos milagros asombrosos. La Palabra de Dios es la verdad absoluta que supera todo razonamiento. Sólo Su Palabra tiene poder.

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El verdadero milagro de Dios no produce alteraciones emocionales, sino arrepentimiento y obediencia. Los que han experimentado el poder de Dios se arrepienten de todo corazón, ya que entienden que los hombres tienen naturaleza pecaminosa, mientras que Dios es Santo. Pedro pone su confianza en la Palabra de Jesús y echa la red, y al recoger gran cantidad de peces, cae de rodillas ante el poder divino de Jesús, diciendo: “Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador”.

LA OBEDIENCIA, EL MILAGRO, Y EL SACRIFICIO

Con identidad de pecador, nadie puede entrar a la presencia del Dios Santo. Pedro, Jacobo y Juan sintieron temor. Pero Jesús los llama a ser sus discípulos y les encomienda un nuevo ministerio de salvar a las almas perdidas. Inmediatamente, “dejándolo todo, lo siguieron”. A veces, los milagros se convierten en canales de fe y consagración.

Jesús se subió al bote de unos pescadores que estaban lavando sus redes. La razón por la que Jesús se subió al bote fue para enseñar a la multitud y llamar a Sus discípulos. Al terminar de hablar, Jesús desafió a los pescadores diciéndoles: “Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar”. Hasta ese momento, los pescadores habían trabajado durante toda la noche, pero no habían podido atrapar ni un pez.

Ellos estaban muy cansados y desalentados. Además, eran expertos del mar que conocían cada rincón del lago de Genesaret, maestros en cuanto a la pesca. Jesús ordenó a estos maestros a que vayan mar adentro y echen sus redes. Pero, Pedro obedeció “en su palabra” y pudieron atrapar una cantidad inimaginable de peces. Después de esto, Pedro y sus amigos lo dejaron todo y siguieron a Jesús. Ese encuentro con el gran Jesús les dio el coraje para poder abandonarlo todo y seguirlo. Espero que también puedas obedecer la Palabra de Dios y echar tu red como Pedro. Y que vivas una vida llena de la gracia asombrosa de Jesús.

Como Pedro, que pudo ver un milagro al depender de la Palabra de Jesús y echar su red, nosotros también tenemos que ser personas que obedecen la Palabra de Dios. Dios les guarde.

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