Edicion julio 4, 2025
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Juan Carlos “Cao” Mendoza, la memoria del folclor villanuevero: el adiós al gran folclorista

Juan Carlos "Cao" Mendoza
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“Su voz era la memoria de un pueblo, su risa, la melodía de cada tertulia. Hoy Villanueva lo llora, pero también lo canta”

Columnista - Hernán Baquero Bracho
Columnista – Hernán Baquero Bracho

Villanueva, la Cuna de Acordeones, tierra de músicos y poetas, llora hoy a uno de sus mejores hijos: al reconocido folclorista, folclorólogo, poeta y vallenatólogo; expresidente del Festival Cuna de Acordeones, narrador oral de la historia villanuevera, fundador de la Parranda Blanca, parrandero insigne y cofundador del mejor tertuliadero musical, “Los Compadres”: Juan Carlos “Cao” Mendoza Guerra.

La población está compungida por su fallecimiento en la ciudad de Valledupar, en una clínica privada donde había sido ingresado por problemas de salud. Contaba con 79 años; el próximo 14 de septiembre cumpliría 80, y estaba entusiasmado por celebrar esa fecha inolvidable rodeado de sus amigos y familiares. Su último sueño fue haber creado “La Tertulia de Cao”, donde nos reuníamos a conversar, bajo la coordinación de José Joaquín “Kin” Vence, sobre los aconteceres del día a día. Como él mismo decía: “Acá se habla de todo y de todos”.

Cuántos recuerdos encierra la vida de “Cao” Mendoza. Dos cuartillas no bastan para narrar lo que este gran personaje representó: amistad, nobleza, humildad, don de gentes, claridad sobre el folclor y la música vallenata. Compadre de sus compadres —tenía 52 ahijados, de los cuales se sentía orgulloso—, “Cao” fue uno de los grandes referentes de Villanueva. Servidor insigne, amaba a su tierra hasta los tuétanos.

Hoy sentí ese dolor profundo al lado de Cecilia Habib, en su casa, esa casona testigo de tantas historias junto a sus compadres Poncho Cotes Jr. y José “Casquita” Mazeneth, su vecino de toda la vida. Allí encontré a su esposa, Josefina Ramírez, llorando inconsolablemente. No era para menos: se nos fue “Cao”, el amigo sincero, el consejero incondicional.

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Son tantas las historias que nos llenan de sentimiento. Como aquella de 1984, cuando le pidió a su compadre Nando Marín que le hiciera una canción a Villanueva. Nando lo complació con “Villanueva Mía”, que años más tarde se convirtió en el himno folclórico de nuestro pueblo. O aquella en la que fundó el tertuliadero musical “Los Compadres”, junto a Daniel Celedón, José Casquita Mazeneth, Lucas Daza, Poncho Cotes Jr., Beto Barros, entre otros. Y cómo olvidar que en 1994 llegó a la presidencia del Festival Cuna de Acordeones y lo llevó hasta Fundación, bajo la relatoría del reconocido folclorista Javier Socarrás Amaya. “Cao” hizo un gran festival, logrando que la televisión nacional llegara al pueblo con Do Re Creativa TV, dirigida por Jimmy Salcedo. Desde entonces, se convirtió en asesor permanente de los presidentes del Cuna.

Y hay más historias. Como cuando fundó “La Parranda Blanca”, otro gran encuentro musical que hacía historia cada 30 de diciembre en el Hotel Guazara. De su autoría quedará para siempre aquella expresión que ya es patrimonio villanuevero: “Villanueva es la cuna universal del vallenato”. “Cao” era conciliador, amigo de todos, enamorado de esta tierra que lo vio crecer y forjarse, aunque siempre tenía presente a su Badillo del alma.

Tenía una memoria prodigiosa, digna de admirar y envidiar. Conocía al detalle cada fecha importante, nacimientos y muertes de personajes, todo con punto y coma. Una memoria que desafiaba cualquier tecnología. ¡Qué bárbaro!

Hoy, hablando con su gran amigo Ismael Fernández Gámez, me decía que había conversado con él hace apenas cuatro días. “Cao” le preguntó por la salud de su hermana María Consuelo y confesó que se sentía mal. Fue una de las últimas llamadas que hizo. Ismael lo notó con la voz entrecortada. ¡Qué premonición tan dolorosa!

Quiero dejar constancia de este testimonio que escribí sobre su último sueño: “La Tertulia de Cao”.

Desde hace unos tres años viene funcionando “La Tertulia de Cao”, bajo la dirección de Juan Carlos “Cao” Mendoza y la coordinación de José Joaquín “Kin” Vence. Nos reunimos en la residencia de Cecilia Habib, su señora, de lunes a domingo, a eso de las 10 a.m. Hablamos de todo: actualidad, política, recuerdos de la Villanueva de antaño. Con la sabiduría de “Cao”, la elocuencia de “Kin” —exrepresentante a la Cámara—, del exalcalde David Daza Guerra, del empresario Rafael Augusto Plata Suárez, de José Mendoza, José Zuleta, Óscar Acosta Vanegas, Elba Rodríguez Daza, Dairo Quintero Olivella, Franco Mendoza Guerra, Jhony Camelo Botello, Efraín Díaz, José Aníbal Daza Daza y Ospicio Alberto Baquero Bracho, entre otros. Nos deleitábamos con un buen tinto villanuevero, ofrecido por “Cao” y Cecilia. El lema, escrito por su director: “Aquí se habla de todo y de todos”. Nadie se iba antes del mediodía. Todos nos despedíamos juntos.

Hace tres meses, por idea del empresario José Mendoza, la tertulia comenzó a descentralizarse. Ahora, los fines de semana, nos reuníamos también en “Lucho Bar”, un emprendimiento de los esposos Jhony Baleta y Elsia Elena Baleta. Allí, el café es gourmet, producido en la Serranía del Perijá. Luego, las tertulias se extendieron a otras casas de los contertulios, llenas de buena vibra, espontaneidad, historias y una mamadera de gallo con risas contagiosas.

El sábado 2 de noviembre, la tertulia tomó una relevancia especial gracias a la invitación de los hermanos Alberto y Mario Dangond Rodríguez, en la casa de su madre, Elba Rodríguez Daza. La jornada comenzó con desayuno villanuevero, siguió con almuerzo sabroso y terminó a las ocho de la noche, acompañada de buenos whiskies ofrecidos por Alberto, empresario avícola y economista, exitoso en Bucaramanga pero siempre humilde. Ese día vino con su tío, el jurista Carlos “Cao” Daza Daza, y ambos irradiaban felicidad.

Alberto nos lo dijo con claridad:
“Estos encuentros generan más felicidad que lo material. El dinero fluye, pero la espiritualidad engrandece el alma y el corazón”.
Ese fin de semana estaba invitado a Uruguay a dictar una conferencia, pero prefirió estar en Villanueva, con su gente.

De ahí nació otra tertulia, el lunes 4 de noviembre, en el restaurante DomQuin. José Mendoza nos invitó a todos a un desayuno en honor a los Dangond Rodríguez. Allí surgió la iniciativa de traer a Alberto a dictar una charla a jóvenes sobre su experiencia empresarial, y hasta ofreció vincular a cinco muchachos villanueveros a su empresa en Bucaramanga. Fue una tertulia distinta: con ideas, proyectos, sueños. Con sinergia y amor por Villanueva. La Tertulia de Cao marca la diferencia.

Nos quedan sus recuerdos, su voz, su legado. Villanueva despide a Juan Carlos “Cao” Mendoza con los honores que merece. La Fundación Festival Cuna de Acordeones debe rendirle homenaje en la versión de este año. Hasta luego, mi caro amigo. Dios te recibe en su reino.

“Que el cielo te reciba con acordeones afinados y parrandas eternas, “Cao”. Gracias por haberle dado tanto a Villanueva y tanto al folclor. Hasta siempre, amigo”.

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