Edicion abril 20, 2025
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Jusef Henríquez Amaya: Un homenaje a tu memoria, vivirás por siempre en el corazón de tus seres queridos

Jusef Henríquez Amaya junto a su madre Sorina Amaya Valdeblanquez.
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Columnista - Ana Delia Fernández Sijuana
Columnista – Ana Delia Fernández Sijuana

A Jusef Henríquez Amaya, lo conocí hace más de 10 años a través de su hermano José de los Santos Henríquez Amaya. Cuando lo conocí me pareció una persona muy seria y poco sociable. Al paso del tiempo cuando lo fui conociéndolo, me di cuenta de que estaba hecho su ser; de una gran calidad humana; expresivo, espontáneo, carismático, y sobre todo muy colaborador; presto siempre en apoyar todo lo que estuviera a su alcance.  En ese momento también conocí a su madre; la señora Sorina Amaya Valdeblanquez, una gran mujer, gran ser humano, con quien tuve inmediatamente una hermosa conexión.

Con el transcurrir del tiempo llegué a sentir gran admiración y estima por Jusef, por su hermano José de los Santos y la señora Sorina. En ellos vi una gran familia de admirar, unidos por un profundo amor y respeto. Llegué admirar esa unión de hermanos que Jusef y José proyectaban siempre. Jusef era muy expresivo con su madre, hermanas, hijos, amigos y a sus seres queridos. Lo expresaba también sus redes sociales.

Jusef Henríquez Amaya junto a su madre Sorina Amaya Valdeblanquez.
Jusef Henríquez Amaya junto a su madre Sorina Amaya Valdeblanquez.

Aunque no compartí mucho con Jusef y su familia, tuve la capacidad de alcanzar a dimensionar su esencia humana, supe quién era como persona. Era un apasionado del deporte al igual que su hermano José; el futbol. En él vi una persona plena ante la vida, expresiva, vivió su vida a plenitud, siempre expresó su afecto, respeto y amor a las personas que más quería. Tuvo ese gran don. Para mí una persona que viva su vida a plenitud, es un artista de la vida.  No todas las personas son acreedores de tan valiosa virtud y de ser libres ante la vida. Él tenía la capacidad de mostrar su verdadera naturaleza y esencia. Todo eso caracterizó a Jusef. Esa grandeza humana que poseía, y esas cualidades que determinaba su personalidad; por todo eso llegó a ser muy querido por todas sus familias, amigos, y conocidos.

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Carta para Jusef de su Madre

 ”La casa ya no es igual hacen falta tus chistes, tu carcajadas, tus hijos te extrañan, hasta Nala tu perrita te extraña. Mia apenas con sus seis años no asimila que ya no estés, le da tristeza quedarse a dormir como antes lo hacía. Y mi muchacho Sait José, en medio de su adolescencia quiere guardar todas tus cosas hijo mío.  Y ni se diga de tu hermanito chanto, que sé que te recuerda y llora en silencio tu ausencia al igual que Mayita, Carol, John tu papa, los hijos de tu Ñañis; Samuel y Guanda. Hijo gracias le doy a Dios por esos 41 años que nos dio la oportunidad de compartir tantos momentos lindos.” Parte del escrito que le hizo la señora Sorina, a un mes de la partida de su hijo Jusef.

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Jusef nació del vientre de una gran mujer como lo es la señora Sorina. Quien asumió por excelencia su gran compromiso de madre, atenta a la mejor educación para sus hijos. Logró que todos sus hijos se formaran académicamente, Jusef logró ser un profesional; Ingeniero Industrial. Gran parte de su labor lo desempeño en la Registraduria de Uribia. Las oraciones de la señora Sorina, su creencia en Dios, es hoy su fortaleza, y la fortaleza que como madre les proyecta a sus hijos, nietos, familiares, aun con su alma desbordada de dolor por la partida de su hijo.

Palabras de su hermano José de los Santos

La canción Mi hermano y Yo, de Poncho Zuleta, era el tema que siempre se dedicaban Jusef y su hermano José. “En Yuyu encontré apoyo desde la infancia, porque nos criamos juntos, compartimos juntos, estudiamos juntos, siempre marco un apoyo entre nosotros. Él cómo hermano mayor siempre estaba presto a que avanzáramos juntos, en que no me quedara, en que no se quedara ninguno. Eso desde la infancia, en el estudio, en el trabajo, en todo, en el deporte. Ya en nuestras vidas, en nuestra adultez lo mismo, aunque nos manteníamos alejados, siempre había algo que nos mantenía unidos; una llamada, una videollamada, una muestra de afecto, de cariño, con solo compartir en un momento, en una parranda, eso marcaba mucho, aun cuando no nos dijéramos o expresáramos nada. Se fue, se fue creo que en paz con todos.  Yo estoy en paz con él por lo que pudimos vivir, y por todo lo que pude decirle.

En Yuyu había mucho liderazgo. Siempre abanderaba los procesos en su trabajo, manejaba personales. En la registradurìa le delegaban muchas responsabilidades.  En él veían el dinamismo para avanzar objetivos. Recuerdo su Jocosidad. Yuyu era muy abierto, no adornaba las palabras para decir las cosas cuando tenía que decirlas. Era directo. Buen ser humano en sus acciones. Sus defectos claro que las tenía, no todos somos perfectos, su carácter a veces.  La paz en Dios para su alma y para su corazón.”,  Asi lo describe y recuerda su hermano José de los Santos.

Jusef Henríquez Amaya junto a su hermano José de los Santos Henríquez Amaya
Jusef Henríquez Amaya junto a su hermano José de los Santos Henríquez Amaya

Sus compañeros de estudio

Sus compañeros de la Institución Educativa Alfonso López Pumarejo despidieron a Jusef con estas palabras: “Fuimos compañeros de colegio desde el principio al final, y nos graduamos de bachillerato en la promoción del 2000. Él siempre fue un estudiante destacado, y su aplicación y esfuerzo era un modelo a seguir.  Recordamos su carácter afable, su sinceridad inquebrantable y su capacidad para forjar lazos de amistad verdaderos y duraderos, asi mismo como deportista apasionado, siempre estaba presto a superarse y mejorar, demostrando una dedicación y perseverancia que era un ejemplo para todos. Su ausencia dejará un vacío irreparable en nuestras vidas, pero su legado y recuerdos permanecerán con nosotros para siempre en nuestras mentes y corazones”.

Es difícil escribir este homenaje literario a la memoria de Jusef sin que puedan correr lágrimas por mis mejillas. También me duele ver a la señora Sorina y a José desbordados de dolor. Siempre duele ver partir a un ser querido.  El dolor nunca se va, solo aprendemos a vivir con el dolor en nuestro corazón. Todos como humanos en algún momento de nuestras vidas también partiremos, tomaremos el gran viaje desde Este mundo terrenal, evolucionará nuestro espíritu a otro nivel; del mundo terrenal al mundo espiritual. Nos transformaremos; volveremos a ser agua, tierra, plantas, viento, volveremos a ser cantos de pájaros. Todos venimos de la creación de la naturaleza. Somos la madre naturaleza que se transforma, que continuamente restaura su ser y esencia. Tu solo te nos adelantas en el   viaje Jusef. Siempre te recordaremos. Siempre te recordaré. Gracias por todo tu apoyo y ayuda.  BUEN VIAJE YUYU.

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