Edicion julio 1, 2025
CUBRIMOS TODA LA GUAJIRA

JESÚS SE TRANSFIGURA EN LA GLORIA

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Pastor ICBF Riohacha - Robinson Mejía Iguarán
Pastor ICBF Riohacha – Robinson Mejía Iguarán

1. “Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto.

2. ⁠Allí se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz”.

Mateo 17.

Los cristianos vivimos con la esperanza de participar de la gloria venidera. Luego de anunciar su muerte, Jesús revela su divinidad en el monte, transfigurándose delante de sus discípulos; resplandece su rostro como el sol y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Conversa sobre la obra de redención de la humanidad con Moisés que representa a la ley del Antiguo Testamento y con Elías, que representa a los profetas. Cautivado y maravillado por lo que ven sus ojos, Pedro les dice que desea permanecer allí para siempre.

Es en ese momento, que Dios da a conocer que Jesús es su Hijo amado, y que sus discípulos deben obedecerle en forma incondicional. La razón por la que Jesús muestra su gloria a sus discípulos, es para que aunque Él muera en la cruz, no se desanimen, y siempre pongan sus ojos en el reino de Dios. La esperanza en la gloria venidera nos da fuerzas para vencer las aflicciones del momento.

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Los que han experimentado la gloria de Jesús entienden cuál es el llamado que Dios les ha dado. Los discípulos sienten temor al presenciar la gloria de Jesús y oír la voz de Dios. El Señor les manda a no decir a nadie la visión hasta que Él haya resucitado. Lejos de la expectativa de los judíos, Jesús no es el Mesías que ha venido como un rey conquistador, sino como el Mesías sufriente. Desea evitar malos entendidos respecto a su ministerio por su transfiguración.

Jesús revela su plan de salvación a toda la humanidad, declarando que Juan el Bautista es el profeta Elías de su tiempo, y que Él mismo también padecerá aflicción. De la misma manera en que los discípulos que habían sugerido morar en el monte de la transfiguración han tenido que volver al mundo, a dar a conocer el plan de salvación de los hombres, y ser partícipes de la obra redentora, nosotros también debemos cumplir con el llamado de Dios.

No se puede separar la gloria del monte de la transfiguración de la cruz del monte Calvario. Debemos aprender a ver la gloria en la cruz y la cruz en la gloria. Así como Juan el Bautista vio la gloria del Señor y cumplió con el deber de Elías, nosotros también debemos cargar nuestra cruz y nuestras aflicciones mirando el resplandor del Señor.

La verdadera gloria se expresa una vez que atravesamos el camino de la cruz y la aflicción Dios les guarde.

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