
22. Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y por tres días hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto.
23. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones. Éxodo 10.
Dios, siendo el Creador, tiene el poder absoluto sobre la luz y las tinieblas. La novena plaga, la de las tinieblas, está relacionada con la última, que traerá salvación para Israel y hará posible su éxodo. Primero, las densas tinieblas sobre Egipto, simbolizan la noche de Pascua, en la que la última plaga quitará la vida de todo primogénito. Segundo, Dios permite luz en las casas de Israel, como señal de la distinción que hará entre el campamento hebreo y el ejército egipcio, en el cruce del mar Rojo. El contraste entre la luz y las tinieblas nos recuerda el primer día de la creación. Dios hará una obra nueva mediante Su pueblo escogido. Jesús es el Salvador que vino a iluminar con Su gran luz al pueblo asentado en tinieblas.

Una negociación egoísta solo revela la naturaleza del corazón. El faraón permite a Moisés salir con el pueblo, pero sin el ganado. Esta sugerencia busca invalidar el plan de salvación de Dios. Para ofrecer sacrificios a Dios, no puede faltar el ganado; además, los propósitos del éxodo no se cumplirían. Por estas razones, Moisés se niega rotundamente a acceder a tal petición.
Entonces, el faraón le amenaza con quitarle la vida el día que lo vuelva a ver. Lo que no sabe, es que morirán muchos soldados egipcios. No podemos entrar a negociar con el mundo; al principio nos pedirá ceder solo una parte, pero, al final, nos demandará cumplimiento en la totalidad de sus pretensiones. Dios desea el 100 % de obediencia, no el 99 %.
Mientras todo Egipto estaba inmerso en oscuridad total, había luz en Gosén, donde vivían los israelitas. Cuanto más se oscurecía en el resto de Egipto, Gosén más se iluminaba. Cuando vivimos en un mundo oscuro, donde no podemos ver, nos llenamos de miedo e inquietud. Sin embargo, quien permanece en el Señor y lo mira a Él con fe, tiene esperanzas.
El creyente no debe ponerse de acuerdo con el mundo en ninguna circunstancia, sino mantener la mirada fija en el Señor, quien lo guiará con Su luz. De esta forma, será preservado por Su salvación.
Dios les da luz a sus hijos, aun en medio del oscuro mundo. Dios les guarde.