
La Pluma Dorada, en esta ocasión, plasma la página en blanco con la tinta fina de su pensamiento, inspirada en un ser maravilloso, cuya vida es un canto a la cultura, a la literatura y al Caribe mismo: Joce Guillermo Daniels García.
Nacido en Talaigua Nuevo, Bolívar, el 28 de julio de 1948, Joce Daniels ha transitado por la vida como abogado, docente, historiador, escritor, paremiólogo y mitólogo. Desde muy joven comprendió que las letras eran su destino y, con disciplina y pasión, dedicó su existencia a construir un legado que hoy honra a las costas del Caribe colombiano.

Su voz, siempre firme y crítica, se levantó desde las aulas cuando ejerció la docencia en instituciones como el Colegio Nacional de Bachillerato de El Banco, el de Talaigua, el de Zambrano, ESCOLOMBIA y la Escuela Normal de Señoritas de Cartagena, entre muchas otras. Cada clase suya fue semilla, y cada palabra dejó una huella imborrable en quienes tuvieron el privilegio de escucharlo.

No solo fue maestro en las aulas, sino también en la palabra escrita. Autor prolífico, nos entregó obras que son faros de memoria y sabiduría: Talaigua, Historia y Memoria, Juicio a Fernando VII y a Pablo Morillo, Prólogos y Dedicatorias, Panegíricos y Obituarios, Mitonario Daniels, Cartagena de Indias en la Pluma de Judith Porto de González, Los versos más bellos de la Poesía Bolivarense, El Millero Encantado, Cartagena de Indias: Ciudad Valiente y Mi Tiempo en el Tiempo, entre otros. Cada obra suya es un testimonio de amor al conocimiento y de compromiso con la historia y la cultura.
Su liderazgo trascendió las páginas. Fue fundador de la Asociación de Escritores de la Costa en 1984, presidiéndola hasta 2017. Más tarde, en 2003, dio vida al Parlamento Internacional de Escritores de Cartagena, que aún hoy sigue conduciendo con la misma pasión con la que un poeta acaricia sus versos.

Miembro activo y honorario de diversas academias de historia en Cartagena, Mompox, Ocaña y Magangué, así como de la Red de Historiadores de Colombia (REHICOL), Joce Daniels se erige como un guardián de la memoria y un constructor de pensamiento colectivo.

Hoy, ya entrado en años, sigue en pie, con la misma fuerza, escribiendo sus memorias en Cartagena de Indias, la ciudad que lo acogió y donde formó una familia de profesionales que prolongan su legado. Admirarlo es inevitable, respetarlo es un deber, aplaudirlo es un honor. Porque Joce Guillermo Daniels García es, sin duda, uno de los grandes impulsores de la literatura caribeña, un puente entre generaciones de escritores y un faro que nos recuerda que la palabra es semilla y eternidad.
Desde esta pluma guajira, me pongo de pie y le rindo homenaje, porque hombres como él dignifican la palabra, engrandecen la historia y nos enseñan que la cultura es el alma viva de un pueblo.